Manejar bajo los efectos del alcohol es una de las faltas más graves en el tránsito. Además, es una de las principales causas de accidentes viales y se considera uno de los mayores riesgos al volante. Es por eso que el control de alcoholemia es una medida preventiva clave utilizada por las autoridades para evitar este tipo de incidentes.
En algunas ciudades, la tolerancia al alcohol en sangre es del 0%, mientras que en otras, como en la Ciudad de Buenos Aires, el límite llega hasta el 0.5% para conductores de autos. Si una persona supera estos valores, se considera positiva en el control de alcoholemia y debe enfrentar diversas penalidades. Además de recibir un acta de infracción, se le retendrá la licencia de conducir y, en ocasiones, incluso el vehículo.
Sin embargo, existen situaciones en las que un automovilista podría enfrentar multas sin haber realizado la prueba de alcoholemia. Negarse a someterse al test también constituye una falta y puede implicar el secuestro del vehículo.
Recientemente, en la mañana del 25 de diciembre, dos conductores de autos diplomáticos de la embajada de Rusia se negaron a realizar la prueba luego de ser detenidos por agentes de tránsito en un operativo de seguridad vial. El primer conductor, llamado Sergei Baldin, fue detenido en el barrio de Recoleta alrededor de las 10:45 y se negó a realizar el control de alcoholemia, además de no presentar la documentación correspondiente. La Policía de la Ciudad intervino y acompañó al auto hasta la embajada.
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Ante esta situación, Diego Guelar, exembajador en Estados Unidos, China y Brasil, explicó que si bien los diplomáticos cuentan con inmunidad de arresto gracias a la Convención de Viena, el personal de la embajada debe cumplir con las normas de tránsito, incluyendo el respeto por la velocidad máxima, los semáforos y el estacionamiento.
Es importante comprender cómo se lleva a cabo el control de alcoholemia. El procedimiento consta de dos etapas y se utiliza un dispositivo llamado alómetro, similar a una pipeta, que se considera no invasivo, estéril y desechable. En primer lugar, el conductor sopló en el alómetro para detectar si había presencia de alcohol en sangre, sin especificar la cantidad exacta. Si el resultado fue negativo, la persona pudo continuar circulando sin problemas. Sin embargo, si el resultado fue positivo, se realizó un segundo test para determinar la cantidad de alcohol presente en sangre.
Multas por dar positivo en un control de alcoholemia
Es fundamental tener en cuenta que las sanciones para los conductores positivos en el test de alcoholemia varían según la cantidad de alcohol en sangre. Para aquellos que superaron los 0.5 gramos por litro, pero no llegaron a 1 gramo, las multas oscilan entre $94.530 y $630.200. Además, se impone una suspensión de la licencia de conducir por un período de entre dos y cuatro meses, con la posibilidad de reducir dicha suspensión si se completa un curso de educación vial.
Por otro lado, para aquellos que registraron más de 1 gramo por litro, las multas pueden llegar hasta $1.260.400 e incluso pueden recibir penas de arresto que van desde uno hasta diez días. La suspensión mínima de la licencia en estos casos es de cuatro meses y puede extenderse hasta dos años sin posibilidad de suspensión.
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Inmunidad diplomática: qué dice la convención de Viena
La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas firmada en 1961 que establece un régimen de inmunidades y privilegios para el personal diplomático.
No obstante, el artículo 41 de esta convención indica que la inmunidad no implica un derecho absoluto de los agentes diplomáticos para resistirse a las autoridades del Estado receptor: "Sin perjuicio de sus privilegios e inmunidades, todas las personas que gocen de esos privilegios e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor", según el texto de la norma.
Pero el artículo 31 del mismo acuerdo señala que un agente diplomático puede negarse a someterse a un control de alcoholemia en virtud de la inmunidad de jurisdicción penal y administrativa que establece la convención. En este sentido, la inmunidad protege al diplomático de cualquier medida coercitiva, incluida la obligación de someterse a procedimientos legales o administrativos, como un control de alcoholemia.
En este sentido, el primer secretario de la Embajada de Rusia en la Argentina manifestó que se está "violando la inmunidad" diplomática. En cuanto a los automóviles de la embajada rusa, la convención explica en el punto 3 del artículo 22 que "los locales de la misión, su mobiliario y demás bienes situados en ellos, así como los medios de transporte de la misión, no podrán ser objeto de ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución".