El PRO ya no se considera un aliado de La Libertad Avanza en Diputados. Tras la dramática sesión en la Cámara Baja, que dejó un saldo doblemente negativo para el macrismo, el bloque amarillo retirará al gobierno nacional su apoyo incondicional. Para ellos, el vínculo está roto y la relación se deterioró tanto que ya ultiman una denuncia contra Martín Menem.
La irritación amarilla se centra en los dos episodios más controvertidos del debate del miércoles. Por un lado, porque el gobierno pactó con el peronismo para repartir las tres sillas de la Auditoría General de la Nación (AGN). Por el otro, porque dejó al PRO sin la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires para presionarlos, al incluir sus artículos en el rechazado Capítulo XI.
Esa decisión llamó la atención, ya que los votos del PRO estaban garantizados y no ofrecía ganancia posible. Solo podrían haber sumado la voluntad de Álvaro González, quien no lo hizo y se ausentó de la votación junto al MID, con quienes el larretismo mantiene una alianza en la Legislatura porteña.
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Un libertario analizó tras la sesión que el saldo para el gobierno fue positivo: no hubo consecuencias económicas negativas, pero sí una ganancia al haber engañado al PRO quitándole dos joyas preciadas. Win win.
Como contó El Destape, el partido fundado por Mauricio Macri considera que la confianza se rompió y que ese sentimiento, clave en cualquier vínculo político, traerá aparejadas múltiples consecuencias parlamentarias. Sin embargo, seguirán acompañando los proyectos que juzguen buenos para el país, especialmente en lo que respecta al rumbo económico.
El resultado directo de la falta de confianza fue la decisión del PRO, liderado por Cristian Ritondo, de cambiar su actitud. Hasta ahora, como aliados, siempre dieron quórum en las sesiones solicitadas por La Libertad Avanza, incluso reclutando presencias de otros armados para lograr el número mágico de 129. Esto pese a que la costumbre señala que el bloque convocante es el que debe asegurar el número para habilitar el debate. Los amarillos prestaron su ayuda tanto en las discusiones de leyes violeta como también en las que buscaron sostener vetos presidenciales.
La figura de Ritondo fue clave en ese trabajo, al igual que la de otros diputados con experiencia legislativa que aportaron rigurosidad técnica para mejorar las iniciativas libertarias. A partir de ahora, el gobierno perdió ese valor agregado y deberá construir mayorías y pulir leyes en soledad.
El PRO anticipa que trabajará por su cuenta: los violeta tendrán que dialogar con ellos – o no – como con el resto de los bloques. De hecho, desde el bloque amarillo ya advierten que no darán quórum si no lo consideran necesario.
La relación quedó tan rota que, tal como anticiparon en su comunicado de madrugada, el macrismo irá a la Justicia por lo ocurrido en la sesión. Particularmente por la designación de tres auditores en la AGN a las tres de la mañana, fuera del temario de las sesiones extraordinarias.
El día después de la sesión, en el PRO comenzaron a redactar una acción judicial por inconstitucionalidad, que pretenden presentar cuanto antes y que irá contra la figura de Martín Menem. Como anticipó El Destape, para los amarillos la maniobra libertaria fue obra de los Menem, y el Presidente de la Cámara de Diputados carga con la responsabilidad máxima por autorizar la jura de los auditores en acuerdo con el peronismo y un grupo de gobernadores.
