Un enfrentamiento que se remonta a hace más de cinco siglos resurgió el miércoles cuando la presidenta entrante de México defendió su decisión de no invitar al rey español a su toma de posesión la próxima semana, luego de que el monarca se negara a disculparse por los abusos cometidos en la época colonial.
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, también se pronunció más temprano en el día, calificando el desaire de "inaceptable", a menos de una semana de la ceremonia de investidura de la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, el 1 de octubre.
El martes, el Gobierno español anunció que no enviaría a ningún representante a la ceremonia.
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La disputa diplomática amenaza con ensombrecer la toma de posesión de Sheinbaum en Ciudad de México, antaño sede de las vastas posesiones coloniales de España en América después de que los invasores españoles y sus aliados nativos derrocaran la capital azteca de Tenochtitlan en 1521.
Ciudad de México se construyó sobre las ruinas de la metrópoli azteca.
En una carta de dos páginas publicada en sus redes sociales el miércoles, Sheinbaum escribió que sólo el presidente Sánchez había sido invitado, en parte porque el rey Felipe VI no respondió directamente a una carta personal que el presidente saliente de México envió al monarca en 2019.
En esa carta, el presidente Andrés Manuel López Obrador, compañero de partido y cercano aliado de Sheinbaum, pidió al rey que reconociera "de manera pública y oficial" los abusos cometidos durante la conquista de México para trazar un nuevo rumbo más amistoso entre los países.
"Lamentablemente, dicha misiva no mereció respuesta alguna de forma directa", escribió Sheinbaum, quien señaló que habló con Sánchez unos días antes.
En 2019, López Obrador buscaba organizar un evento en 2021 que conmemorara los aniversarios de la conquista, la independencia de México de España en el siglo XIX, así como la fundación de Tenochtitlan en el 1300.
En ese momento, también pidió una disculpa similar del Papa Francisco por las atrocidades cometidas contra la población indígena de México, así como la repatriación de libros prehispánicos y otros artefactos conservados en museos y bibliotecas europeas.
Francisco no respondió a López Obrador, pero ya se ha disculpado anteriormente por los "muchos pecados graves (que) se cometieron contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios."
Después de que López Obrador reiterara su petición de una disculpa formal poco después de que su carta se hiciera pública, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España la rechazó, argumentando que la conquista no debe "juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas".
El presidente saliente de México ha invocado a menudo la conquista española para agitar el sentimiento nacionalista, subrayando que México ya no es colonia de ningún país.
El miércoles, al margen de la sesión anual de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, los periodistas preguntaron a Sánchez si España debía disculparse, pero él eludió la cuestión.
"No podemos aceptar esa exclusión y por eso hemos manifestado al gobierno de México la ausencia de cualquier representante diplomático del Gobierno de España en señal de protesta", dijo Sánchez.
"No solo lo consideramos inaceptable (la exclusión), es inexplicable", agregó.
(Reportaje de David Alire García en Ciudad de México y Belén Carreño Bravo en Madrid; Edición de Sonali Paul, Editado en español por Juana Casas)