Durante mucho tiempo, comer fruta por la noche fue señalado como un mal hábito. La creencia popular sostiene que “engorda”, que cae pesada o que interfiere con el descanso. Sin embargo, la ciencia viene desarmando ese mito desde hace años y los especialistas son claros con que no existe un horario universalmente malo para consumir fruta.
De acuerdo con un artículo de la Harvard Medical School, lo que realmente influye en el peso corporal y la salud metabólica no es el momento del día en que se come fruta, sino el balance energético total y la calidad general de la alimentación. Es decir, importa más qué y cuánto se come a lo largo del día que si una manzana se consume a la tarde o después de cenar.
Desde el punto de vista fisiológico, el cuerpo no “apaga” su metabolismo durante la noche. Incluso mientras dormimos, el metabolismo basal sigue activo y continúa utilizando energía. Los carbohidratos simples presentes en las frutas pueden ser utilizados o almacenados según el gasto energético previo y la cantidad ingerida, no únicamente por el horario en que se consumen.
Cuáles son los beneficios de comer fruta
Además, las frutas aportan fibra, agua, vitaminas y antioxidantes, nutrientes que mantienen su valor sin importar el momento del día. En personas con hábitos alimentarios equilibrados, una porción de fruta por la noche, ya sea como parte de la cena o como colación, no se asocia con aumento de peso ni con alteraciones metabólicas.
Donde sí pueden aparecer diferencias es en la tolerancia digestiva individual. Algunas personas con reflujo gastroesofágico, intestino irritable o sensibilidad digestiva pueden experimentar molestias si consumen ciertas frutas en horarios nocturnos. Según publicaciones clínicas citadas por Harvard, frutas muy ácidas o con alto contenido de fructosa pueden generar distensión abdominal, ardor o malestar antes de dormir.
En esos casos, la recomendación no es eliminar la fruta, sino elegir mejor el tipo y la cantidad, y evitar consumirla justo antes de acostarse. Entre las opciones que suelen tolerarse mejor por la noche se encuentran la banana, la manzana, la pera, las frutillas y los arándanos, ya que aportan fibra soluble y tienen un impacto glucémico moderado cuando se consumen en porciones adecuadas.
