Detienen al presidente surcoreano cesado Yoon en el marco de una investigación por insurrección

15 de enero, 2025 | 04.40

Las autoridades surcoreanas detuvieron el miércoles al presidente cesado, Yoon Suk-yeol, por presunta insurrección. El dirigente declaró que había accedido a someterse a la investigación, que tachó de ilegal, para evitar un "derramamiento de sangre".

Su detención, la primera de un presidente surcoreano en ejercicio, es un nuevo capítulo en la crisis política de una de las democracias más vigorosas de Asia, a pesar de que el país tiene un historial de enjuiciamiento y encarcelamiento de exdirigentes.

Desde que los diputados votaron su destitución tras la efímera declaración de la ley marcial el 3 de diciembre, Yoon ha estado refugiado en su residencia, custodiado por un pequeño ejército de seguridad personal que bloqueó un intento de detención anterior.

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Yoon, todavía desafiante, dijo que se sometió a interrogatorio para evitar cualquier tipo de violencia después de que más de 3.000 policías marcharan hacia su residencia para detenerlo desde las primeras horas del miércoles.

"Decidí responder a la investigación de la Oficina de Investigación de la Corrupción de Altos Funcionarios —a pesar de ser una investigación ilegal— para evitar un desagradable derramamiento de sangre", dijo Yoon en un comunicado, en referencia a la oficina que dirige la investigación penal.

La comitiva de Yoon fue vista más tarde saliendo de su residencia en una zona de lujo conocida como el Beverly Hills de Seúl. La comitiva llegó a la oficina de los investigadores, pero fue rodeada rápidamente por la seguridad y trasladada a la parte trasera del edificio, donde Yoon se escabulló, eludiendo a los medios de comunicación que le esperaban.

Las autoridades disponen ahora de 48 horas para interrogar a Yoon, tras lo cual deben solicitar una orden de detención de hasta 20 días o ponerlo en libertad.

Los abogados de Yoon han afirmado que la orden de detención es ilegal porque fue emitida por un tribunal de la jurisdicción equivocada y el equipo creado para investigarlo carecía de mandato legal para hacerlo. La orden de registro de la residencia de Yoon, de la que Reuters ha tenido acceso a una copia, se refiere a Yoon como "cabecilla de la insurrección".

La declaración de la ley marcial por parte de Yoon conmocionó a los surcoreanos, sacudió la cuarta economía de Asia e inauguró un periodo de agitación política sin precedentes en uno de los principales socios de Washington en materia de seguridad en la región. Los diputados votaron su destitución poco después, el 14 de diciembre.

Al margen de la investigación penal, el Tribunal Constitucional está deliberando si confirma su destitución por el parlamento y lo aparta permanentemente de su cargo o le restablece sus poderes presidenciales.

Estados Unidos sigue comprometido a trabajar con el Gobierno de Seúl y aprecia todos sus esfuerzos y a los ciudadanos "por actuar de acuerdo con la Constitución", dijo en un comunicado un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

El máximo portavoz del Gobierno de Japón, Yoshimasa Hayashi, dijo en una rueda de prensa diaria que Tokio seguía los acontecimientos en Corea del Sur "con especial y serio interés".

PARTIDARIOS DE YOON

Este último intento de detención, que comenzó antes del amanecer, conmocionó a la nación: cientos de miles de personas estaban atentas a las imágenes en directo que mostraban la llegada de autobuses cargados de policías cerca de la residencia presidencial, empujando a los partidarios de Yoon y caminando hacia las puertas del complejo con escaleras y alicates.

Cuando las emisoras de noticias locales informaron de que la detención de Yoon era inminente, se produjeron algunos enfrentamientos menores entre manifestantes pro-Yoon y la policía cerca de la residencia, según un testigo de Reuters que se encontraba en el lugar.

Multitud de manifestantes se congregaron a temperaturas bajo cero, algunos envueltos en mantas de papel de aluminio y otros enarbolando banderas con lemas como "Paren el robo", en referencia a las denuncias infundadas de fraude electoral de Yoon, una de las razones que adujo para justificar su breve declaración de la ley marcial.

Algunos de los partidarios de Yoon han establecido paralelismos entre su difícil situación y la del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien también alegó que el fraude electoral contribuyó a su derrota electoral en 2020, pero se recuperó para protagonizar una asombrosa remontada política.

"Es muy triste ver cómo nuestro país se desmorona", dijo Kim Woo-sub, un jubilado de 70 años que protestaba por la detención de Yoon frente a su residencia el miércoles.

"Sigo teniendo grandes expectativas de que Trump apoye a nuestro presidente. El fraude electoral es algo que tienen en común, pero también Estados Unidos necesita a Corea del Sur para luchar contra China", dijo.

Con información de Reuters