La Navidad y el Año Nuevo son momentos de reflexión, gratitud y proyección de nuevos objetivos y por eso, en muchos hogares se llevan adelante rituales cargados de simbolismo que buscan atraer la abundancia y el bienestar. Uno de los más tradicionales y esperados en estas fechas es el ritual de los siete granos de Navidad, ¿Lo conocías?
El ritual de los siete granos de Navidad es un acto sencillo pero poderoso, que busca asegurar la prosperidad económica y la estabilidad familiar para el año que comienza.
La tradición y el simbolismo de los granos
Desde tiempos bíblicos, el grano fue asociado a la abundancia, la previsión y la protección contra la escasez. Este simbolismo se remonta a la parábola del grano en la tradición cristiana, donde José, al interpretar los sueños del faraón, preparó a Egipto para siete años de abundancia y siete años de hambre. Este episodio, narrado en el libro del Génesis, destaca la importancia de la previsión y la acumulación para garantizar la prosperidad.
Siguiendo esa tradición, el ritual de los siete granos es una forma de invocar esa misma energía positiva de abundancia, buscando llenar el hogar con prosperidad y estabilidad durante el próximo ciclo anual.
¿Cómo se hace el ritual de los siete granos?
Realizar este ritual es muy sencillo y no requiere elementos complicados. Lo único que necesitás son siete tipos de granos que se eligen por su simbolismo relacionado con la fertilidad, el amor y la prosperidad. Los granos más utilizados en esta tradición son:
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Garbanzos
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Lentejas
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Porotos
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Trigo
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Arroz
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Mijo
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Semillas de girasol
Cada uno de estos granos tiene su propio simbolismo. Por ejemplo, los garbanzos están vinculados con la abundancia, mientras que el arroz se asocia con la prosperidad y la estabilidad familiar. Las lentejas simbolizan la fertilidad y la esperanza, mientras que las semillas de girasol representan la energía positiva y la vitalidad.
El ritual consiste en juntar una pequeña cantidad de cada uno de estos granos en un recipiente de vidrio o un plato. Junto con ellos, se agregan hojas de laurel (un símbolo de protección y suerte) y monedas o billetes (como símbolo de la atracción de riqueza).
Ubicación y cuidados del ritual
Una vez que tengas listo tu plato o frasco con los granos, el siguiente paso es ubicarlo en un lugar de tu hogar que esté en armonía con la dinámica familiar. Los lugares más recomendados son el centro de la mesa del comedor o la mesada de la cocina, espacios donde la energía circula y donde la comida es protagonista.
Es importante que no muevas el recipiente durante todo el año. El plato tiene que permanecer en su lugar hasta el siguiente diciembre, cuando se renuevan las semillas para dar comienzo a un nuevo ciclo de prosperidad. Esta continuidad simboliza la estabilidad y la previsión, características esenciales del ritual.
Los beneficios del ritual de los siete granos
Este acto simple no solo tiene la intención de atraer la prosperidad económica, sino también de fortalecer los lazos familiares y garantizar la armonía en el hogar.
Las semillas, al ser colocadas de manera intencional, generan un ambiente de paz, crecimiento y abundancia. Con cada grano, se activa una energía positiva que favorece tanto la prosperidad material como la estabilidad emocional de los miembros de la familia.
Además, el ritual ofrece una excelente oportunidad para conectarse con las tradiciones de la Navidad y el Año Nuevo, dando espacio a la reflexión y el deseo de un futuro próspero para todos.