El índice de producción industrial manufacturero (IPI) que publica el Indec dio cuenta de una suba del 5,6% interanual durante febrero. El alza pronunciada de este indicador tiene que ver, en parte, con la base de comparación. En febrero de 2024, a dos meses del inicio de la gestión Milei, la merma había sido del 10% interanual. La Libertad Avanza no tiene mucho para festejar dentro de un escenario industrial que se verá “inundado” por las importaciones desde Asia en el marco de la Guerra Comercial de los Estados Unidos contra China.
Por su parte, la Unión Industrial Argentina (UIA) también analizó los datos de la actividad correspondientes al segundo mes del año. “La actividad industrial se ubicó por décima vez consecutiva en zona de contracción”, puede leerse en su monitor de desempeño industrial.
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Dato no mata relato
El índice de producción industrial manufacturero (IPI manufacturero) que publica el Indec dio cuenta de una suba interanual durante febrero del 5,6%, con un acumulado en lo que va del año del 6,6%. Los números positivos se sopesan con el derrumbe autoinfligido por la administración Milei durante 2024.
Las principales mejoras registradas durante el segundo mes del año fueron en los siguientes rubros:
- Alimentos y bebidas (9,6%)
- Maquinaria y equipo (33,6%)
- Otros equipos, aparatos e instrumentos (7,2%)
- Muebles y colchones, y otras industrias manufactureras (35,6%)
- Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes (14,7%)
- Prendas de vestir, cuero y calzado (9,8%)
- Productos de tabaco (21,3%)
- Otro equipo de transporte (30,7%)
- Productos textiles (5,7%)
- Madera, papel, edición e impresión (0,9%).
Hacia el interior del rubro “Alimentos y bebidas”, el único indicador negativo correspondió a la producción de carne con una merma interanual del 3,9%. “Tomando el promedio móvil de los últimos doce meses, en febrero de 2025 el consumo por habitante de carne vacuna habría sido equivalente a 48,8 kilos/año, ubicándose 5,4% por debajo del verificado un año antes”, puede leerse en un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carne (CICCRA). Las familias fueron expulsadas, hace tiempo, del edén de los asados del domingo.
Por el lado de las caídas interanuales detectadas en el IPI industrial del Indec se destacaron los siguientes rubros:
- Industrias metálicas básicas (-10,5%)
- Productos de metal (-11,4%)
- Refinación del petróleo, coque y combustible nuclear (-7,6%)
- Productos minerales no metálicos (-6,1%)
- Sustancias y productos químicos (-1,6%)
- Productos de caucho y plástico (-3,7%).
Hacia el interior del grupo “sustancias y productos químicos” surge un dato más que relevante. La principal merma dentro de esta categoría correspondió a la producción de agroquímicos, con una caída interanual del 30,7% interanual. En el caso de “caucho y plástico”, la principal caída se registró en la producción de neumáticos (-26,2%).
Dentro de “industrias metales básicas”, el peor resultado fue para la siderurgia, con un desplome del 16,6%. Según el comunicado de prensa de la Cámara Argentina del Acero, las elaboraciones de productos laminados en caliente y de laminados en frío muestran caídas interanuales de 13,4% y 18,8%, respectivamente, debido a “paradas extraordinarias en distintas plantas, ocasionadas por el retraso en la recuperación de la demanda esperada”.
La Unión Industrial Argentina advierte
El Monitor de Desempeño Industrial (Índice MDI), que adelanta el ciclo de actividad industrial, se ubicó por décima vez consecutiva en zona de contracción. El 42,3% de las empresas que forman parte de este indicador confirmó caídas en su producción, mientras que sólo el 18,3% registró subas. En igual sentido, el 44,8% de las empresas redujeron sus ventas, mientras que sólo un 22,2% de ellas las incrementaron.
“Un aspecto relevante tiene que ver con la evolución del empleo que, a comparación de la producción y las ventas, presenta una menor estacionalidad. En enero, solo el 11,5% de las empresas incrementó su dotación de personal frente a un 17,6% que la redujo, contrastando con el relevamiento anterior, donde las que registraron aumentos fueron superiores a aquellas que tuvieron caídas”, puede leerse en un reciente informe de la entidad fabril.
Por otro lado, los costos de producción se ubicaron como la principal preocupación entre las empresas, con el 40,6%, y desplazaron a la caída de la demanda, que había ocupado el primer lugar en los dos relevamientos anteriores.
Las pymes en jaque
A contramano de lo que sucede en el mundo a raíz del incremento de aranceles para las importaciones que lleguen a los Estados Unidos, la administración Milei decidió dejar sin defensas a vastos sectores de la economía local especializados en generar mano de obra intensiva.
El Gobierno celebró a lo pirro la imposición del 10% de aranceles para los productos locales - en vez de un 25% como a otras naciones - como si tal decisión trumpista fuese una victoria para el país. Una mirada miope. Las importaciones del sudeste asiático y de otros países que no puedan ingresar en los Estados Unidos encontrarán en la apertura comercial de la Argentina un salvoconducto que podría dejar un tendal de pymes destruidas, conjuntamente con otros cientos de miles de puestos de trabajo destruidos.
La suba de aranceles a la importación impuesta por los Estados Unidos como parte de su guerra comercial contra el mundo entero hace plausible suponer una suerte de aluvión de productos fabricados en distintas partes del mundo - como el sudeste asiático- que buscarán colarse por las fronteras de aquellos países que carezcan de medidas proteccionistas. La Argentina parece llevarse todos los números.
Por ejemplo, la reducción de aranceles para el sector textil comenzó a regir hace una semana con el Decreto 236/2025 publicado en el Boletín Oficial. Dicha normativa establece que los aranceles de ropa y calzado pasarán del 35 % al 20 %; los de telas del 26 % al 18 %; y los distintos tipos de hilados del 18 % a entre el 12 % y el 16 %, volviendo a los aranceles previos a 2007. En épocas de delirio trumpista, toda una invitación para la pauperización de los sectores industriales del país.
Según el Observatorio Pyme, la economía vernácula transita un sendero de desregulación del comercio exterior - que convive con los cambios geopolíticos y regulatorios de los Estados Unidos- que podría tener impactos ambiguos sobre la producción. “Mientras simplifica ciertas operatorias que favorecen el acceso a insumos, componentes y tecnología, avanza en una apertura comercial que incentiva la entrada de productos terminados, así como la sustitución de proveedores locales por externos”, puede leerse en su informe “Amenaza importadora en las pymes”.
Bajo este contexto de guerra comercial, una encuesta del Observatorio Pyme determinó que el 40% de las empresas PyME industriales se siente amenazada por las importaciones en las ventas al mercado interno. Dicho valor sería similar a la proporción verificada en 2018 (40%), 2016 (39%), 2009 (36%) y 2008 (37%). Además, el 56% de las pequeñas y medianas empresas industriales que identificaron a las importaciones como una amenaza también avizoran una caída de su participación en el mercado interno (23% del total).
Los principales sectores afectados serían la industria textil, de prendas de vestir, productos de cuero y calzado (67% de PyME bajo amenaza) y en la metalmecánica (54%), mientras que seguido por el sector de sustancias y productos químicos (40%).