La Justicia de la Ciudad de Buenos Aires reconoció a Sofía Castro Riglos, la única sobreviviente del triple lesbicidio en el barrio porteño de Barracas, su derecho a vivienda sin discriminación por orientación sexual. La decisión fue tomada a través de una resolución firmada por el titular del Juzgado en lo Contencioso, Administrativo y Tributario número 23 porteño, a cargo de Francisco Ferrer. "La falta de vivienda aumenta el riesgo de las personas LGBT de ser sometidas a la violencia, incluyendo la violencia sexual", explicó en el fallo.
De acuerdo al documento al que accedió la Agencia Noticias Argentinas, se ordenó al Gobierno de la Ciudad incluir a la víctima en un programa habitacional que le permita atender el acceso a una casa digna y tenga la posibilidad de desarrollar su vida sin violencia por su preferencia sexual.
El magistrado reconoció la situación de vulnerabilidad que sufrían Sofía, su pareja Andrea Amaranto, Pamela Cobas y Roxana Figueroa en el cuarto que compartían del hotel Canarias, de la calle Olavarría 1621, al tiempo que eran hostigadas sistemáticamente por Justo Barrientos, el acusado que las prendió fuego el 6 de mayo de este año.
En el fallo explicó que la falta de vivienda aumenta el riesgo de que lesbianas, gays, bisexuales, travestis, trans y no binaries, entre otras identidades no heteronormadas sean sometidas a la violencia, incluyendo la violencia sexual, así como de ser “víctimas de discriminación en el acceso a la vivienda como resultado de un trato injusto por parte de los propietarios públicos y privados".
A su vez, el juez reconoció la comunidad diversa que conformaban las cuatro damnificadas, en tanto que el entorno de la sobreviviente fue "severamente afectado" por el ataque: "La pérdida de su pareja y amigas, y el estigma asociado a su orientación sexual, han provocado un aislamiento social significativo lo que profundiza su vulnerabilidad".
Por su parte, se espera que la Sala VII de la Cámara Nacional de Apelaciones determine si recusa al juez Edmundo Rabbione por no considerar la masacre como un crimen de odio y no aplicar la perspectiva de género durante la investigación.
Rabbione no tomó testimonios y no preservó la habitación donde ocurrió el triple crimen y "afectó la posibilidad de realizar medidas de prueba posteriores (no hay filmaciones del lugar, los croquis no están completos ni a escala)", mientras que tampoco se cuidaron los celulares o prendas de vestir de las víctimas para peritajes, y la ropa que Barrientos tenía al momento del ataque. No se ordenó el allanamiento de la habitación del imputado, para la incautación de líquidos inflamables y otros objetos de interés para la investigación.
La asesora de Sofía, Luli Sánchez, consignó en diálogo con este medio que su representada vive un "trauma terrible" y que "la única asistencia que recibe es del equipo del Hospital de Salud Mental Bonaparte". Además, destacó que Sofía se encuentra en Casa Andrea, un hogar transfeminista inaugurada hace un mes y en la que viven varias mujeres.