La defensa de la familia de Micaela Rascovsky, de 25 años, dio cuenta durante los alegatos de la violencia de género que la joven habría recibido por parte de su novio, Guido Pascuccio (34) en el barrio porteño de Villa Ortúzar en donde convivían desde abril de 2021. También, hicieron énfasis en una conversación que tuvo con su mamá: “No me banco una más. Ya no tengo más límite. Lo quiero dejar porque me cagó a palos, mamá”, le habría escrito dos días antes de su brutal asesinato.
Micaela fue hallada sin signos vitales en el departamento que compartía con su pareja Pascuccio, en dicho barrio porteño. Según fuentes policiales, el hombre alertó a las autoridades diciendo que la novia estaba convulsionando y no reaccionaba. Cuando llegaron los forenses, confirmaron que había consumido cocaína y que su cuerpo presentaba múltiples golpes, marcas recientes y señales de haber sido atada.
En el proceso judicial, la Fiscalía General descartó el femicidio y solicitó 11 años de prisión para Pascuccio, está acusado por el delito de “abandono de persona seguido de muerte y lesiones doblemente agravadas”. Por su parte, la querella que representa a la familia sostuvo que se trató de un femicidio y exigió perpetua por homicidio doblemente agravado.
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La causa de muerte, según indicó la autopsia, fue “congestión y edema pulmonar con cardiopatía dilatada”, un resultado compatible con el consumo de cocaína, la sustancia encontrada en la escena donde estaba el cadáver de la joven. También se demostró que la joven tenía 13 golpes y marcas que indicaban que había sido atada antes de su muerte.
En las imágenes filtradas, se pueden observar diversos moretones en distintos lugares del cuerpo de la víctima, dejando a la vista el nivel de violencia que ejerció sobre ella su pareja en sus últimas horas de vida.
Por otro lado, también se supo que el llamado que hizo Pascuccio fue tardío, ya que de acuerdo a la investigación, la joven murió mucho antes de la denuncia: el fallecimiento de Rascovsky fue entre las 23:30 del 12 de abril y las 2:00 de la mañana del 13. Durante ese lapso, se registraron cuatro llamadas consecutivas realizadas por el sospechoso: a la 01:14 y 01.15 a su madre, a las 02:09 a Micaela y a las 02:49, nuevamente, a su madre. Recién a las 04:48, llamó a la Policía.
“El imputado no estaba durmiendo horas antes de ese suceso. Aprovechó el tiempo entre que dejó morir a Micaela y su llamado al 911 para modificar la escena del crimen en su favor y en perjuicio de la víctima”, sostuvo la querella durante los alegatos que comenzaron el 13 de febrero, según reportó Infobae. Además, marcó otro detalle: cuando el imputado mostró el celular a la policía, faltaba el llamado al 911.
“La lógica es que vos la abandonaste, pero porque querías que se muriera. En todo este contexto de violencia de género, vos no querías que ella te denunciara”, explicó al respecto Nadia Rivas, abogada de la familia Rascovsky, en diálogo con Infobae.