El jueves 9 de enero se desplegó en el Parque Nacional Los Alerces, en Chubut, un operativo, que contaba con más de 30 vehículos de la Policía Federal y de Gendarmería, para desalojar a la comunidad mapuche Lof Pailako. Las puertas de las rukas (casas) llevan pegados carteles para recibir el despliegue de las fuerzas. En ellos se lee: “Aki se gestó y se parió a una persona de modo libre, en armonía con territorio ancestral. No hay desalojo k despoje esa memoria”,“Señores winkas: las fuerzas del territorio les están observando”, “aki permanecerán por siempre nuestra gente antigua, nuestros brotes” y “su gobierno caducará, nuestra ancestralidad es permanente, presente y milenaria”.
A pesar de que se sabía que los integrantes de la Lof se habían retirado pacíficamente, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, y el presidente de Parques, Cristian Larsen, llegaron en helicóptero y se fotografiaron en dicho procedimiento.
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La comunidad mapuche Lof Pailako son tres familias que juntas conforman una comunidad de 20 personas. Allí tenían su propia huerta con animales, hacían asambleas para tomar decisiones en conjunto y estaban rodeados de los árboles maitén, considerados sagrados para la Lof. De su territorio, otorgado legítimamente por el estado en el 2020, tuvieron que abandonar sus rukas (casas) y la ruka comunitaria que hacía a la vez de escuelita para las niñeces que allí vivían.
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La comunidad hace mucho énfasis en los niños mapuches que nacieron allí y en lo violento que es para un infante vivir un desalojo. Son situaciones violentas a las que ya no quieren exponer a sus hijos, por eso buscaron medios pacíficos para evitar el desalojo. El pueblo mapuche de Chubut y Río Negro ya carga con las heridas de Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y Elias Garay. Cuentan que incontables veces pidieron a los diferentes representantes del gobierno lograr una mesa de diálogo, pero en cada oportunidad se les fue negado.
En la conferencia de prensa que dieron el día anterior, miércoles 8 de enero, en Esquel – Chubut, pidieron “Por infancias mapuche libres en territorio ancestral”, y llamaron a que los turistas que visitan los Parques Nacionales de todo el país presten atención a lo que ocurre. “El parque se está privatizando, los lugares públicos ya no están y el desalojo se hace porque es tierra que quieren para un negocio”, expresó Moira Millán, weichafe (guerrera) de la comunidad Pillán Mahuiza y referente mapuche.
“Sabíamos que esto iba a suceder así que nos organizamos para que no se encontraran con nadie. Todo este circo es para nada, se encontraron con casas vacías. Es una situación dolorosa pero al menos no están expuestos a ser baleados ni asesinados por el Gobierno” explicó Millán. Es por esto que mientras Bullrich bajaba del helicóptero en Parque Nacional Los Alerces, a 40 km de ahí, en la estación NahuelPan un grupo de mapuche–tehuelches autoconvocadas y desde una red de acompañamiento a Lof Pailako, realizaron una acción para visibilizar, conversar e informar a quienes llegan con el tren turístico patagónico, La Trochita, sobre lo que viven como comunidad.
“Nosotros vinimos a informar, vinimos de manera pacífica para terminar con el imaginario social que nos crean desde los medios de comunicación hegemónicos. La sociedad racista nos trata de violentos” dice Zamira Ugolla, también de la comunidad. “La gente de Esquel no nos escucha. La policía vino acá a amedrentar, a empujarnos. Vienen a buscar violencia y a que nosotros reaccionemos para tener de qué hablar” agrega Ugolla.
Hubo un corte momentáneo de las vías del tren, se colocó una bandera y se charló con quienes llegaban. Por el retraso que esto le generó al recorrido normal del tren llegó la Policía de Chubut. El único momento de tensión fue cuando un agente quiso sacar una de las banderas y liberar la traza del ferrocarril, estando aún gente congregada en las vías.
“Estamos en la comunidad NahuelPan haciendo una protesta pacífica, en el mismo lugar en donde en 1937 también ocurrió un desalojo” explica Muriel Molina, integrante de la comunidad mapuche en reclamo por el desalojo de Lof Pailako.
La comunidad eligió a la estación NahuelPan para reclamar por Paillako porque del territorio que hoy conforma esa estación fueron desalojados, en 1937, 300 familias. En ese mismo año se creó el Parque Nacional Los Alerces. En ese mismo desalojo incendiaron sus casas con ellos adentro. Hay descendientes del desalojo de NahuelPan en Lof Pailako. El longko Angel Quilaqueo de NahuelPan nació en medio de un campamento a orillas del arroyo Montoso, cuando su padre y su madre “andaban desalojados”. “Mi mayor recuerdo es el sufrimiento que vivió mi familia. Los que volvieron a menor cantidad de territorio fueron solo de la familia NahuelPan, la mayoría no tenían lugar para volver” dijó Quilaqueo.
El conflicto cada vez les deja menos margen de maniobra a la comunidad indígena que está siendo claramente perseguida por el actual gobierno. La orden de desalojo del juez federal Guido Otranto, conocido por participar en la causa de desaparición forzada de Santiago Maldonado, se basa en la Ley 22.351 sancionada en la última dictadura militar. Criminaliza a los “intrusos” que utilicen las instalaciones de los Parques Nacionales y autoriza su desalojo. Eso sumado a la decisión de Nación de no prorrogar la Ley 26.160 de emergencia territorial indígena y al voto en contra, que hizo la Argentina por la resolución sobre los derechos de los pueblos indígenas de la ONU.