El cantante Ariel Ardit es uno de los referentes del tango y, a lo largo de sus más de 20 años de trayectoria, brilló en importantes espectáculos en todo el mundo. Sin embargo, el cantor no pierde oportunidad para manifestar su profundo cariño por la figura de Carlos Gardel. “Yo canto tango por él”, expresó en una entrevista, donde también reveló que es como una religión: “Cuando deseo pedir algo se lo pido a un señor engominado”.
Ariel Ardit se ha presentado en los teatros de mayor prestigio del mundo e incluso se dio el lujo de entonar el himno argentino en algunos partidos de la Selección Argentina. Entre sus shows de más éxito están homenaje sinfónico a Carlos Gardel, el homenaje a Aníbal Troilo, y el que brindó en honor a los grandes cantores de la década del 40 del tango.
“Vengo de una casa en la que son todos cantantes”, explicó el artista oriundo de Córdoba y rememoró: “Un día, un viernes de esos que nos reuníamos en familia, jugando al truco, se escuchaba a Gardel de fondo, como tantos otros viernes. Pero, en esa ocasión, yo ya estaba estudiando canto lírico y, de repente, pensé: ‘este hombre canta lo que yo estoy tratando de aprender con el profe’. Paré la oreja y ahí empecé a descubrirlo”.
“Ahí, empecé a darme cuenta, porque es hasta el día de hoy que le sigo descubriendo cosas. El que es fanático de Gardel, no termina de descubrirlo nunca” remarcó ante el sitio Patio de Artistas y agregó: “Es como un espejismo, uno siente que progresa mucho, pero cuando crees que ya lo estás haciendo muy bien, que ya estás ahí… entonces escuchás un tema de Gardel, medio tema no más, y sentís: ‘Pibe, ¡Mejor retrocedé 500 casilleros y volvé a empezar!’”.
Del mismo modo, el ganador de distintas distinciones por sus trabajos discográfico analizó: “Cuando lo desmenuzás podés ver que tiene cosas medio indescifrables que te parece que se escuchan de una forma, pero cuando las volvés a escuchar después de años, tenés una visión distinta”. “La verdad es que el tango para mí es una consecuencia de Gardel. La gente del tango lo puede interpretar mal, no me molesta; pero yo canto tango porque él cantaba tango. Si hubiese sido un cantante de flamenco, yo hubiera cantado flamenco”.
Carlos Gardel como “religión”
“Al tipo que no le gusta Gardel, en algo es mal tipo. Estoy seguro. Habla mal de él. Hay algo que no está bien”, consideró Ardit en la entrevista y confesó que siente “una fascinación como por nadie”. “Soy católico, tomé la comunión, la confirmación, y creía en Dios, pero, poco a poco, dejé de ir a las iglesias. Para mí la religión es una manifestación necesaria de la fe. Sin darme cuenta, desde hace un tiempo, cuando deseo pedir algo, se lo pido a un señor engominado que canta tango”.
Por otra parte, destacó la figura de otra leyenda del tango: “Yo admiro a todas las personas que admiran a Gardel y a Troilo lo siento muy, pero muy, cercano a Gardel. De hecho, en muchas biografías él decía que quería que su orquesta sonara como las guitarras de Gardel”. “Es Gardel, y después Troilo. No hay manera que alguien te diga ‘me gusta Gardel y no me gusta Troilo’. O al revés. Porque en estética, y en definición, te diría que son lo mismo. Él logró que su orquesta, como ninguna otra, acompañara a los cantores como las guitarras a Gardel”, señaló.