Ahorrar dinero a la hora de utilizar el aire acondicionado en plena hora de calor puede sonar imposible, pero existe una forma de lograrlo. Los aires acondicionados son, hasta el momento, uno de los inventos más eficientes para combatir el calor. Sin embargo, gastan una gran cantidad de luz y, en plena crisis económica, costear las boletas a fin de mes puede ser todo un desafío.
Ante esta situación, muchas personas se preguntan cuál es la mejor forma de ahorrar dinero al usar el aire acondicionado: si prendiéndolo y apagándolo constantemente o manteniéndolo prendido. Según expertos en eficiencia energética, se recomienda mantenerlo a una potencia mínima, sin prenderlo y apagarlo.
Lo que sucede cuando prendemos y apagamos el aire continuamente es que al volver a prenderlo, el sistema se tiene que forzar más para alcanzar la temperatura adecuada, generando un mayor gasto energético. En cambio, mantenerlo en su potencia mínima evita que el aparato se sobrecargue y tenga que trabajar de más. Se aconseja ponerlo en 24°C y/o poner el modo "ahorro de energía" o "eco".
La técnica simple y eficaz para enfriar la casa con un ventilador
Con la llegada de las altas temperaturas a diversas regiones del país se espera que en las próximas semanas una ola de calor afecte gran parte del territorio. Frente a este panorama, muchas personas buscan alternativas para mantenerse frescos en casa sin disparar el consumo energético, especialmente al usar el aire acondicionado. La gran pregunta que surge es cómo lograr un ambiente agradable en el hogar sin comprometer el bolsillo.
Usar el aire acondicionado de manera eficiente, evitando temperaturas inferiores a los 24 grados, es una recomendación frecuente para moderar el gasto energético. Sin embargo, también existen otras opciones más económicas y sostenibles, como el uso de ventiladores portátiles, que pueden ser igual de útiles si se emplean de manera estratégica.
Para quienes desean evitar el aire acondicionado y aun así disfrutar de un hogar fresco, hay un truco sencillo que requiere apenas unos materiales fáciles de conseguir y tres pasos básicos:
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Abrir una ventana: esto favorece la entrada de aire fresco y mejora la circulación en la habitación.
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Ubicar el ventilador cerca de la corriente de aire: colocarlo estratégicamente frente a la ventana ayudará a potenciar el flujo de aire en el espacio.
- Añadir botellas congeladas detrás del ventilador: este paso clave permite que el aire que expulsa el ventilador se enfríe al pasar por las botellas heladas, generando una brisa refrescante en el ambiente.
Este método es ideal para aliviar el calor de forma práctica y económica, aunque su eficacia puede disminuir en días con temperaturas o niveles de humedad extremadamente altos. Si el calor persiste, una recomendación útil es orientar el ventilador hacia el techo. Esto mejora la distribución del aire en la habitación, haciendo que la sensación térmica sea más agradable. Además, mantener las ventanas abiertas ayuda a expulsar el aire caliente acumulado y a renovar la ventilación del hogar.
Aunque este truco no reemplaza por completo al aire acondicionado, ofrece una solución accesible y de bajo costo para mantener la casa fresca. Con materiales simples y un uso inteligente del ventilador, es posible combatir el calor sin aumentar significativamente el consumo eléctrico, una ventaja que se sentirá tanto en el confort diario como en el pago de los servicios.