Cada 6 de marzo se conmemora el Día Mundial del Linfedema y es un momento crucial para visibilizar esta enfermedad crónica. Cuáles son los síntomas, cuáles son las señales de alerta y cómo se puede tratar.
¿Qué es el linfedema?
El linfedema es una afección caracterizada por la acumulación anormal de líquido en los tejidos, lo que genera hinchazón, principalmente en brazos y piernas. Se produce cuando el sistema linfático no funciona correctamente, ya sea por causas congénitas (linfedema primario) o como consecuencia de cirugías, infecciones o tratamientos oncológicos (linfedema secundario).
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De acuerdo a la cirujana vascular y flebóloga, Natalia Miloz, de Centros de Salud DIM, para explicar esta afección, primero hay que hablar del EDEMA, que es “un aumento de líquido rico en electrolitos y proteínas en el espacio intersticial debido a una alteración en el intercambio entre el espacio intra y extravascular”. Dentro de los edemas crónicos se encuentra el Linfedema, una patología que produce acumulación de agua, sales, electrolitos, proteínas de alto peso molecular y otros elementos en el espacio intersticial, lleva a un aumento de volumen de la región corporal como consecuencia de una alteración dinámica y/o mecánica de la circulación linfática que lleva a un aumento de volumen progresivo y evolutivo de la extremidad o región corporal con disminución de su capacidad funcional e inmunológica, aumento de peso y modificaciones morfológicas.
Cómo saber si tengo linfedema
“El linfedema típico se caracteriza por ser un edema indoloro, en estadios iniciales sin cambios significativos de la piel y de consistencia blanda con mejoría con el decúbito, para luego en estadios avanzados transformarse en un edema duro con escasa mejoría con el decúbito debido a la fibrosis conjuntiva”, detalla la Dra. Miloz.
La especialista señala que uno de los mayores desafíos es el diagnóstico temprano. Muchas veces el linfedema se confunde con otras patologías, lo que retrasa su tratamiento y agrava los síntomas. Es fundamental que los profesionales de la salud y la población en general estén informados sobre los signos iniciales: como la sensación de pesadez o el aumento de volumen en una extremidad", advierte Miloz.
El diagnóstico del linfedema es clínico, sin embargo, el Ultrasonido, el método dúplex que incluye el Doppler convencional y la adición del color, la Tomografía y la Resonancia Nuclear Magnética son métodos que lo complementan, aunque no son prioritarios en el diagnóstico como tal. El Ultrasonido permite hacer con fiabilidad diagnósticos diferenciales de enfermedad venosa asociada que explique el edema unilateral como en el caso de la trombosis venosa profunda; como así también, permite evaluar los ganglios linfáticos. Los métodos de Tomografía y Angiotomografía permiten evaluar síndromes compresivos en la pelvis o en el tórax que producen edema. El método de la Resonancia Magnética permite clarificar el diagnóstico diferencial del edema, ya que es un método útil para el estudio de la densidad del tejido comprometido como también reportar enfermedades de los tejidos blandos”.
¿Cómo se trata el linfedema?
El médico cirujano y flebólogo, Gustavo Scattolin, indica que “el tratamiento específico depende de la causa de la enfermedad primaria, el tratamiento común cuando se presenta en miembros (el que habitualmente se consulta), es el drenaje linfático manual”.
Si bien el linfedema no tiene cura definitiva, existen tratamientos efectivos que pueden reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. "La terapia descongestiva compleja, el uso de vendajes, drenaje linfático manual y el ejercicio controlado son algunas de las estrategias clave para su manejo", señala.
El tratamiento principalmente está integrado por los siguientes procedimientos:
- Tratamiento preventivo: mantener la integridad y el trofismo de piel y faneras para evitar brotes infecciosos o inflamatorios, evitar quemaduras y calor excesivo, evitar tareas que demanden esfuerzos, evitar cargas pesadas. La vestimenta no debe ser ajustada, evitar el uso de medias con efecto de liga.
- Farmacológico: administración oral de benzopironas a altas dosis.
- Nutricional: conservar el peso corporal ideal, evitar la retención hídrica, dieta armónica, adecuada y balanceada.
- Dermatológico: micro traumatismos, lesiones micóticas, lesiones eczématicas, linforragias, vesícula y verrugas linfostáticas.
- Tratamiento del dolor.
- Psicológico: aceptación de la enfermedad, deformación física, depresiones.
- Físico combinado: consta de los siguientes procedimientos: drenaje linfático manual, presoterapia secuencial, terapia compresiva (vendaje multicapa, prendas inelásticas con velcro, medias y mangas elásticas), taping neuromusculares, ejercicios miolinfokinéticos.