Desde el 1 de enero de 2026, los Países Bajos impedirán la compra y cría de gatos de las razas Scottish Fold y Sphynx, en una decisión que forma parte de un plan más amplio para proteger el bienestar animal. Esta medida apunta a evitar que se siga fomentando la reproducción de animales con características físicas que pueden generarles problemas de salud graves.
El Gobierno neerlandés especificó que quienes ya tengan un Scottish Fold o un Sphynx podrán conservarlos, siempre que estén identificados con microchip, pero no podrán adquirir nuevos ejemplares después de esa fecha. Además, la prohibición incluye multas de hasta 1.500 euros para quienes incumplan la norma.
Jean Rummenie, ministro de Naturaleza, explicó que estas razas presentan enfermedades vinculadas a sus rasgos particulares. "El objetivo principal es evitar el sufrimiento innecesario de los animales", señaló, en línea con regulaciones previas implementadas para perros braquicéfalos en 2023.
La restricción no es nueva para los Países Bajos: desde 2014 ya estaba prohibida la cría de Scottish Fold y Sphynx por dudas sobre su bienestar. Ahora, la norma se extiende también a la tenencia, reforzando el compromiso con la calidad de vida animal y limitando la reproducción de estas razas.
Los Scottish Fold son reconocidos por sus orejas dobladas hacia adelante, una mutación genética que afecta al cartílago y está relacionada con la osteocondrodisplasia, una enfermedad que puede causar problemas óseos y articulares, generando dolor y dificultades para moverse a lo largo de su vida. Aunque los síntomas pueden tardar en aparecer, el riesgo aumenta con la edad.
Por su parte, los gatos Sphynx carecen de pelaje, lo que los hace vulnerables a factores externos como el sol y las infecciones cutáneas. Además, la ausencia de bigotes afecta su percepción del entorno y requieren cuidados constantes, especialmente en sus orejas, para evitar infecciones. Esto implica una atención veterinaria frecuente y mayores riesgos para su salud.
La prohibición no alcanzará a los gatos de estas razas que provengan de refugios existentes antes de la entrada en vigor, aunque se mantendrán las restricciones para su reproducción. Así, las autoridades neerlandesas buscan dejar claro que la apariencia física no debe superar la importancia de una vida saludable para los animales.
Estas son las razas de gatos más difíciles de adoptar, según los expertos
1. Gato Bengalí
El gato Bengalí es conocido por su pelaje marmolado y su apariencia exótica, que recuerda a los felinos salvajes. Esta raza es el resultado de la cruza entre gatos domésticos y gatos monteses, lo que explica su comportamiento activo y demandante.
Los Bengalíes son hiperactivos, curiosos y necesitan mucha estimulación. Si no reciben la atención suficiente, pueden volverse destructivos o maullar de manera estridente. Además, son muy sociables y no les gusta pasar mucho tiempo solos.
2. Gato Esfinge
El gato Esfinge, o Sphynx, es famoso por su falta de pelaje y su apariencia única. Aunque su piel suave lo hace irresistible al tacto, esta raza requiere cuidados especiales. Su piel es sensible y necesita limpieza regular para evitar problemas dermatológicos.
Pero lo que más destaca del Esfinge es su personalidad. Son extremadamente cariñosos y demandantes de atención. Si no reciben el afecto que buscan, pueden volverse ruidosos e incluso agresivos. Asimismo, son muy territoriales y no les gusta compartir su espacio con otros animales.
3. Gato Montés Escocés
El gato Montés Escocés es una raza que prefiere la vida al aire libre. Su mirada penetrante y su carácter fuerte lo convierten en un felino difícil de domesticar. A diferencia de otras razas, este gato no busca la compañía humana y puede mostrarse distante o incluso desafiante.
Si vivís en un departamento o no tenés espacio exterior, el Montés Escocés no es la mejor opción. Esta raza necesita libertad y no se adapta fácilmente a la vida en interiores.
4. Gato Persa
El gato Persa es una de las razas más populares por su pelaje largo y su aspecto majestuoso. Sin embargo, su belleza viene acompañada de una serie de cuidados que no todos están dispuestos a asumir.
Los Persas tienen una nariz chata que dificulta su respiración y los hace propensos a problemas respiratorios. Además, su pelaje denso requiere cepillado diario para evitar nudos y enredos. También son propensos al lagrimeo excesivo, lo que puede derivar en infecciones oculares si no se limpia la zona correctamente.
En cuanto a su personalidad, los Persas son tranquilos pero muy exigentes con su entorno. Necesitan un ambiente calmado y no les gustan los cambios bruscos. Si buscás un gato fácil de cuidar, esta raza no es.
