Gabriel Rochet es un joven, de 16 años, que le demostró al mundo que la fabricación de un celular no requiere de altos costos de producción y que se puede armar un diseño accesible, simple y sostenible con un bajo presupuesto de 30 dólares. Este dispositivo ideado por el adolescente francés está pensado para cumplir funciones básicas como llamadas y mensajes, por lo que no tiene conexión a internet. Además de que lo construyó con materiales reciclables, puso a disposición de manera gratuita todos los planos e instrucciones.
Con solo 30 dólares y una gran curiosidad por la electrónica, el muchacho francés revolucionó la tecnología con su propio celular y desmontó algunos de los mitos más vigentes de la industria moderna. Todo arrancó hace tres años, cuando se planteó una pregunta simple: ¿Cómo funciona realmente un teléfono? Eso se convirtió en su proyecto personal con el objetivo de construir un dispositivo funcional desde cero.
“Todo el mundo tiene uno en el bolsillo, pero casi nadie sabe cómo realmente opera”, explicó Gabriel, en referencia a la distancia creciente entre los usuarios y el conocimiento técnico sobre los dispositivos que utilizan a diario. Sin embargo, sus primeros intentos no fueron los mejores al lidiar con circuitos reciclados, cables sueltos y prototipos que poco tenían en común con un teléfono convencional.
“El primer intento parecía más una caja de zapatos que un teléfono”, recordó entre risas y tras nueve prototipos fallidos, pudo construir una versión funcional, consolidando su aprendizaje y el enfoque práctico. Todo culminó en el “Paxo Phone”, un proyecto de código abierto con el que materializó su idea y abrió la posibilidad para que cualquier persona pueda replicar su creación.
Se trata de un dispositivo económico que fue diseñado para cumplir con las tareas básicas como llamar, enviar mensajes de texto y disfrutar de juegos clásicos como “La viborita” y 2048. Pero ahora, la versión más reciente, conocida como Paxo Phone V4, incluye ocho aplicaciones como calculadora, GPS, reloj, agenda de contactos y los juegos mencionados.
Como se mencionó, el celular casero no tiene conexión a internet, por ende no permite redes sociales, tampoco cuenta con cámaras de alta resolución. Al mismo tiempo, el diseño tiene un enfoque ecológico con una carcasa fabricada con material reciclado, proveniente de conchas de vieiras. Al utilizar componentes reutilizados y fomentar la reutilización de materiales, Gabriel apuesta por una tecnología más responsable y consciente con el entorno.
Un celular “barato” y de código abierto
Luego, otro de los aspectos más destacados del proyecto de Rochet es su compromiso con el conocimiento accesible, ya que en todo su proceso de aprendizaje nunca pagó por cursos ni formaciones especializadas. Básicamente, se apoyó en tutoriales de código abierto, foros en línea y plataformas de colaboración. Esa iniciativa le permitió construir el teléfono y reforzó su convicción de que el conocimiento debe estar al alcance de todos.
Con esa filosofía, decidió publicar de forma gratuita todos los planos, esquemas y códigos necesarios para construir el Paxo Phone. El proyecto está disponible en la web oficial y en plataformas como Github, donde cualquier interesado puede descargar el Paxo OS, el sistema operativo de código abierto que da vida al dispositivo. Este sistema, compatible con el entorno de desarrollo Arduino, permite instalar y ejecutar las ocho aplicaciones diseñadas para el teléfono.
“La idea es que cualquiera pueda intentarlo. Si yo pude hacerlo con recursos limitados, cualquiera puede intentarlo. Lo importante es la curiosidad y la paciencia”, afirmó Gabriel con entusiasmo, quien planea publicar un tutorial en YouTube para facilitar aún más la replicación del proyecto.
Para la creación de un Paxo Phone se necesitan algunas herramientas como un soldador, una pistola de aire caliente, alicates de precisión, estaño y una impresora 3D. Los componentes electrónicos, incluyendo la placa base, se pueden adquirir en plataformas de comercio electrónico, por un costo estimado de 30 dólares. Si bien está todo pensado para ser replicable, Gabriel recomienda tener paciencia y atención al detalle, considerando que algunas aplicaciones del sistema aún están en desarrollo.
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