A pesar de que el gobernador Maximiliano Pullaro estableció el Plan Bandera, la inseguridad en territorio rosarino no cesa. No solo el terror de las bandas narcos se apodera de la provincia de Santa Fe, sino que los robos se multiplican. En las últimas horas, se registró un robo en el Club Atlético El Torito, la cuna futbolística de Ángel Di María. Los directivos del club denunciaron que las instalaciones se quedaron sin luz artificial, aunque la semana de prácticas comenzó a pesar de la oscuridad, ya que los chicos no quisieron perderse el entrenamiento.
La mala noticia en la zona norte rosarina trascendió este lunes por la mañana a través de una publicación en redes sociales. Los empleados descubrieron que faltaban más de una decena de reflectores al amanecer, de modo que no había forma de iluminar la cancha de las categorías más bajas.
Los entrenadores presumen que los ladrones ingresaron durante la tormenta de la madrugada. Si bien los artefactos estaban colgados a más de 10 metros de altura, los delincuentes lograron llevárselos junto con los cables de conexión. "No tengo idea de cómo habrán podido subir, nosotros los colocamos con escaleras entre tres o cuatro", comentó uno de los directores técnicos de juveniles.
Los profesores destacaron que "los chicos no quieren faltar" cuando tienen un problema de este tipo, de modo que mantuvieron la convocatoria para la primera práctica en penumbras. Mientras esperaban al grupo del último turno, comentaron en diálogo con Canal 3 que la situación "es un dolor terrible, más que nada por ellos", señaló.
La cancha quedó parcialmente iluminada con el sistema de la calle y los artefactos de un club lindero. Pese a este inconveniente, las categorías infantiles cumplieron con la práctica programada a la espera de una solución definitiva para seguir entrenando en los próximos días.
"Fideo" empezó a jugar a la pelota en El Torito cuando era un niño. Su familia vivía sobre la calle Perdriel, a unas seis cuadras, y rápidamente llamó la atención de los técnicos infantiles de Rosario Central. En 1994, el Canalla compró el pase del niño de 6 años a cambio de 26 pelotas. Aunque cambió de camiseta cuando era muy chico, el delantero de Benfica conserva un grato recuerdo de sus inicios. De hecho, uno de las paredes del establecimiento tiene un mural dedicado al campeón del mundo en Qatar. No obstante, la obra fue vandalizada en mayo del año pasado en medio de los rumores de la vuelta del ex atacante del Real Madrid al club de sus amores.
El fallido regreso de Di María a Rosario Central: la explicación del delantero
Luego de consagrarse campeón con la Selección Argentina de la Copa América de Estados Unidos 2024, Di María finalmente renovó su contrato con el Benfica, equipo del que es parte desde julio de 2023, por un año más. De esta manera, el extremo disipó todas las dudas respecto de su continuidad y cerró la puerta a un posible regreso al fútbol argentino.
Frente a las críticas que recibió por parte de algunos hinchas que no terminaron de entender su postura, el rosarino sostuvo que la decisión de no jugar en Central "fue muy dura" y denunció que sicarios arrojaron la cabeza de un cerdo con una bala en la cabeza a la puerta de un local de un familiar directo.
"Era mi sueño y el de mi familia volver a Central, pero las amenazas fueron más fuertes y mi prioridad es siempre la tranquilidad y felicidad de mi familia", sostuvo el ídolo del seleccionado nacional. En una entrevista con Rosario 3, relató los angustiosos momentos vividos junto a su familia tras recibir varias amenazas.
La situación llegó a un punto crítico cuando apareció la cabeza del animal y una nota que mencionaba a su hija mayor, Pía. “Si volvés la próxima (cabeza) que recibas es la de tu hija. No vengas. Hacé caso, nosotros no tiramos papelitos. Tiramos tiros y muertos. Ni Pullaro te zafa. Pullaro-Bullrich…Levanten el circo y váyanse HDP”, decía el papel que se dejó en una caja.
El bicampeón de América confirmó que, la advertencia de los narcos, fue el 25 de marzo y reveló que tuvo lugar en la puerta de la inmobiliaria de su hermana, quien por temor a represalias no quiso radicar una denuncia. Ese mismo día ocurrió la balacera en el country de Funes Hills, en la zona de Miraflores, donde un auto que pasó varias veces por la puerta del lugar arrojó un paquete envuelto en nylon negro, con un texto dirigido a la familia del jugador del Benfica.
En ese sentido, contó que la decisión fue tomada luego de la primera amenaza: "Estaba en Estados Unidos con la Selección y ahí dije que era imposible volver. Eso fue en marzo. Me acuerdo de que días después me escribe Gonzalo Belloso (presidente de Rosario Central) y me pregunta cómo estaba, cómo estaba mi familia. Y le dije ‘para la mierda’. Yo no voy a volver a Rosario de esta manera. Tocaron a mi familia y eso sí que no lo voy a permitir. A cualquier precio, no. Pasó el tiempo y volví hablar con Gonzalo, que fue en mayo, y le dije que no volvía, que no iba a poder estar tranquilo sabiendo que en cualquier momento podía pasar algo; que para muchos Central está primero, pero para mí no, para mí, primero está mi familia, le pese a quien le pese”.