Antonella Piedrabuena llegó a su casa llena de entusiasmo con el cartel laminado que desplegó en el piso y mostró a la cámara: en la foto, se la ve vestida con un trajecito rosa pastel mirando al frente con una sonrisa que le ocupa toda la cara. “Ciudad sustentable” se lee en lo que es la presentación de la candidata a primera concejala, que es nada más y nada menos que ella, una mujer trans, misionera que buscó ocupar una banca. No fue la única: en 2023, fueron más de 60 les integrantes de la comunidad LGBTIQ+ que intentaron acceder a cargos de representación, según un sondeo al que accedió El Destape. Sin embargo, el derrotero para llegar allí no es tan sencillo para las diversidades.
Era la primera vez que Antonella se postulaba a un cargo. Y era tanta su felicidad que compartió en Instagram cuando armó y puso el cartel en la puerta de su casa. Llegó allí por su activismo y el convite del partido local Frente Renovador de la Concordia. Ahora bien, ¿qué lugar ocuparon lesbianas, gays, travestis, trans y no binaries hasta ahora en las listas para las elecciones en el país? ¿Qué representación alcanzaron? ¿Hay datos? ¿Qué lugar pueden tener los discursos de odio contra esta comunidad históricamente invisibilizada y violentada?
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En un contexto donde el ultraderechista Javier Milei buscará ampliar su poder legislativo sostenido en una narrativa estigmatizante y discriminatoria, conocer el papel de las diversidades en los ámbitos de decisión es clave para analizar el estado de la democracia y la equidad en la política argentina. Esas son las preguntas a resolver en un año en el que el Senado renovará 24 bancas y 127 en Diputados. Además, 12 distritos renovarán la mitad de sus legislativos (Ciudad y provincia de Buenos Aires, Mendoza, San Luis, Corrientes, Misiones, Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Jujuy, Salta, Catamarca y La Rioja) y, Santiago del Estero, la totalidad de la Cámara.
Falta de datos oficiales y problemas de registro
La consolidación de un amplio marco normativo -con leyes como el Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género, el cupo laboral travesti-trans y el DNI no binario- permitió grandes avances en la adquisición de derechos civiles y políticos de mujeres y LGBTIQ+. Aún así, persisten dificultades para saber cuántas personas de la diversidad fueron o son candidatas y qué lugares de representación alcanzan, por ende conocer sus trayectorias y sus propuestas.
Lo que se conoce, en cambio, son trabajos hechos a partir de sondeos de medios y en consulta con los frentes electorales o las organizaciones, un esfuerzo que llevó a cabo la Agencia Presentes en 2017, 2019 y 2023.
Mientras, desde el Estado el único estudio que se llevó a cabo fue en 2021 sobre las elecciones de 2019, impulsado por la Subsecretaría de Asuntos Políticos del ex ministerio del Interior -ahora bajo dependencia de la Secretaría de la Presidencia- en conjunto con el entonces Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades de la Nación, eliminado por la actual gestión mileísta.
Flor Grimo, socióloga y activista lesbiana, que participó del armado del estudio oficial contó a El Destape que para realizarlo se reunieron con las organizaciones LGBTIQ+, les contaron del proyecto y lograron concretarlo a través de la consulta con ellas y de la corroboración de las listas.
La dificultad clave está en que no existe una recopilación de información de las candidaturas relativa a la orientación sexual ni al género en organismos públicos como la Cámara Nacional Electoral (CNE) o las Juntas Electorales, que se encargan de verificar las listas. Aunque cabe destacar que, a partir del reconocimiento de la identidad no binaria (2021), que permite el cambio registral en el DNI para colocar la X, en lugar de la F o la M, es posible identificar, al menos, a ese sector de la comunidad LGBTIQ+.
Este medio consultó a la CNE sobre ello y respondieron que hasta ahora “no se oficializaron como precandidatos/as ni candidatos/as a cargos electivos nacionales personas no binarias”. En tanto, como las listas se deben organizar "un candidato o candidata", en función de lo que dicta la Ley de Paridad, se consultó cómo se arman en caso de que sí hubiera una de estas candidaturas y aclararon que "no existe antecedente" de ese tipo ante ese tribunal, pero explicaron también que, en caso de que hubiera alguna duda en la aplicación de la Ley, se prevé la intervención de las autoridades electorales locales y, en todo caso, hay posibilidad de apelación ante la CNE.
