Si hay un barrio porteño bien peronista, sin dudas que ese es Mataderos. Y no tiene que ver estricamente con cuestiones electorales. De hecho, hace tiempo que los representantes de ese espacio político no obtienen la mayor cantidad de votos en la zona, pero su historia está intímamente ligada con el movimiento. La toma y posterior represión en el frigorífico Lisandro de la Torre; el barrio Los Perales construído en el contexto del plan Eva Perón y la hinchada de Nueva Chicago cuando entonó la marcha peronista en plena dictadura cívico-militar y terminó en la comisaría, son algunos de los hechos insoslayables que confirman ese vínculo. En consecuencia, un grupo de militantes concluyó en que tenían que tener un monumento del líder de los trabajadores: tardaron 7 años entre menesteres legales, falta de presupuesto, pandemia de por medio, pero lo lograron: hoy se erige en la plazoleta Carlos Saavedra Lamas y es la escultura de “El Pocho” más grande del mundo y hecha con chatarra.
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“Con los compañeros siempre decíamos: ‘¿Cómo puede ser que haya tantos monumentos a referentes históricos y Perón no tiene uno?’. Y bueno, tomamos la decisión de hacerlo y colocarlo en la plazoleta que está entre el club Cárdenas y Nueva Chicago”, le cuenta Hernán Miguez, actual secretario general del Congreso Metropolitano del Partido Justicialista, a El Destape.
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Y continuó: “El tema es que para tener un monumento de semejante dimensión, necesitábamos autorización y así es que presentamos un proyecto de ley. En ese momento lo hicimos a través del legislador porteño Mateo Romeo, un referente histórico de la comuna 9. Así las cosas, el 17 de julio de 2017, con doble lectura, es decir, primero fuimos a audiencia pública, después presentamos el proyecto y luego se hizo la segunda lectura, salió aprobado como donación de la agrupación Felipe Vallese. Hicimos todo legalmente, como corresponde”.
La idea surgió en 2014, luego continuó el derrotero formal y legal, hubo momentos de falta financiamiento y recursos y, entre una instancia y otra, la obra finalizó en 2022. No obstante, la inauguración oficial llegó recién el 1° de julio pasado, cuando se cumplieron 50 años de la muerte de Juan Domingo Perón. De hecho, se realizó un acto al que asistieron el Presidente del Partido Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires, Mariano Recalde; los diputados nacionales Leandro Santoro y Victoria Tolosa Paz, militantes, dirigentes barriales y, entre otros tantos, el primer congresal oriundo de la Comuna 9, Juan Manuel Olmos.
Taller de chapa y pintura “El Pocho”
El monumento está constituido principalmente en base a chatarra: fierros, capot, baules y techos de automóviles, pedazos de heladeras Siam, máquinas Singer, chapas y concreto para enclavarlo en el suelo y que no se mueva, ni se caiga. Asimismo, utilizaron diversas capaz de pinturas, tanto para evitar que el material se corroa, como para revestirlo.
En principio, la idea de los artistas que trabajaron en la figura del ex presidente de la República era crear una estrucura solo de contorno con fierros, pero finalmente se lo cubrió con chapas. Todo ese material utilizado se reunió gracias a sendas donaciones realizadas a través de la Universidad de La Matanza, de vecinos, dirigentes, gremios y fábricas de la zona.
“Los chapistas fueron determinantes para revestir la figura del General, sobre todo el taller que está ubicado enfrente del club Cárdenas. Asimimismo, los donantes para el resto de los componentes fueron comercios, los compañeros municpales, Gabriel Filippi (quien fuera congresal del PJ por la Comuna 9), Juan Manuel Olmos y Mateo Romeo también aportaron mucho. Con todo, nos llevó 7 años, al punto que en un momento Diego Santilli – entonces funcionario porteño- nos pidió que no lo quitáramos porque estaba a medio terminar, no avanzaba y algunos vecinos se quejaban”, agrega Miguez.
