Desde el 1 de abril, los nuevos aumentos en los combustibles generaron preocupación en todo el país, afectando especialmente a las familias trabajadoras que ya enfrentan el impacto de la recesión económica del presidente Javier Milei. En la provincia de Formosa la situación es aún más compleja debido a los precios significativamente más altos que tiene la región del Norte Grande en comparación con la Capital Federal, lo que profundiza las desigualdades económicas.
Según las últimas actualizaciones en las estaciones de servicio, los valores de nafta y gasoil en Formosa registraron subas considerables. En las estaciones de AXION, los precios son aún mayores: la nafta Súper cuesta $1.331, la Quantium $1.636, el gasoil Diésel $1.421 y el Quantium Diésel también se ubica en $1.636. Por su parte, SHELL ofrece la nafta Súper a $1.349, la V-Power a $1.645, el gasoil Común a $1.399 y el V-Power Diésel a $1.649.


En contraste, en la Ciudad de Buenos Aires los precios son notablemente más bajos. La nafta Súper cuesta $1.194 (una diferencia de $96 menos por litro), la Premium $1.474 ($98 menos), el Gasoil Común $1.209 ($114 menos) y el Premium $1.472 ($96 menos). Esta diferencia en los valores de los combustibles refleja un fuerte desbalance entre el norte del país y la región central, perjudicando a los formoseños y a los habitantes de otras provincias del NEA y NOA.
En este marco, desde la Defensoría del Pueblo de Formosa alertaron sobre las consecuencias que estos incrementos generan en el costo de vida de la región, especialmente en sectores como el transporte y la distribución de mercancías. Los transportistas, que dependen del gasoil, ven incrementados sus costos operativos, lo que repercute directamente en los precios de los alimentos y otros bienes de consumo masivo.
Este aumento en los combustibles genera un efecto en cadena: los costos de logística se trasladan a los precios de los productos esenciales, encareciendo la canasta básica y afectando a toda la economía provincial. Las familias de menores recursos son las más golpeadas, ya que deben enfrentar no solo el alza del combustible, sino también el encarecimiento del transporte público, los alimentos y otros servicios básicos.
Distintos organismos de defensa del consumidor señalaron que estas diferencias de precios no se deben únicamente a los costos de distribución o transporte, sino que en muchos casos responden a políticas de precios que favorecen a las grandes urbes en detrimento de las provincias del interior.
Frente a esta realidad, desde la gestión provincial insisten en la necesidad de que el Gobierno nacional implemente medidas que reduzcan las diferencias de precios y garanticen un acceso equitativo a los combustibles en todo el país. Entre las soluciones propuestas, se destaca la posibilidad de establecer un esquema de subsidios o incentivos fiscales para las estaciones de servicio del interior, lo que permitiría reducir los costos y ofrecer valores más competitivos.