Una heladería histórica es la más antigua del país y no solo mantiene el recuerdo intacto de sus fundadores, sino que tiene una lista de personalidades famosas que probaron sus especialidades. Una de las estrellas que probó los postres de la famosa Saverio es el cantor de tango Carlos Gardel. Así lo demostraron las memorias de un letrista, quien también reveló a todos el gusto favorito del Zorzal Criollo.
La heladería porteña más longeva fue inaugurada a comienzos del siglo pasado sobre la Avenida San Juan, cuando por allí circulaba el tranvía. Una curiosidad es que su primer punto de venta fue la propia casa del fundador: el inmigrante italiano Francesco Saverio Manzo. Fue en 1909 cuando empezó a ofrecer al público los helados que venía elaborando para su familia y los amigos.
En la vivienda del barrio porteño de San Cristóbal, Saverio acondicionó la parte de adelante para instalar un mostrador y en el patio colocó las mesas para los clientes. Por ese sitio pasó el mismísimo Carlos Gardel, como bien lo revelara el destacado compositor Enrique Cadícamo en su trabajo “Mis memorias”. Con 115 años, esta heladería se consagró como la más antigua de la Argentina y recibió una distinción de Afadhya (Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y Afines).
Durante la época en la que concurría el Morocho del Abasto, Saverio estaba en manos de Antonio, que a la temprana muerte de su padre tomó las riendas del negocio y lo hizo crecer. Luego, en 1966 se mudaron de Avenida San Juan 2727 a 2816 y compraron un establecimiento de 3200 metros cuadrados con una planta con capacidad para producir 340.000 kilos anuales.
El gusto de helado favorito de Carlo Gardel
Roberto De Rossi, actual propietario que en 1995 compró la heladería al hijo y a los nietos del fundador, reveló en una entrevista con La Nación: “Había una anterior a nosotros, que era de principios de 1900, pero en la pandemia cerró. Así que somos incluso la más antigua del país. La primera también en estar abierta todo el año, porque en invierno la mayoría cerraba y se iba a Europa: algunos tenían heladería acá y allá. Saverio fue la primera en estar de corrido”.
Sobre la debilidad de Carlos Gardel por los helados de Saverio, el propietario actual contó: “Tenemos el registro, lo escribe Enrique Cadícamo, en sus memorias. Iba a la original, a la casa de Francesco”. “Una noche el cantor nos manda a su chofer, El aviador, que en un flamante convertible Chrysler que había traído de París en su último viaje, nos lleva a la famosa heladería Saverio, donde él acostumbraba a ir”, apunta la obra del letrista.
Del mismo modo, Cadícamo completó: “Lo hallamos en una de las mesas de la vereda con Razzano. Nos recibió sonriente y afectuoso recomendándonos de entrada ‘los de limón’”. “Durante el tiempo que estuvimos conversando, Gardel no dejó en un solo momento de comer helado tras helado. Al levantarnos para irnos, y luego de firmar los autógrafos a algunos admiradores, nos llevó en su auto al centro”, agrega la anécdota del ícono de la música nacional.
De Rossi, cabe concluir, también detalló sobre las sedes de Saverio y los famosos que las visitaron: "Iba Tinelli, cuando grababa en Pavón. Además, estaban funcionando dos concesiones, la de Palermo, en la plaza de Salguero y Charcas, y la de avenida Corrientes y Montevideo". Sobre la de Recoleta, en Guido y Junín, reveló que en los 80 pasaron muchas figuras del espectáculo: María Kodama, Borges, Palito Ortega, Atahualpa Yupanki, Vilas, Tato Bores, Neustadt, Grondona, Lucho Aviles, Porcel. "Cuentan que un día vino una limusina y era Mirtha Legrand con Gina Lollobrigida", cerró.