El Destape consultó a las Juntas y Tribunales Electorales provinciales sobre el tema. Para tener un ejemplo, en el único caso que hubo en la provincia de Buenos Aires en 2023 la Junta local resolvió “interrumpir el binomio y la secuencialidad”, por lo que quedó: X-M-F.
Un repaso por candidaturas históricas
Como Antonella son muchas las personas de la diversidad que buscaron llegar al Legislativo o al Ejecutivo de sus ciudades o municipios a través de las elecciones para llevar sus agendas y otras con las que quieren mejorar la calidad de vida de les vecines. Quienes dieron el puntapié enfrentando estigmas y hasta la persecución fueron: Raúl Soria, en 1985 -al momento había sido expulsado de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) por manifestaciones antisemitas y había aceptado la candidatura por el Partido Humanista-; José Luis Pizzi, en 1993; y Carlos Jáuregui, en 1994, ambos de Gays por los Derechos Civiles (Gays DC).
En la historia reciente la primera travesti candidata fue Lohana Berkins, en 2001, por el Partido Comunista. La salteña pionera en exigir una Ley de Identidad de Género, entonces presidenta de la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT), tuvo el impulso de organizaciones LGBTIQ+ como la CHA.
En 2010, María Rachid se convirtió en la primera legisladora lesbiana visible de la Argentina y hoy es la titular del Instituto contra la Discriminación de la Defensoría del Pueblo de CABA y la presidenta de la FALBGT. En 2012, la histórica militante piquetera -asesinada brutalmente en 2015- Diana Sacayán buscó ser la primera trava defensora del Pueblo en La Matanza.
Los números
En el sondeo de 2023 de Agencia Presentes identificaron a 18 candidates. En tanto, las organizaciones VoteLGBT, de Brasil; y Caribe Afirmativo, de Colombia, adelantaron datos de una investigación sobre participación y representación política que están llevando adelante en Argentina, Colombia, México y Brasil, que contempla esos últimos comicios, cuyo informe final será público más adelante este año.
En los resultados preliminares que compartieron con El Destape en exclusiva afirmaron haber contabilizado 63 candidaturas LGBTIQ+ en Argentina, en su mayoría, para concejales, en menor medida para cargos provinciales y sólo 10 para ocupar una banca en la Cámara de Diputados, ninguna para el Senado y sólo una de ellas para una gobernación, con el condimento de que sólo 3 de esas 10 son personas travestis y trans.
Del total de las 63 candidaturas, sólo 17 fueron electas y ocupan un cargo, un reflejo de los lugares poco expectantes que ocupan en las listas. En tanto, al Congreso Nacional llegaron sólo tres hombres gays visibles y ninguna persona trans fue electa en el orden nacional o provincial, según los datos recolectados.
Los números son algo alentadores en comparación con los de 2019, según lo registrado en el informe Participación y Representación Política LGBT+ mencionado. Hubo 43 candidaturas pertenecientes al colectivo LGBTIQ+ y sólo 4 fueron electas, ninguna de ellas travesti o trans.
Las candidaturas disputaron los siguientes cargos: 17 para concejales, 10 para legisladores y legisladoras provinciales, 4 para diputados y diputadas nacionales, 5 para las intendencias, 3 para la Legislatura de CABA, 2 para comuneros también en el mismo distrito, 1 para gobernador y 1 para comisionada comunal, en Tucumán.
“Estamos subrepresentades, faltan más candidates LGBTIQ+. Con el tema de la paridad hay estudios que comprueban cómo van cambiando la agendas de los congresos con la incorporación de las mujeres, hay una progresividad, hay una mayor conquista de derechos cuando hay mujeres y diversidades”, sostuvo Grimo, co autora del estudio, que también aclaró que eso no necesariamente signifique que todas las mujeres y diversidades “sean progres”.
Más allá de eso, consideró “fundamental” la incorporación a la vida política partidaria de militantes de la comunidad: “Es importante en este tiempo porque los partidos están quedando viejos. Y también es fundamental no hablar solamente de nuestra agenda, de la identidad, sino de los derechos sociales y económicos, porque Milei nos pega a nosotres, pero somos chivo expiatorio. Nosotros salimos (N de R: a la calle a protestar contra los discursos de odio del Presidente) no solamente porque nos pegó, sino porque se está prendiendo fuego la Patagonia, porque están vendiendo al país, porque nos están dejando sin salud pública y no hay medicamentos para las personas con VIH, es un modelo económico que nos viene a asesinar a todos. Es un neoliberalismo totalmente salvaje. Tenemos que estar en todos los espacios para poder hacer propuestas en todos los sentidos”.
