Un estudio del Observatorio de Argentinos por la Educación reveló que las y los estudiantes argentinos tienen un promedio de 71 días de receso, "más que el promedio de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (63 días)" y de América Latina. Allí, apuntaron, que "los alumnos de sectores favorecidos siguen aprendiendo durante el verano, los más vulnerables pierden aprendizajes". Las estrategias que pueden contribuir a reducir esta brecha.
“Vacaciones de verano: evidencia sobre su impacto en el aprendizaje” se llama el informe elaborado por el Observatorio realizado por Irene Kit (Asociación Civil Educación Para Todos), María Sol Alzú y Leyre Sáenz Guillén (Observatorio de Argentinos por la Educación). Allí, hicieron énfasis en la brecha de aprendizaje que existe en distintos sectores.
También hicieron comparaciones con lo que sucede a nivel internacional: a nivel regional, el país ocupa la quinta posición en cuanto a duración de las vacaciones, superado por países como Perú (con 87 días, la cifra más alta de la región); y muy por encima de México, que tiene vacaciones más cortas (41 días), apuntaron.
Según el informe, las y los chicos de sectores más favorecidos vuelven a clases con aproximadamente 22 días más de aprendizaje, mientras que los alumnos de contextos vulnerables enfrentan una pérdida de hasta 76 días (aproximadamente 2 meses y medio), según una revisión de estudios internacionales.
En tanto, señalaron las diferencias que existen a nivel nacional en la duración de las vacaciones en las provincias: Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero tienen los períodos de receso más extensos, con 82 días, mientras que jurisdicciones como Ciudad de Buenos Aires, Corrientes y San Juan reportan las cifras más bajas, con 66 días de vacaciones.
Para combatir las diferencias, que influye en la pérdida de aprendizaje, desde el Observatorio sugirieron cuatro estrategias implementadas en países desarrollados y Latinoamérica: escuelas de verano, talleres de lectura, modificaciones del calendario escolar y programas de tutorías. "La efectividad de cada medida depende de factores como el diseño, la población objetivo y los recursos disponibles", precisaron.
"El informe nos muestra que los lógicos y necesarios cortes vacacionales tienen una especie de costo asociado a ciertas cuotas de olvido. Afortunadamente, no son olvidos definitivos, se pueden y deben recuperar al inicio del año escolar", planteó Irene Kit, presidenta de la asociación civil Educación para Todos y coautora del documento. También, señaló, que es posible "mantener activa la mente de los niños y niñas, estimulándolos a juegos activos, interpersonales, imaginativos, así como a lecturas compartidas, dramatizaciones, dibujos y expresiones plásticas de todo tipo. Las familias recibimos y buscamos información para estas actividades lúdicas y formativas en tiempos de pandemia. ¿Por qué no resignificar eso que aprendimos años atrás, y ponerlo nuevamente en marcha?", cerró.