El mundo del folklore está de luto por la partida de un cantante y compositor que supo ganarse el corazón del público a través de su inconfundible voz y un legado que trasciende generaciones. En homenaje a su memoria, la 34ª Fiesta del Chamamé estará dedicada especialmente a recordar su vida y obra, un testimonio de amor y dedicación a la música.
Se trata de Gabino Chávez, una de las referencias dentro del género chamamecero y parte de una renombrada familia de artistas. "Acompañamos en este difícil momento a su esposa Liliana, su padre, el reconocido poeta Félix Chávez, sus hijas y toda su familia. Gabino, oriundo de una familia de músicos misioneros, marcó una impronta única en el ambiente, tanto como solista como en colaboración con grandes figuras del ámbito musical", señalaron en un comunicado desde el Instituto de Cultura de la Provincia de Corrientes.
La carrera de Gabino Chávez
Nacido en San Martín, provincia de Buenos Aires, el 19 de septiembre de 1959, Gabino Chávez creció en un entorno musical, influenciado por su padre Félix y su tío Héctor Chávez, figuras destacadas del folklore argentino. Su amor por la música comenzó a los 7 años, cuando empezó a cantar en reuniones familiares y escolares. Con el tiempo, se perfeccionó estudiando música y guitarra, consolidando una carrera que lo llevaría a ser uno de los referentes del chamamé.
Con una voz fácilmente reconocible y un estilo romántico, Gabino Chávez comenzó su etapa solista hace varios años, llevando el chamamé a escenarios emblemáticos como el anfiteatro Cocomarola y otros festivales donde la música litoraleña es protagonista. "Tengo la suerte que la mayoría de los cantores no tienen: grabé en primicia muchas obras de grandes artistas como Félix y Héctor Chávez, Mateo Villalba y Salvador Miqueri", expresó en una entrevista, destacando su compromiso con la autenticidad y la emoción en cada interpretación.
Gabino también se destacó por su capacidad de elegir repertorios poco explorados, logrando que canciones menos conocidas encontraran un nuevo público a través de su voz. Siempre agradeció el respeto del público, que lo escuchaba con atención y silencio, reconociendo su arte y dedicación. "Canto lo que me emociona; si no, no lo canto", solía decir, dejando en claro que su conexión con la música era profundamente personal, una filosofía que compartía como consejo a las nuevas generaciones: "Hay muchas cosas lindas para cantar en el chamamé. No caer en el aplauso fácil".
Una trayectoria marcada por la excelencia
El primer gran reconocimiento de Gabino Chávez llegó en 1976, al ganar el certamen “Pre-Cosquín” junto a Rodolfo Insúa en la categoría “dúo vocal”. En la década de 1980, dio un giro hacia el chamamé, cuando su tío Héctor lo invitó a integrar su conjunto. A partir de entonces, su carrera se desarrolló junto a destacados músicos como Ramón Arias y el grupo "Ubeda-Chávez".
Durante su trayectoria, Gabino participó en la grabación de discos fundamentales como A todo Chamamé (1991), El esperado regreso de Ubeda-Chávez (1993) y Canto de mi raza (1995). Más tarde, lideró el conjunto "Canto de mi raza", y en el nuevo milenio se consolidó como solista con discos como Inolvidable Amor (2013) y Tributo a Mateo Villalba (2018), donde rindió homenaje al maestro curuzucuateño.
La música de Gabino Chávez seguirá viva en cada acorde y en cada letra que interpretó con pasión. Su dedicación al chamamé y su compromiso con las raíces culturales argentinas son un legado invaluable para las futuras generaciones.