Y continuó: “De hecho, en principio, el proyecto fue pensado como un monumento de Perón y Evita juntos, pero nos costó tanto hacerlo, que una vez que terminamos a El Pocho quedamos ahí. Más adelante, haremos el de ella”.
El Perón inaugurado por Macri vs. el monumento que habla
En rigor, la obra emplazada en Mataderos no es la primera en honor al Pocho, De hecho, en octubre de 2015, como jefe de gobierno porteño Mauricio Macri inauguró uno en la plaza ubicada entre Av. Paseo Colón, Moreno, Azopardo y Belgrano. No obstante, sus dimensiones son menores en comparación con el emplazado en la Comuna 9. En concreto: la escultura del lider de los trabajadores, con la que el fundador del PRO hizo proselitismo para la campaña presidencial y posó junto a Hugo Moyano, Eduardo Duhalde y Momo Venegas, mide 5 metros de altura, es de bronce y pesa 2,5 toneladas.
En tanto, la segunda versión del General, llega a los 7 metros de altura, contiene chatarra, un tubo en el cinturón para que los visitantes les dejen mensajes y a la altura del pecho contiene una bocina que al conectarla a cualquier equipo emite sus discursos más famosos. “Es un monumento que habla”, bromea Miguez.
Asimismo, alrededor la obra aparecen una máquina Singer (elemento emblemático entregado por la Fundación Eva Perón), un escudo peronista con fierros y con una iluminación que hace lucir mejor a la estatua. “Quisimos poner algo de los pisos de parquet, por ese mito que los habitantes de los departamentos de Los Perales lo usaban para encender el asado, pero no se pudo”, contó Miguez.
Más allá de los bustos, cuadros, representaciones de todo tipo y poses sobre Juan Perón, el monumento de Mataderos no solo es el más alto del país, si no también del que haya registro en el mundo.
El General como un Lego para armar
Los artistas que le dieron vida al monumento de Juan Domigo Perón fueron Israel Romero y Christian “Kily” Glazer. De hecho, “Kily” comenzó el proyecto hasta la cabeza y lo continuó su compañero. “La idea que veníamos manejando, era laburar con chatarra y que el barrio colabore en esa juntada con lo que tenían en la casa porque lo copado siempre es que el vecino se sienta representado a través de la obra con la pieza que trae. De esta forma, no solo participaban trayendo sus cosas, sino que también colaboró aquel que se daba maña en clasificar los fierros, en cortar con la amoladora y que sabía soldar”.
Y continuó explicando cómo se realiza un obra de semejante tamaño: “Empezás con las bases. Es decir, como el cimiento de una casa, de hecho tiene como un metro y medio de concreto hacia abajo para que no se caiga. A partir de ahí, luego colocamos los fierros para arriba y después se va soldando, tejiendo y armando el monumento en sí mismo”.
“Esto es como el jueguito Lego, vos vas adaptando tu trabajo de acuerdo a lo que se necesita. Entonces, al realizar una rodilla, agarras y ponés un disco de freno. Si tenés que crear un ojo buscás un elemento circular. Para los dedos usamos caños, por ejemplo”, agregó el autor del mural de Evita que ilustra uno de los muros del frente del club Cárdenas.
Asimismo, quien realizó la escultura de Diego Maradona en Punta Indio, precisó ante El Destape cómo fue su trabajo para concebir al ex presidente. “Empecé como por las piernas, luego la cintura y después seguí con la misma forma de los fierros que se van moldeando. O sea, lo vas armando como si fuese de arcilla, pero con hierro”.
“No cobramos un mango: fue todo por honor y por militancia, por lo menos de mi parte. La verdad que hacerlo, más en el barrio de Mataderos de donde es uno y frente al club Cárdenas donde milité, es una estrella más en el pecho que la voy a llevar en mi corazón para toda la vida”, concluyó Kily Glazer.