La administración Milei se aproxima a cerrar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que seguirá profundizando la debilidad del país en relación a su deuda externa. El Gobierno le solicitó al organismo multilateral otro programa de facilidades extendidas por 20.000 millones de dólares para refinanciar los vencimientos del programa acordado, en su momento, por el Frente de Todos - como consecuencia del endeudamiento por 44.000 millones durante el macrismo- y un remanente de libre disponibilidad.
La titular del Fondo, Kristalina Georgieva indicó que podrían enviarse, en un primer momento, un 40% del total, es decir 8000 millones de dólares. De todas maneras, se desconoce si podrán ser de libre disponibilidad en su totalidad; tampoco se conocen las condicionalidades a las que volverán a someter al país. El ministro Luis Caputo adelantó que habrá cambios en el esquema cambiario pero la incertidumbre continúa: ¿habrá libre flotación o un esquema de bandas? ¿Habrá una nueva devaluación?
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Las negociaciones
La corrida cambiaria de marzo drenó las reservas del Banco Central. Durante el tercer mes del año, las ventas en el Mercado Único y Libre de Cambios totalizaron los 1700 millones, uno de los peores registros de la gestión actual. Los sojeros liquidaron en el último mes 1880 millones de dólares, un 15% menos que lo vendido en febrero. El sector jugó a la especulación en un escenario de incertidumbre vinculado al tipo de cambio que quedará tras el nuevo acuerdo con el FMI.
Según adelantó en la última jornada Pablo Quirno, secretario de Finanzas, el acuerdo sería aprobado por el Directorio del FMI antes de las reuniones de primavera, es decir el próximo 21 de abril. En este contexto, la número 1 del organismo convalidó la posibilidad de convalidar un primer desembolso cercano a los 8000 millones de dólares, es decir el 40% del total del nuevo programa de facilidades extendidas.
De todas maneras, la incertidumbre continúa. ¿Cuánto de esos 8000 millones serán, efectivamente, de libre disponibilidad? Algunas fuentes del mercado indican que habría que descontarle 2400 millones de vencimientos de intereses de deuda con el propio organismo, por lo que quedarían 5600 millones de dólares. “El plan es mucho más fuerte que la volatilidad”, sostuvo Quirno.
Las exigencias del FMI suelen ser siempre las mismas: apuntan a generar las condiciones para que le país en cuestión pueda juntar reservas para garantizar el repago de esa misma deuda. El ministro Caputo asegura que parte de esas condicionalidades ya fueron cumplidas, como por ejemplo el ajuste fiscal. Pero el Gobierno exhibe una fuerte falencia en la acumulación de reservas. En lo que va del año, las reservas cayeron en torno a los 4100 millones de dólares.
Por lo tanto, el interrogante que se abre sería el siguiente: ¿de cuánto es la devaluación que reclama el organismo? Caputo ya adelantó que habrá un cambio en el esquema cambiario. Pero no dijo nada más. La incertidumbre en las palabras de un ministro de Economía no es buena consejera.
Por lo momento, nada se sabe sobre el tipo de cambio. Este martes, la cotización del contado con liquidación – utilizado como canal para la fuga de capitales – cerró en los 1307 pesos. Por su parte, el llamado dólar blend que reciben los exportadores de soja se ubicó en los 1120 pesos. Por esta diferencia entre uno y otro podría entenderse el porqué de la caída de un 15% mensual en el nivel de liquidación. Los sojeros quieren una mayor tajada de rentabilidad, en este contexto de nuevo acuerdo con el FMI.
Vencimientos y responsabilidades
Durante el primer año del gobierno de la Libertad Avanza no hubo ni crédito internacional ni inversión extranjera. Según datos del Ministerio de Economía, el gobierno nacional tuvo un desendeudamiento “forzoso” del sector público de casi 12.000 millones de dólares entre noviembre de 2023 y enero de 2025, en tanto que la inversión extranjera que registra el Balance Cambiario del BCRA fue de apenas 89 millones de dólares en 2024, cuando en 2023 había sido de 913 millones.
En enero de 2025 el déficit de cuenta corriente del balance cambiario fue de 1.656 millones de dólares que contrastan con el superávit promedio mensual de 1.490 millones del primer semestre de 2024 y es una prueba más del agravamiento del problema en relación al segundo semestre de 2024, cuando el déficit se había consolidado en menos de 1.200 millones mensuales.
Milei llevó nuevamente al país a un proceso perverso de endeudamiento externo, con la presencia –nuevamente- del FMI. “Será también responsabilidad del FMI la insolvencia a la que somete a la Argentina ya que a los vencimientos de capital que debe afrontar el país en solo 9 años (40.710 millones entre 2026 y 2034) y a los intereses de esa deuda (13.227 millones entre 2025 y 2034), le va a adicionar un nuevo crédito que va a estrangular aún más las cuentas externas del país. Máxime si se considera la estrategia del gobierno de utilizar los nuevos fondos para cancelar las Letras intransferibles”, puede leerse en un informe del Centro de Investigaciones y Formación de la República Argentina (CIFRA – CTA).