El emblemático e histórico local folklórico peña boliche Balderrama hizo vibrar la noche de Salta con una celebración de lujo al conmemorar sus 72 años de historia y el protagonista de la noche fue el popular cantor Chaqueño Palavecino. A lo largo de más de siete décadas, este espacio cultura se convirtió en un punto de encuentro para artistas, lugareños y turistas, que mantienen viva la esencia del folklore y transmitiéndola de generación en generación.
La velada folklórica, que se extendió hasta altas horas de la madrugada, reunió a una multitud de amantes de la música tradicional argentina y contó con la presencia de destacados artistas del género. Sin embargo, la sorpresa de la noche la dio el Chaqueño Palavecino con su participación estelar ante los presentes.
Desde muy temprano, el ambiente de la peña Balderrama se impregnó de su magia característica, al ser un recinto que fue testigo de innumerables noches de folklore y tradición salteña. El público disfrutó de las actuaciones de reconocidos referentes como Guitarreros, quienes desplegaron su virtuosismo en las cuerdas, la sentida interpretación de Gaby Morales, la potencia vocal de Canto 4, el carisma de Cayetanos y el talento inconfundible de Coqui Ríos.
Cada uno de los mencionados aportó su sello particular a una noche que especial, que luego recibió de manera inesperada en el escenario a un ícono del folklore nacional: el Chaqueño Palavecino. Su aparición generó una ovación ensordecedora y una explosión de alegría entre los presentes.
MÁS INFO
El artista se vio muy emocionado de compartir este aniversario e interpretó algunos de sus clásicos más aclamados, haciendo vibrar a todo el público y convirtiendo la noche en un recuerdo imborrable. La celebración del 72° aniversario de Balderrama fue un espectáculo musical de primer nivel y reconocimiento a la trayectoria de un sitio que es símbolo de la cultura salteña y argentina.
La historia del mítico boliche de folklore de Salta
El boliche Balderrama se abrió en Salta en 1953, cuando los hermanos Juan, Daría y Celestino instalaron un almacén en donde se vendían bebidas, pero con el correr del tiempo, comenzaron a frecuentar el lugar las comparsas carnestolendas, que antes de los desfiles pasaban a comer, tomar y bailar un rato.
Luego de unos años, se fundó la Picantería Balderrama, ubicada en la esquina de Corrientes (San Martín) e Ituzaingó, y comenzaron a frecuentarla Juan Carlos Dávalos, Eduardo Falú, y César Perdiguero, entre otros, haciéndose común la presencia de poetas y cantores de la época.
En 1956, la peña se trasladó a la esquina de San Martín y Esteco, unos metros del mercado San Miguel, donde se dedicaba a la venta de comidas (locro, picante de pollo, de lengua, de panza, de conejo, de cordero, de suyo y empanadas) a la gente que venía a realizar compras, desde las localidades del interior de la Provincia, cercanas a la ciudad de Salta.
Poco a poco se convirtió en “el refugio de los poetas” y entre los refugiados no era poco frecuente encontrar a Jaime Dávalos, Villegas Sato, el “Cuchi” Leguizamón, Manuel J. Castilla, Hugo Aparicio, Díaz Bavio, Jorge Cafrune, quienes se quedaban hasta horas de la madrugada, cantando, pintando paredes, comiendo y bebiendo.
Tan bohemio se había vuelto el boliche, que los dueños decidieron poner un escenario con micrófono, para que los artistas se explayaran a sus anchas. Fue entonces que Manuel J. Castilla compuso su poema “Balderrama” y se la entrego al “Cuchi” Leguizamón para que la hiciera canción.
Desde entonces, el boliche comenzó a hacerse más y más famoso, y culminó su pico de fama cuando Mercedes Sosa cantó la zamba, difundiéndola por todo el país. El boliche es conocido a nivel nacional e internacional, y artistas del folklore renuevan su repertorio año tras año en el escenario de esta mítica peña que es visitada todo el año por turistas.