Un nuevo estudio internacional promete revolucionar la forma en que se diagnostica el Alzheimer: investigadores del Hospital del Mar y el Barcelona βeta Brain Research Center (BBRC), junto a centros europeos, desarrollaron un test rápido y sencillo basado en un análisis de sangre que permite detectar indicios de la enfermedad con más del 90% de precisión.
La clave está en la detección del biomarcador fosfo-tau217 en sangre, cuya presencia se asocia al riesgo de desarrollar Alzheimer, incluso en etapas tempranas de deterioro cognitivo. Este avance fue posible gracias a un análisis automatizado, denominado Lumipulse p-tau217, creado por una empresa japonesa, que permite establecer niveles umbral para confirmar o descartar el riesgo de la enfermedad.


El estudio, que evaluó a 1.767 personas de distintos hospitales y centros de atención primaria en Europa, concluyó que esta prueba tiene una eficacia comparable a la de la tradicional punción lumbar, pero con una aplicación mucho más sencilla y accesible: puede realizarse en cualquier laboratorio clínico.
Además de su precisión, esta prueba representa un enorme ahorro en costos, entre un 60% y 81% menos que los métodos actuales, lo que podría facilitar el acceso a un diagnóstico precoz, especialmente en sistemas de salud públicos. Aunque su efectividad es menor en mayores de 80 años y en pacientes de atención primaria, los expertos destacan su potencial para transformar la detección temprana y el tratamiento del Alzheimer.
Aún se requieren más estudios antes de su implementación clínica generalizada, pero este avance marca un paso fundamental hacia diagnósticos más rápidos, económicos y equitativos.
Diabetes y alzheimer: científicos descubrieron qué vincula a ambas enfermedades
Un equipo científico de las universidades de Granada (UGR) y de Cádiz detectaron que los pacientes con diabetes son más propensos a sufrir Alzheimer, porque la enfermedad favorece las formas más tóxicas y dañinas del péptido beta amiloide, el principal inductor de la neurodegeneración que se observa en el cerebro.
En los últimos años, se había confirmado que la diabetes podía ser entendida como un factor de riesgo para padecer demencia, pero los mecanismos que median esta relación no eran del todo conocidos. Por eso, la descripción del proceso de depósito del péptido beta amiloide en el modelo combinado de ambas enfermedades ofrece una nueva base terapéutica sobre la que trabajar para ralentizar o prevenir el desarrollo de esta demencia, de acuerdo a los autores.
El estudio describe una nueva evolución de la patología beta amiloide en enfermos de alzhéimer que además sufren prediabetes o diabetes tipo 2. Según la agencia estatal de noticias científicas de España, SINC, esto facilita la rotura de los vasos sanguíneos en el cerebro y potencia la muerte de las neuronas, típica de esta enfermedad.
Este hallazgo científico corresponde a un estudio en el que participan las investigadoras de la Universidad de Cádiz, Mónica García Alloza y María Vargas Soria, junto con el profesor del Departamento de Fisiología de la UGR, Juan José Ramos Rodríguez.
La novedad de los resultados obtenidos se basa en la detección de una progresión distinta de la patología beta amiloide cuando solo se sufre la enfermedad de Alzheimer y otra evolución cuando se padece esta demencia unida a diabetes tipo 2 o prediabetes.
En el modelo combinado se observa una mayor acumulación del péptido beta amiloide a nivel vascular, lo que se conoce como angiopatía beta-amiloide. Además, la diabetes favorece las formas solubles del péptido beta amiloide, las más tóxicas y dañinas para el tejido neuronal.
Dicha modificación de la patología beta-amiloide aumenta el estrés oxidativo a nivel neuronal y vascular, todo lo cual facilita la rotura de los vasos sanguíneos en el cerebro y potencia la muerte neuronal típica de la enfermedad de Alzheimer.
La investigación se desarrolló gracias a una sofisticada técnica de microscopía multifotón en animal vivo, la cual permite hacer el seguimiento sobre un mismo animal y sobre una patología cerebral en el tiempo.
"Esto reduce el número de animales necesarios en la investigación, sin duda una gran ventaja con respecto a técnicas más rudimentarias, que triplican el número de animales necesarios para realizar un estudio equivalente", explicó el profesor de la UGR Juan José Ramos.
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La microscopía multifotón "in vivo" es una técnica al alcance de pocos laboratorios, capaz de ofrecer datos e imágenes que no se podrían lograr con otras técnicas.
"La siguiente pregunta que nos planteamos es: controlando la patología diabética, ¿podemos frenar o reducir la progresión de la patología beta-amiloide y sus consecuencias?", concluyó el investigador de la UGR sobre los próximos estudios.