Los desafíos de Milei para 2025: reactivación, acuerdo con el FMI y salida del cepo

Economistas plantean sus dudas sobre si al Gobierno realmente le conviene recuperar los salarios, así como sobre el momento de salida del cepo y el monto de un nuevo préstamo del Fondo.

30 de diciembre, 2024 | 00.05

Tras un primer año en el que concretó uno de los mayores ajuste de la historia argentina, pero en el que también logró estabilizar la economía y bajar la inflación, Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, tendrán en 2025 el desafío de reactivar la actividad y el consumo, coinciden los economistas.

Los consultores del mercado dudan también sobre la forma y el momento en el que el Gobierno podrá salir del cepo durante el año entrante, tal como prometió, si es que realmente lo hace.

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Además, aunque hay coincidencia en que probablemente se logrará un nuevo acuerdo con el FMI que incluya la llegada de dólares extra, la duda pasa por si este monto será o no determinante para permitir adelantar el fin del cepo mismo.

Tras la estabilización, la deuda es la reactivación

Está claro que el gran éxito de Milei en 2024 fue la reducción de la inflación, que del 25,5% de diciembre de 2023 pasó al 2,4% en noviembre de 2024, la más baja en más de cuatro años. De este modo, el Gobierno logró estabilizar la macroeconomía al menos temporalmente, aunque al precio de un enorme ajuste que llevó la pobreza a un pico del 55%, antes de volver a bajar en el segundo semestre.

Sin embargo, la gran deuda sigue siendo la reactivación de la economía, tras una recuperación de los salarios privados formales que todavía no alcanzó los niveles de 2023 y la pulverización de los ingresos de los empleados públicos y los trabajadores informales. Un panorama que se ve reflejado en la caída del consumo masivo por cifras que llegaron a superar el 20% interanual.

Ante la pregunta de El Destape sobre si el Gobierno podrá comenzar una etapa de recuperación de los ingresos y el consumo, Sebastián Menescaldi, economista de Eco Go, afirmó que esta debería llegar "en la medida en que se mantenga el esquema actual de estabilización de la inflación y mayor posibilidad de crédito".

Aun así, Menescaldi agregó que "va a ser una recomposición lenta porque la rentabilidad de las empresas" es menor, y advirtió que "va a ser una recomposición desigual", mayor en asalariados privados que en asalariados públicos y jubilados.

Florencia Fiorentin, economista de EPyCA, coincidió en que "sí" habrá recuperación de salarios y consumo "mientras se siga desacelerando la inflación", pero aclaró que "si no hay crecimiento, va a ser muy limitado", y señaló la "tensión que habrá entre el aumento de los ingresos y la baja de la inflación.

En un plano similar, el analista financiero Christian Buteler moderó las expectativas al subrayar que "con una inflación más desacelerada, (la recuperación de los ingresos) ya no va a ser tan fuerte", por lo que "entrará en juego la productividad de cada actividad".

"No veo que haya una recuperación fuerte en los ingresos y por lo tanto tampoco en el consumo", señaló, al contrario, Federico Zirulnik, economista del CESO. "Es un objetivo que se contrapone al frente externo, porque si se recupera el consumo, inevitablemente tenés un aumento de las importaciones", explicó, y remarcó que esa eventual mayor demanda de dólares "entra en conflicto con acumular reservas".

El levantamiento del cepo y el acuerdo con el FMI

Pero si Milei quiere reactivar la actividad, y lograr que el crecimiento pronosticado del 5% para 2025 sea más que un mero rebote, tendrá, necesariamente, que salir del cepo cambiario. Hoy, nadie en el mercado cree en la afirmación, repetida por Milei y Caputo, de que es posible crecer sostenidamente con cepo incluido.

Para ello será clave cerrar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que incluya el envío de dólares extra por fuera de los 44.500 millones prestados a Mauricio Macri en 2018. Una posibilidad que parece auspiciosa luego de que, hace diez días, el propio organismo confirmara oficialmente que ya inició charlas informales por este motivo con el equipo económico argentino, aun cuando todavía no terminó las últimas dos revisiones del programa actual, que termina a fin de año.

