Existen algunas características que comparten las buenas personas, según expertos en psicología. Ser buena persona puede significar algo diferente para cada uno, pero desde la mirada de la psicología, es un término bastante profundo que abarca diferentes aspectos. Para muchas personas, la bondad tiene que ver con evitar los conflictos, pero esto no es así para los expertos en la mente humana. La bondad es algo mucho más extenso y complejo, pero si se tiene que resumir, existen algunos rasgos en común que todas las buenas personas tienen.
El psicólogo José Martín del Pliego explicó, en diálogo con revista Hola, que la bondad es un proceso activo que surge cuando una persona logra conectar con su lado más genuino. Como punto de partida, el experto señala que las buenas personas son auténticas, es decir, tienen una profunda conexión con su interior, sus emociones y una enorme aceptación interna.
Lo que hace esto es facilitar la expresión emocional. Es decir, una persona auténtica, conectada con sus propias emociones, naturalmente tiene una mayor facilidad para expresar lo que siente, ser sincero consigo mismo y con los demás. Además, estas personas tienen una gran inteligencia emocional que les permite gestionar emociones negativas, como frustración o enojo.
En síntesis, el experto señala que ser buena persona no es decir que sí a todo o complacer a los demás, sino por el contrario, se trata de aprender la autorregulación emocional, la comprensión hacia uno mismo y hacia los demás. Martín del Pliego también advierte que muchas de nuestras emociones, como la autocrítica excesiva, la necesidad de validación constante o la evitación de emociones incómodas, son respuestas automáticas desarrolladas durante la infancia, cuando el entorno comenzaba a moldear distintas facetas de nuestra personalidad.
Aunque estas defensas puedan parecer protectoras, si persisten a lo largo del tiempo, limitan la capacidad de conectar con los propios valores y deseos más auténticos. Por esta razón, la mayoría de las buenas personas crecieron en un entorno seguro, afectuoso y basado en la aceptación mutua promueve el autoconocimiento y debilita las barreras emocionales que bloquean el contacto con el yo esencial.
Cuando una persona está en un entorno seguro y en el que se siente amado, es más probable que desarrolle su empatía e inteligencia emocional. Además, las buenas personas no son aquellas que no cometen errores, sino las que reflexionan sobre los errores que cometieron, tienen capacidad de autocrítica y saben pedir perdón, y además, modificar su comportamiento para poder cambiar y ser mejores.
Cómo ser una buena persona: ¿se nace o se hace?
El psicólogo sostiene también que la bondad no es una cualidad con la que uno nace y que solo unos pocos tienen, sino que cualquier persona puede desarrollarla si se lo propone. Algunas herramientas como la meditación, la autoobservación consciente, la respiración consciente y el acompañamiento terapéutico son muy eficaces para identificar esos patrones de comportamiento que generan conflicto interno para poder modificarlos.
Además, el experto recomienda rodearse de personas que actúen como modelos positivos, fomentando ambientes en los que prime la escucha, el respeto y la comprensión, ya esa amigos, parejas o familiares. En síntesis, ser buena persona no es reprimir las emociones difíciles ni evitar el conflicto, sino aprender a transitar las emociones con autenticidad y respeto hacia uno mismo y hacia los demás.