Dólar atrasado y baja de tasas: licuación de ahorros para unos y negocio para otros

El Gobierno avanzó sobre un endurecimiento de la “tablita” devaluatoria, a la que seguirá una nueva baja de la tasa de interés en pesos, que afectará el rendimiento de los plazos fijos. 

16 de enero, 2025 | 13.39

Pese a que el dato de inflación del último mes del 2024 fue superior al previsto, el gobierno de Javier Milei engranó la maquinaria financiera para mantener la bicicleta financiera al máximo y seguir licuando los ingresos de la población. Movidos por el capricho y la cerrazón, el dueto económico que integran el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, avanzó sobre un endurecimiento de la “tablita” devaluatoria, a la que seguirá una nueva baja de la tasa de interés en pesos para acomodar el carry-trade de los grandes inversores. El dilema se planteará para el pequeño ahorrista, menos diversificado, que verá un plazo fijo que, si bien le gane en rendimiento al dólar, seguirá a la zaga de la suba de precios de la economía.

Tras conocerse que la inflación de diciembre resultó en un 2,7 por ciento –aunque algo por encima del 2-2,5 por ciento que puso como pauta Milei para endurecer la política cambiaria—el Banco Central estableció un nuevo sendero de desplazamiento de 1 por ciento mensual para el tipo de cambio (la mitad del ritmo que registró durante el 2024) que comenzará a regir a partir de febrero. “La medida genera un mayor atractivo por el carry-trade de importadores y exportadores que favorece la compra de reservas del BCRA, hasta tanto se anuncie una nueva baja de tasas de interés”, señala el informe de la consultora Analytica. Con el actual sendero de tasas de interés para instrumentos en pesos, el rendimiento sería de 16,8 por ciento anual en dólares, un retorno que no se consigue en otra parte del mundo.

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Para el pequeño ahorrista todo es pérdida. El año pasado finalizó con un retorno del plazo fijo promedio del 35-40 por ciento y una inflación del 117,8 por ciento. Aún habiéndole ganado a la apreciación del dólar, en términos de canasta familiar, fue un pésimo negocio. De todos modos, la apuesta de las familias que siguieron inmovilizando algún excedente a los bancos se explica por la falta de opciones.

El próximo movimiento

Este jueves el Directorio del Banco Central se reúne para analizar el próximo movimiento de la tasa de interés, con el objetivo de mantener aceitada la cadena de la bicicleta financiera pero reduciendo el retorno del carry-trade a niveles en torno a un 7 por ciento en dólares. La autoridad monetaria debe sopesar el trade-off entre mantener el incentivo para que ingresen dólares a la timba financieras y baje la demanda por parte de privados y el mantener tanto a la divisa como a la tasa como anclas anti-inflacionarias.

El último movimiento fue en diciembre, cuando el Central redujo la tasa de política monetaria de 35 a 32 por ciento de Tasa Nominal Anual (TNA). “El BCRA implementará próximamente otro recorte de tasas, que esperamos sea alrededor de 500 puntos básicos. Estimamos que será una reducción hasta el 27 por ciento, lo que dejará una tasa mensual de 2,2 por ciento, preservando altos niveles de tasas en dólares, necesarios para mantener los incentivos actuales para exportadores e importadores, y así preservar el ancla cambiaria”, de acuerdo con el último informe de Max Capital.

Desde Analytica advierten que, tras la baja del crawling-peg, se esperan “anuncios en cuanto a las tasas de interés de referencia”. “La idea es que las correcciones asociadas al nuevo acuerdo con el FMI (‘blend’, retenciones, devaluación, etc.), que será un puente hasta las elecciones en un contexto de apreciación que se acelera, lleguen con menos inflación, menos volatilidad y menos inercia en el proceso inflacionario”, detalla el informe.

El ajuste en la tasa busca reducir los riesgos de un salto en la brecha cambiaria “si el mercado no lee que sea una política sostenible”. “En un contexto de intervención en el CCL-MEP, que refleja debilidad de la demanda de pesos debido al cambio en el contexto internacional, con un tipo de cambio muy apreciado, esta política podría generar más volatilidad”, según expresa la consultora que dirige el economista Ricardo Delgado.

Perder lo menos posible

La reducción de tasas es algo que ya se descuenta en el mercado, aunque todavía no está claro la magnitud ni el momento exacto del recorte, para evitar un traslado al dólar luego de un mes de fuerte expansión monetaria como diciembre por la alta demanda de dinero que se registra en el último mes del año. El Gobierno apuesta así a las otras dos anclas clave: salarios y tarifas. "Las nuevas pautas en regulados están por debajo del 2 por ciento mensual (combustibles y  tarifas en enero) y en salarios el equipo económico busca coordinar paritarias al 1 por ciento mensual (la UOM ya firmó 1 por ciento para marzo)", concluye Analytica.

En muchos casos, los hogares tuvieron que deshacerse de dólares para afrontar el incremento desproporcionado de los costos familiares, con salarios creciendo por debajo de la inflación. En otros, hubo familias que volcaron algo de sus ahorros en depósitos bancarios para reducir al menos en parte la licuación de ingresos. Esto explica que los depósitos del sector privado en bancos privados aumentaron 6,3 por ciento en diciembre y 129 por ciento en últimos doce meses (por encima de la inflación). En bancos públicos avanzó 9,1 por ciento en diciembre y un 140 por ciento en el último año.

La clave va a ser la sostenibilidad de la baja en la inflación, la cual es utilizada por el ahorrista para comparar cuánto perdió. “Si bien la inflación general estuvo en línea con nuestro pronóstico, la composición muestra una inflación subyacente un poco más alta de lo que habíamos proyectado, lo que fue compensado por una nueva deflación en los precios estacionales”, señala un informe del JP Morgan. Por su parte, las estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dan cuenta de que este año la inflación en Argentina cerrará en 29,8 por ciento y en 2026, será de 25,1 por ciento. En ambos casos, el ahorrista saldrá perdiendo con el nuevo corredor de tasas.