"Si el gobierno logra acordar con el FMI y que ese acuerdo incluya no solo patear vencimientos para adelante sino 'fondos frescos', creo que ahí el Gobierno va a tener una ventana para eliminar el cepo cambiario", resumió Zirulnik.

Como sea, en general los economistas acuerdan en que la salida del cepo no será súbita, como la de Macri a fines de 2015, sino gradual. "Es progresiva la salida y está bien que así lo sea. Este año se ha avanzado mucho en su eliminación, por lo que la salida del cepo parece un objetivo real y no solo una promesa de campaña", consideró Fiorentin.

"El cepo va a ir levantándolo de a poco, pero no de manera plena" en 2025, coincidió Menescaldi, al remarcar que el antecedente de Macri enseña que "tenés que tener muy asegurado el equilibrio y tener todas las cartas en mano para jugar contra el dólar". En ese sentido, el economista de Eco Go añadió que no cree "que el Gobierno levante el cepo en marzo incluso habiendo acordado con el Fondo", y advirtió que no está seguro de si los eventuales 12.000 millones de dólares extra que Argentina pueda recibir del FMI serán suficientes.

En general, los economistas consultados entienden que, probablemente, el Gobierno espere hasta después de las elecciones para terminar de salir del cepo. "El levantamiento total, como vimos  en 2015, no creo que llegue antes de las elecciones, porque cualquier levantamiento probablemente implique un movimiento en el tipo de cambio, y el Gobierno no está dispuesto a arriesgar la bandera de la desaceleración inflacionaria antes de tener que votar nuevamente", opinó Buteler.

Además, Buteler duda de que el probable acuerdo con el FMI incluya un desembolso determinante. "No veo un desembolso importante, de 10.000 a 15.000 millones de dólares que necesitás para levantar el cepo, porque la recuperación argentina todavía está en pañales porque ya le debés 45.000 millones de dólares al FMI", alertó y señaló que, en verdad, lo que habrá es "una serie de acuerdos" para "permitir la cancelación de deuda en un largo período de tiempo".

¿Cuál es el principal desafío económico del gobierno de Milei para 2025?

Sebastián Menescaldi (Eco Go): "Creo que el mayor desafío del 2025 para el Gobierno, al ser un año de elecciones, es mantener la gobernabilidad. Va a hacer todo su esfuerzo para mantener y mejorar su gobernabilidad y para tener una mayor representatividad más homogénea en el Congreso. Gran parte de las decisiones, incluso económicas, van a pasar por el tamiz político".

Florencia Fiorentin (EPyCA): "Los desafíos son los de una economía que empieza a salir de la recesión. Ya no alcanza con la estabilización macro para crecer -de hecho seguimos a niveles por debajo de 2023. Hay que empezar a promover la actividad. También para que haya una continuidad de incremento de los ingresos reales. Básicamente, el principal desafío es implementar una política productiva más allá del RIGI y sin comprometer en gran medida el saldo comercial".

Christian Buteler: "Creo que el gran desafío para el año que viene es la política cambiaria. Argentina ha tenido grandes avances en materia fiscal, en materia monetaria, la inflación va desacelerando, pero todavía tenés el tema cambiario como un gran interrogante a resolver. Estamos teniendo un atraso cambiario que muy probablemente veamos reflejado en estas vacaciones, en la salida de turistas hacia destinos internacionales como Brasil. Creo que la resolución del tema cambiario pone en riesgo, obviamente, mucho de lo logrado hasta ahora. Si no se resuelve bien el tema cambiario, si se mantiene el atraso que se está verificando hasta el momento, te pone en juego qué es lo que puede pasar con variables como la desaceleración inflacionaria y el nivel de actividad incipiente".

Federico Zirulnik (CESO): "Creo que el principal desafío para el año que viene sigue siendo el frente externo. Argentina, en los próximos tres años, tiene que hacer frente a aproximadamente 50.000 millones de dólares de deuda entre bonos soberanos, FMI y BOPREAL. Incluso cuando el Gobierno logró acumular algunas reservas y parece que los pagos, al menos de enero, ya están asegurados. Y el otro desafió, obviamente, es recuperar los indicadores económicos, tanto salario como jubilaciones, pensiones y el empleo".