Obstáculos que enfrentan
En junio de 2022, el Centro de Estudio y Usina para el Desarrollo con Igualdad de Proyecto Generar realizó el informe Encuesta Federal sobre Violencia Política con una muestra de 1500 personas. El 70,5% de las militantes y activistas de partidos, organizaciones políticas y sindicatos de las provincias y CABA consultadas afirmó haber sufrido o sufrir violencia política por motivos de género.
Aunque los datos son de hace dos años, el estudio permite tener un panorama de cómo atraviesan las diversidades sus militancias y hasta advertir un posible recrudecimiento de la situación a partir de decisiones de Milei que buscan eliminar leyes como el cupo laboral travesti trans, la paridad y que ya modificaron la Ley de Identidad de Género.
“Desde el derecho al voto femenino hasta las cuotas y la paridad en los espacios de toma de decisiones, las mujeres hemos tenido que enfrentar todo tipo de dificultades para ejercer plenamente nuestros derechos políticos. Aún hoy persisten barreras y ‘techos de cristal’, a pesar de contar con marcos normativos muy avanzados”, señalaron. Y marcaron que, pese a los avances, “aún no se evidencia una paridad real entre hombres y mujeres en las esferas de toma de decisión”. Por otro lado, sostuvieron que la invisibilización de las personas LGBTIQ+ en política y sus propuestas, “son formas de discriminación y de odio”.
MÁS INFO
En un contexto en el que la ola ultraderechista crecía, advirtieron que la “reacción conservadora se tradujo en un incremento en los niveles de violencia, acoso político y hostigamiento por razones de género en la región”. Una reacción que se tornó todavía más violenta contra esta comunidad desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca por segunda vez, con especial resonancia en el país por la alineación abierta del Gobierno de Milei con Estados Unidos.
Para sustentar lo dicho desde Proyecto Generar, los datos que recolectaron dejaron evidencias concretas:
● ¿Dónde se producen esas violencias?: en el espacio de militancia, en el partido u organización; donde desarrollan su función o responsabilidad; en redes sociales o portales digitales; en actividades públicas, en medios de comunicación y en los recintos legislativos.
● Casi ocho de cada diez sufrió violencias durante su militancia (78,8%), dos cada diez en el ejercicio del cargo (20,7%) y en menor medida al momento de ser candidatas (15,1%).
● A la vez, casi ocho de cada diez (78%) respondió que estos episodios afectan en alguna o gran medida a su participación política.
En su análisis final dejaron asentado, justamente, que uno de los principales obstáculos para el acceso igualitario es la violencia política por razones de género, que “impide la plena participación y el ejercicio libre de discriminación y violencia en la vida política”. Esto, en definitiva, afirmaron “refuerza roles tradicionales de género, socavando la calidad de la democracia y el pleno disfrute de los derechos humanos” por lo que su erradicación se vuelve una condición para la igualdad.
“Haber sido candidata fue enriquecedor y un paso importante para la comunidad trans y LGBTIQ+. Me permitió visibilizar nuestras problemáticas en la esfera política, impulsar debates necesarios y reafirmar mi compromiso con la construcción de una ciudad más inclusiva, más justa y con igualdad de oportunidades para todos, todas y todes”, dijo Antonella sobre cómo fue su experiencia ante El Destape, pese a que no fue electa. Ahora es diseñadora de interiores, estilista, estudiante de abogacía y fue también la primera trabajadora que incorporó el gobierno de Misiones por la Ley de cupo laboral travesti-trans.
El último cartel para su campaña, contó, fue a colocarlo con su novio en la esquina del barrio donde se paraba con otras compañeras con quienes se prostituían para subsistir. Ese gesto, todavía le sabe a victoria.
Este producto fue realizado como parte de la Beca Zarelia - Rompiendo Moldes “Transformemos los estereotipos de violencia y desigualdad” impulsada por Festival Zarelia @festivalzarelia, Wambra @wambraec y OxfamLAC @oxfam_lac.