Las historias, anécdotas y leyendas sobre la corta vida del cantor Carlos Gardel está llena de capítulos, pero uno de los más famosos y populares es el encuentro que habría tenido con otro destacado cantante: un joven Frank Sinatra. El joven de Nueva York todavía no había comenzado su extensa y brillante carrera cuando recibió un consejo del Zorzal Criollo que le salvaría la vida.
Era el 14 de enero de 1934, según reconstruyen los amantes del tango y los mitos, cuando Carlos Gardel arribó en Nueva York para realizar una actuación en los estudios de la cadena de radio NBC. Ya era un consagrado como cantante y empezaba a pisar fuerte como actor en Hollywood. Esa jornada, un joven de Nueva Jersey llamado Francesco Albertino Sinatra Garaventa irrumpió en el estudio.
Según cuentan, el muchacho era un admirador del cantante oriundo del Río de la Plata y quería conocerlo. Allí Gardel tuvo un gesto que cambió para siempre la vida del joven de casi 20 años, que parecía destinado a perderse entre las malas influencias de las calles de su ciudad. El Morocho del Abasto tenía unos 43 años y estaba lejos de imaginar que, un año y medio más tarde, un accidente de avión le pondría un final abrupto a su vida.
Durante la charla se fueron mezclando un poco de castellano y otro poco de inglés, para que el tanguero logre convencer a “La Voz” dejar de lado el mundo del hampa para probar suerte como artista. También se dice que fue Nancy Barbato, futura esposa de Sinatra y madre de sus tres hijos, quien le dijo a Gardel que su novio “también cantaba”.
Allí Carlitos habría sentido el reflejo de su propia juventud y le solicito que le entonara algún tema a capela. Como era de esperarse, quedó deslumbrado por el talento, que era absolutamente indiscutible. Por eso, le aconsejó que se anotara en el concurso de artistas “Major Bowes Amateur Hour” que tenía lugar en la radio que lo había contratado a él y que estaba en la búsqueda de nuevos artistas.
Frank Sinitra y el recuerdo de Carlos Gardel cuando vino a la Argentina
Lo que Frank no se imaginaba es que participando podría lograr un pase directo a la fama. Además, se anotó, porque no estaba dispuesto a defraudar a su ídolo, quien además lo había recomendado en la emisora como si fuera su discípulo. Se presentó junto al trío Three Flashes, que lo acompañó bajo el nombre de Hoboken Four durante su performance y ganaron el primer puesto, logrando que el programa lo patrocinara su primera gira.
Desde ese instante y por el resto de su carrera, Sinatra llevó grabado a fuego en su corazón el consejo de Gardel y aseguraba en cada ocasión que le preguntaban sobre él: “Me salvó la vida”. Un dato a mencionar es que cuando visitó Argentina, en 1981, para brindar shows en el Salón Libertador del Hotel Sheraton y en el Estadio Luna Park, habría aprovechado un momento para ir a recorrer las calles del Abasto.
Era el barrio porteño que había visto crecer a Carlitos y, muchos aseguran que al pasar por la esquina de Jean Jaures y Corrientes, se le escuchó murmurar: “Thanks for helping me to live, Mr. Gardel” (“Gracias por ayudarme a vivir, Sr. Gardel”).