San Marino, oficialmente conocido como República Serenísima, es un pequeño país independiente ubicado en la península Itálica. Aunque su territorio abarca solo 60 km² y cuenta con una población de poco más de 30.000 habitantes, este diminuto estado está lleno de curiosidades, además de tener una historia y atractivos turísticos que valen la pena descubrir.
Ubicado en lo alto de los Montes Apeninos, San Marino se destaca por su emplazamiento estratégico, como un nido de águila que se utilizaba para defenderse de los ataques extranjeros. Entre sus principales atracciones turísticas se encuentran las torres de Guaita, Cesta y Montale, que son puntos de referencia para los visitantes. La torre de Cesta, en particular, ofrece una vista espectacular desde el punto más alto de la capital, que lleva el mismo nombre que el país.
A pesar de su tamaño reducido, San Marino también ofrece espacios naturales protegidos y senderos señalizados para aquellos que buscan explorar su entorno natural. Además, el país alberga interesantes museos dedicados al violín, los sellos de correos y la emigración, que cuentan la historia de los sanmarinenses que emigraron en masa en siglos pasados en busca de mejores oportunidades económicas.
La presencia del estado italiano en la vida cotidiana de San Marino es inevitable debido a su condición de enclave. Sin embargo, en los últimos años, el país buscó establecer acuerdos políticos con Suiza y otros países cercanos para incrementar su autonomía. Aunque rodeado por territorio italiano, San Marino conserva su identidad y orgullo nacional.
Aunque estacionar en San Marino puede ser complicado, el vehículo es la mejor opción para visitar el país y explorar sus nueve provincias. Además, desde Borgo Maggiore se puede tomar un teleférico que lleva al centro histórico de la capital. La moneda oficial es el euro y no hay trámites fronterizos, pero los coleccionistas de pasaportes pueden obtener un sello de San Marino por una pequeña tarifa.
San Marino: el país más antiguo del mundo y con dos jefes de Estado
República independiente desde el 301 d.C, San Marino cuenta con una extensión geográfica mínima y una población que no alcanza la de la ciudad italiana más cercana, Rímini. Este país logró su independencia gracias a la ayuda del papa Nicolás IV, y desde entonces tiene una forma de gobierno bastante particular: cuenta con dos jefes de Estado, llamados "capitanes regentes", y un Parlamento, el Consiglio Grande e Generale (Gran Consejo General).
Fue denominada como “Serenísima” básicamente a modo descriptivo: su paz es total. Tanto desde lo social como desde lo político, donde tiene un estado parlamentario que a través del tiempo casi no enfrentó crisis.
También tiene policía nacional (su récord fue en 2011, cuando apenas encarceló a una persona en todo el año) y ejército, aunque el número de ambos es menor a cualquier ciudad mediana o chica de Europa.
Al ser un microestado, no es parte formal de la Eurozona. Sin embargo, su moneda oficial es el euro y su economía se mueve con el turismo que visita el lugar, también su red bancaria, la venta de artículos electrónicos y productos de campo, como el vino y los quesos. Mientras que su idioma oficial es el italiano.