El fabricante de chips Intel , ha probado este año herramientas de fabricación de chips de un productor de herramientas que posee raíces profundas en China y dos unidades en el extranjero que fueron objeto de sanciones por parte de Estados Unidos, según dos fuentes con conocimiento directo del asunto.
Intel, que en agosto se defendió de las peticiones de dimisión de su máximo ejecutivo por parte del presidente estadounidense, Donald Trump, por sus presuntos vínculos con China, obtuvo las herramientas de ACM Research, un productor de equipos de fabricación de chips con sede en Fremont, California.
Dos de las unidades de ACM, con sede en Shanghái y Corea del Sur, se encontraban entre una serie de empresas a las que se prohibió el año pasado recibir tecnología estadounidense por considerar que habían apoyado los esfuerzos del Gobierno chino por aprovechar tecnología comercial para uso militar y fabricar chips avanzados o herramientas de fabricación de chips. ACM niega las acusaciones.
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Las dos herramientas, llamadas de grabado en húmedo y utilizadas para eliminar material de las obleas de silicio que se transforman en semiconductores, se probaron para su posible uso en el proceso de fabricación de chips más avanzado de Intel, conocido como 14A. El lanzamiento inicial de este proceso está previsto para 2027.
Reuters no pudo determinar si Intel había tomado la decisión de añadir las herramientas al proceso avanzado de fabricación de chips y no tiene pruebas de que la empresa haya violado ninguna normativa estadounidense.
ACM dijo que no podía hacer comentarios sobre "compromisos específicos con clientes", pero puede confirmar que "el equipo estadounidense de ACMR ha vendido y entregado múltiples herramientas de nuestras operaciones asiáticas a clientes nacionales". También dijo que ha revelado el envío de tres herramientas a un "importante fabricante de semiconductores con sede en Estados Unidos", que están siendo probadas y algunas de las cuales han cumplido las normas de rendimiento.
No obstante, el hecho de que Intel, que ahora es en parte propiedad del Gobierno de Estados Unidos, considere la posibilidad de añadir herramientas fabricadas por una empresa con unidades sancionadas a su línea de fabricación más avanzada plantea importantes preocupaciones de seguridad nacional, dijeron los partidarios de una línea dura contra China. Estos críticos señalaron la posible transferencia de conocimientos tecnológicos sensibles de Intel a China, el posible desplazamiento de proveedores de herramientas occidentales de confianza por empresas vinculadas a China e incluso la posibilidad de que Pekín realice actividades de sabotaje.
Frente a la imposición por parte de Pekín de controles a la exportación de minerales de tierras raras, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado marcha atrás en la mayoría de las políticas de línea dura sobre las exportaciones de chips a China y el lunes dio luz verde a Nvidia para vender sus segundos chips de inteligencia artificial más avanzados en China.
Sin embargo, a medida que los fabricantes de herramientas chinos comienzan a hacer incursiones en el mercado global, crece la preocupación entre los parlamentarios de los dos principales partidos de EEUU, que a principios de este mes volvieron a presentar una legislación para prohibir a los fabricantes de chips que han recibido miles de millones en subsidios del Gobierno estadounidense utilizar equipos chinos como parte de sus planes de expansión respaldados por el Gobierno.
Las pruebas de Intel con las herramientas ACM "ponen de manifiesto la existencia de graves lagunas en las políticas de protección tecnológica de Estados Unidos y no deberían permitirse", dijo Chris McGuire, exresponsable del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca bajo la presidencia de Joe Biden y miembro veterano del Consejo de Relaciones Exteriores, en respuesta a los hallazgos de Reuters.
"Las herramientas chinas podrían ser fácilmente manipuladas a distancia o físicamente por Pekín para degradar o incluso detener la producción estadounidense de chips. Y las empresas estadounidenses no deberían desempeñar ningún papel ayudando a China a mejorar sus herramientas de fabricación de chips, que son la base de todo desarrollo tecnológico avanzado", añadió.
ACM afirmó que no representa una amenaza para la seguridad nacional, señalando que sus operaciones en EEUU están "bifurcadas y aisladas" de la filial sancionada con sede en Shanghái, y que los clientes estadounidenses reciben asistencia directa de personal estadounidense, con sólidas garantías de protección de los secretos comerciales de los clientes.
(Información adicional de Eduardo Baptista, Pan Che y Stephen Nellis; edición de Kenneth Li, Chris Sanders y Anna Driver; edición en español de Jorge Ollero Castela)
