La afección que aumenta con la edad y que te podés dar cuenta si la tenés comiendo: qué dicen los especialistas

Si tragar deja de ser una acción automática es momento de consultar a un médico adecuado. Reconocer los síntomas es fundamental para evitar complicaciones severas.

18 de diciembre, 2025 | 13.03

Si hablamos del cuidado de la salud nutricional, tenemos que mencionar la disfagia. Esta condición surge de la dificultad para deglutir y puede presentarse al intentar ingerir sólidos, semisólidos o líquidos. Es una falla que puede ocurrir en la fase inicial, en la boca o la garganta, lo que se conoce como disfagia orofaríngea; o en el tránsito hacia el estómago, lo que llamamos disfagia esofágica.

Se estima que la incidencia de disfagia a nivel mundial aumenta con la edad. En adultos mayores, hasta un 22% puede presentar algún grado de dificultad al deglutir. En personas con enfermedades neurológicas, como ACV o Parkinson, más del 50% pueden desarrollar disfagia en algún momento.

La disfagia en Argentina

Aunque no existen cifras nacionales actualizadas, hay estudios clínicos que muestran que los pacientes que atravesaron un ACV y los adultos mayores ingresados en hospitales tienen una prevalencia de disfagia del 40%. En población infantil de riesgo, que son los prematuros o las y los niños con trastornos neurológicos, la detección temprana y la intervención fonoaudiológica reducen significativamente complicaciones como desnutrición o neumonías por aspiración.

“Cuando el impedimento ocurre en la primera etapa de la deglución está causada por problemas en la boca, la garganta o los nervios. En cambio, si la dificultad aparece en el tránsito hacia el estómago, se trata de disfagia esofágica”, explicó el otorrinolaringólogo Roberto Goldztein y agregó: "Vemos muchos casos de origen neurológico, pero también musculares. Y no debemos olvidar las causas estructurales, como las estenosis o los tumores”.

Los síntomas de la disfagia

El doctor indicó que una persona que tiene disfagia puede sentir que la comida ‘queda retenida’, puede presentar dolor al tragar, toser al ingerir líquidos o sólidos o sufrir episodios de ahogo. "Son signos que nunca deben subestimarse”, remarcó. “El diagnóstico siempre empieza con una consulta médica. A partir de ahí se indica lo necesario: estudios por imágenes, endoscopia o videofluoroscopía, según el caso. El tratamiento depende completamente de la causa: puede ser rehabilitación, medicación o incluso cirugía”, valoró Goldztein.

"Identificar la disfagia temprano cambia el futuro del paciente, especialmente en niños y adultos mayores”. La profesional coincide en la detección precoz, ya que “evita complicaciones nutricionales y respiratorias que pueden comprometer seriamente el estado clínico del paciente. Esto vale para lactantes, niños y adultos”, expresó la fonoaudióloga Karina Gabriela Joandet.

Desde el trabajo fonoaudiológico se puede realizar un abordaje integral: “Nuestra evaluación incluye observar directamente la alimentación, la postura, el control motor y el estado de conciencia. También analizamos morfología, motilidad y sensibilidad de estructuras orales, linguales, mandibulares y faciales, además de evaluar funciones como la succión, la deglución y la respiración”, explicó Joandet. Para la especialista, las señales de alerta que ameritan la consulta médica son:

  • Tos o carraspeo al comer,
  • Fatiga durante la ingesta,
  • Babeo,
  • Hipo recurrente,
  • Regurgitación,
  • Aspiraciones,
  • Infecciones respiratorias repetidas.