Pese al amparo presentado en la justicia en lo contencioso por el jefe del bloque de diputados del Pro, Cristian Ritondo, los tres nuevos integrantes de la Auditoría General de la Nación (AGN) designados por la Cámara de Diputados en la madrugada del jueves juraron este lunes en una ceremonia encabezada por el presidente del cuerpo, Juan Manuel Olmos. En el escrito, el Pro planteó "la inconstitucionalidad y la nulidad de la resolución" de lo resuelto en la Cámara baja, pero para Olmos "se hizo todo conforme a derecho", así que, evaluó, no importaba mucho qué pudiera decir Ritondo o cualquier otro sobre la cuestión. Por cierto, rubricada ya la decisión de Diputados y asumidos los auditores se veía muy complicado que la Justicia pudiera revertir la decisión. Por eso, la atención política se centraba en el vínculo entre la Casa Rosada y el Pro, con un Mauricio Macri ya cansado de los desplantes permanentes de parte de La Libertad Avanza. Con todo, desde la bancada del Pro adelantaron que votarán el proyecto de Presupuesto, sin margen para una diferenciación.
La designación de los auditores casi en el cierre de la extenuante sesión que arrancó el miércoles pasado con el tratamiento del Presupuesto y, luego, de la ley de Inocencia Fiscal generó la reacción de Ritondo en el mismo recinto. Para el televidente distraído resultó una sorpresa porque el Pro se comportaba en el debate como el aliado número uno del oficialismo, pero el jefe de la bancada acusó en medio de la sesión al presidente de la Cámara, Martín Menem, de faltar a los compromisos asumidos. Todo la discusión por un cargo, que hizo renegar de sus convicciones nada menos que a Ritondo, el primero en calzarse el buzo violeta y salir a hacer campaña por los candidatos libertarios en la provincia de Buenos Aires. Pero había motivos para el pataleo.
La AGN es un organismo constitucional de control que asiste al Congreso en la supervisión de las cuentas públicas a través de informes. Cuenta con un presupuesto abultado, altos salarios y un plantel de personal de alrededor de 1.800 empleados, por lo que suele ser muy requerido por las fuerzas que están en la oposición. Está compuesto por siete miembros que duran ocho años en el cargo. Tres los designa el Senado, tres Diputados y el séptimo, a cargo de la presidencia, es nombrado por el conjunto de las cámaras. En lo que muy probablemente haya sido la última sesión del año, Diputados nombró sus representantes al inusual horario de las tres de la madrugada del jueves.
La Libertad Avanza, que es la primera minoría, nombró a Rita Almada. Cpmo segunda fuerza, el kirchnerismo ubicó a Juan Ignacio Forlón. El problema fue con el tercero, que el macrismo tenía reservado para el ex ministro de Trabajo, Jorge Triaca, a quien desde hace tiempo se lo busca ubicar en ese puesto. Pero Ritondo fue advertido en medio de la sesión que la designada por Menem sería Pamela Calletti, quien responde al gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, que ocupó el cargo de diputada hasta el 10 de diciembre. La decisión de Menem fue apuntar a una ampliación de sus alianzas con los gobernadores del Norte, que prometen darle los votos que le faltan para conseguir quórum propio. El Pro y la UCR, por un lado, y Provincias Unidas por el otro, se retiraron del recinto por considerar que ese tercer integrante les correspondía dados los diputados de sus interbloques.
El Pro reclamó a partir de aspectos constitucionales y reglamentarios: dijeron que no formaba parte del temario de extraordinarias, que no hubo dictamen previo de comisión, ni debate en el recinto, ni un pedido expreso de apartamiento del reglamento. De acuerdo a la bancada que preside Ritondo, la votación no fue transparente, por lo que las designaciones fueron "nulas de nulidad absoluta". Dados sus antecedentes, podría pensarse que el Pro no hubiera cuestionado ninguna de estos puntos en caso de que Triaca hubiera integrado la terna. Pero como no estuvo, Ritondo acudió a la justicia en lo contencioso para dejar un amparo en el que recordó que la AGN es un organismo constitucional de control y no una dependencia administrativa del Congreso, por lo que había requisitos que no podían dejarse de lado. Existe en las derechas una práctica de republicanismo selectivo.
Olmos, presidente de la AGN, opinó distinto que Ritondo y aseguró que se habían cumplido con todos los pasos. Además, que habían jurado respetando las formalidades del caso, por lo que el cuerpo de auditores ya estaba en condiciones de comenzar a funcionar. "Si todos los diputados, cuando pierden una votación, van a la justicia, se judicializaría todo lo que produce la Cámara de Diputados o el Congreso", sostuvo respecto a la presentación del Pro. Lo mismo opinó el presidente de la Cámara baja, Martín Menem. "Desde nuestro punto de vista se hizo todo como corresponde, hubo un apartamiento del reglamento, votaron las tres cuartas partes de la Cámara, se introdujo el tema, se trató y bueno, forma parte de la manera de elegir los auditores", indicó. No obstante, sostuvo que Ritondo estaba en su derecho de reclamar judicialmente e imaginó que este hecho no dañará el vínculo entre las dos fuerzas de derecha.
Nadie estaba tan seguro de que eso fuera así. Hubo una cena entre Diego Santilli, Ritondo y Menem para acercar posiciones, pero sin resultados positivos. De hecho, el amparo del Pro fue posterior a ese encuentro. Pese al enojo, en el Pro adelantaron que los tres senadores que les quedaron votarán el viernes a favor del Presupuesto en la Cámara alta. A esta altura, en el macrismo reconocían que no tenían margen para correrse del respaldo a la gestión de Milei aunque hablaban de una "confianza rota" que no sabían cómo se enmendaría. La Cámara alta debe designar ahora a los otros tres representantes de la AGN, con un reparto similar al de Diputados. Uno para el peronismo y otro para La Libertad Avanza por ser las dos bancadas principales. En este caso, el otro le correspondería a la UCR, tercera representación en senadores. Habrá que ver si en este caso el oficialismo respeta las proporciones o abre la puerta a una nueva disputa.
