Un marco cubierto de barro con una foto mojada y desintegrada fue uno de los objetos más preciados que Ana Piedra Carbonell consiguió salvar cuando las aguas arrasaron la casa de su madre en Algemesí.
La imagen, en la que Carbonell aparece hace décadas con su madre, su difunto padre y su hermana, fue la única foto familiar de la casa que sobrevivió al diluvio, las peores inundaciones de la historia moderna de España.
Dado el estado de la impresión, existe el riesgo de que ese recuerdo también desaparezca. Así que se unió a las decenas de supervivientes que acudieron para ver si los expertos de un proyecto dirigido por la Universidad de Valencia podían hacer algo para salvar sus recuerdos.
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"Es el único recuerdo que le queda a mi madre, porque mi padre falleció a los 36 años y mi madre tiene ahora 74", explica Carbonell en uno de los puntos de recogida del nuevo programa "Salvemos las fotos".
"Los muebles y los coches se pueden sustituir... (Los cuadros) son cosas materiales, pero alcanzan un nivel sentimental incalculable", añadió la mujer de 44 años.
El proyecto pretende restaurar y salvaguardar el patrimonio fotográfico dañado y devolverlo a las comunidades afectadas por las inundaciones.
Uno de los principales retos es el hecho de que muchas de las fotos están pegadas unas a otras, explicó Marisa Vázquez de Agredos, jefa del departamento de patrimonio de la universidad.
Más de 220 personas murieron después de que las lluvias torrenciales del 29 de octubre desencadenaran las inundaciones repentinas que asolaron los suburbios de Valencia.
Las aguas también causaron daños incalculables en edificios y propiedades, y en las innumerables fotos y otros recuerdos que conforman la historia familiar.
Algunos, como Carbonell, trajeron fotos sueltas. Pilar Jiménez se presentó con todo su archivo familiar, con tanto material que un soldado que trabajaba en las tareas de limpieza tuvo que utilizar una carretilla para ayudarla a traerlo.
"Traigo toda mi vida: mis hijas cuando eran pequeñas, mi boda, no sé, todo", dijo esta mujer de 65 años del barrio valenciano de Aldaia. Le dijo al personal que hiciera una selección, en lugar de tomarse el tiempo de guardarlo todo.
"A mi padre le gustaba mucho la fotografía, así que también tengo muchas fotos mías de cuando era niña. Así que son muchas".
(Redacción de Emma Pinedo, edición de Andrei Khalip y Andrew Heavens, Editado en español por Juana Casas)