Cuidado con esta gente: estas son las personas más controladoras, según la psicología

Esta característica es la que más comparten las personas que quieren tener todo bajo control, de acuerdo con expertos en psicología.

11 de diciembre, 2024 | 12.44

Las personas controladoras comparten ciertos rasgos de personalidad, tendencias y patrones de comportamiento, según la psicología. Identificar a alguien controlador no siempre es fácil, ya que la gran mayoría de las veces, estas personas esconden su necesidad de tener todo bajo control. Sin embargo, los expertos en psicología señalaron que existe una característica en común que tienen las personas controladoras y que no hay que pasar por alto.

Hay muchos rasgos y hábitos que pueden indicar esto, y uno de ellos es, por ejemplo, cortarse el cabello solo, sin la ayuda de nadie. Esto puede parecer una simple manía, pero de acuerdo con la psicología, puede ser un importante indicador de que estamos frente a una persona controladora, que no soporta que otros tengan el poder o el control sobre sus vidas. También puede significar que la persona está atravesando por un delicado momento personal y que cortarse el cabello solo es una vía de escape o una descarga, para sentir que están en control.

En esta misma línea, según la psicóloga Claudia Ramos, cortarse el pelo solo también puede significar que la persona quiere tomar el control frente a una situación muy delicada. "El cabello tiene un fuerte componente emocional y cultural. Cambiarlo de manera drástica suele ser una forma de comunicar que algo en la vida también está cambiando", señaló. Por otra parte, también puede ser señal de que se intenta ir en contra de ciertas normas sociales, de rebeldía o de necesidad de autoafirmarse frente a otros.

Qué significa cortarse el pelo solo, según la psicología.

Qué significa acumular los platos sin lavar en la cocina, según estudios

Dejar los platos acumulados en la cocina sin lavarlos dice mucho sobre la personalidad de los individuos, según estudios realizados por científicospsicólogos y psiquiatras. De acuerdo con los expertos, este no es un simple hábito que las personas tienen, sino que responde a una serie de patrones de personalidad que dan indicios sobre la conducta y manera de ser de las personas.

Es normal dejar los platos sin lavar en la cocina de vez en cuando, ya sea porque estás muy cansado, porque te tenés que ir a trabajar o porque no tenés ganas de hacerlo en el momento. Sin embargo, si este hábito se repite a diario y se sostiene en el tiempo, puede ser un indicador crucial sobre la personalidad de quien lo hace.

Si procrastinás tareas como lavar los platos, puede significar que tu sistema de recompensa está dañado. El sistema de recompensa del cerebro es una red neuronal que se activa cuando ciertos estímulos nos generan satisfacción. Por ejemplo, cuando hacemos una tarea placentera (como comer), el cerebro lo asocia con algo positivo y genera dopamina, ya que se produce una gratificación instantánea. Sin embargo, las personas que se vuelven adictas a este placer inmediato suelen procrastinar tareas poco placenteras, que no generan una sensación de felicidad a corto plazo, como lavar los platos

Por esta razón, los psicólogospsiquiatras y expertos en neurociencia recomiendan practicar posponer el placer inmediato, ya que el cerebro tiende a priorizar tareas que generan placer fácil y posponer aquellas que generan una molestia o un esfuerzo, como lavar los platos. Sin embargo, si entrenamos a nuestro cerebro para realizar estas tareas sin posponerlas tanto (por ejemplo, lavando los platos apenas terminamos de cenar), nuestro cerebro dejará de percibirlo como una actividad aburrida y recibirá satisfacción al completar una tarea, generando a largo plazo el placer de ver los platos limpios, en este caso.

Esta simple procrastinación de lavar los platos puede verse reflejado en otros hábitos de tu vida. Quizás, pospongas otras cosas más importantes, como ir a entrevistas laborales, empezar proyectos que querés, ir a lugares o eventos, o simplemente privarte de hacer cosas que deseás, simplemente por el esfuerzo que conlleva el proceso. En cualquier caso, se aconseja que empieces poniéndote metas cortas, ya que las metas muy grandes podrían abrumarte. Si comenzás de a poco, evitarás sentirte ahogado y alcanzarás tus objetivos de manera más eficiente, progresiva y sostenida en el tiempo.