Una histórica empresa láctea totalmente paralizada

La firma mantiene deudas millonarias con los trabajadores y con los proveedores. 

22 de diciembre, 2025 | 17.41

Uno de los ejemplos de la crisis económica que vive el país por las políticas de Javier Milei, es la situación que atraviesa una histórica empresa láctea que tiene todas sus plantas paralizadas y donde el futuro es totalmente incierto.

Lácteos Verónica vive hace mucho una fuerte crisis que lejos de solucionarse empeora día a día y en la última semana se confirmó a paralización total de sus tres plantas industriales en la provincia de Santa Fe.

Esto se dio como consecuencia de nuevos incumplimientos salariales y la falta de materia prima para sostener la producción. No volvería a producir en lo que resta del 2025.

La Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) denunció que la compañía incumplió el cronograma de pagos semanales acordado con el gremio.

Según detallaron, el esquema preveía depósitos de un millón de pesos por empleado cada lunes para cancelar deudas acumuladas. Sin embargo, durante diciembre los pagos comenzaron a llegar incompletos y fuera de término.

Esto provocó una nueva medida de fuerza de los empleados que volvieron a realizar una retención de tareas, frenando la actividad en las plantas de Clason, Lehmann y Suardi. 

La empresa no cuenta con la materia prima

Esto no es todo, ya que hay un importante problema estructural. Lácteos Verónica no dispone actualmente de leche para elaborar sus propios productos en ninguna de las tres plantas.

Esto se da en medio de una muy difícil situación que vive la empresa. Según datos del Banco Central, acumula cheques rechazados por más de 10.900 millones de pesos, reflejo de una severa crisis de liquidez y de la imposibilidad de sostener la cadena de pagos.

Además, tiene una importante deuda con productores tamberos que sería de unos 60 millones de dólares, de los cuales unos 20 corresponderían a leche cruda entregada y no abonada. Por este motivo, muchos productores redireccionaron su producción a otras usinas.

Este año la firma mantuvo una actividad mínima, principalmente procesando leche para terceros, pero no logra repuntar. Asimismo, volvieron a circular versiones sobre una posible venta de activos o de alguna de las plantas.

Sin embargo, hasta el momento no hubo definiciones oficiales, y distintas fuentes señalan que las diferencias internas dentro de la familia Espiñeira, propietaria de la empresa, dificultan la toma de decisiones estratégicas.

Además de los trabajadores, más de 150 tambos, además de transportistas y proveedores, se encuentran afectados por los incumplimientos por parte de Verónica que se arrastran desde comienzos de año.

La empresa mantiene deudas millonarias con los trabajadores y con los proveedores.