Comenzó el juicio por el femicidio de Catalina Gutiérrez: la madre de la víctima se quebró y apuntó contra Soto

Eleonora Vollenweider se quebró, salió de su relato y le habló directamente a Soto por el asesinato que conmovió a la provincia. No aceptó las disculpas del acusado y le dijo que “hay una sola persona acá que te puede perdonar y es Catalina".

06 de marzo, 2025 | 14.25
Comenzó el juicio por el femicidio de Catalina Gutiérrez: la madre de la víctima se quebró y apuntó contra Soto Comenzó el juicio por el femicidio de Catalina Gutiérrez: la madre de la víctima se quebró y apuntó contra Soto

Luego de que se realizara una pericia interdisciplinaria a Néstor Aguilar Soto (22), que confirmó que "está en condiciones" de afrontar un proceso penal, este jueves por la mañana finalmente comenzó el juicio por del crimen de Catalina Gutiérrez en Córdoba. El confeso asesino de la joven influencer de 21 años está acusado de homicidio calificado por alevosía y por mediar violencia de género, lo que le valdría una pena de prisión perpetua.

Durante la primera audiencia en la Cámara Undécima del Crimen de Córdoba, la madre de la víctima, Eleonora Vollenweider, se quebró, salió de su relato y le habló directamente a Soto por el asesinato que conmovió al territorio cordobés el 17 de julio de 2024. “Te abrimos la puerta de casa, ya sé que no lo puedo mirar”, dijo la madre de manera desconsolada. 

El presunto homicida estuvo sentado a menos de un metro de distancia de la mujer y, durante todo su testimonio, evitó mirarla a los ojos. La frase de una persona a la que le quitaron a su hija provocó un pedido de perdón de Soto. Fue abrupto y no autorizado por el Tribunal. Tampoco llegó a ser captado por los micrófonos, pero Vollenweider respondió: “Hay una sola persona que te puede perdonar. Es Catalina y no está acá”.

En ese momento, el Tribunal le recordó al acusado que puede declarar en cualquier momento del juicio, aunque su abogada Ángela Burgos Niño le recomendó que lo haga en otra de las audiencias y sin responder preguntas. La Oficina de Gestión de Audiencias (OGA) reservó los últimos dos días de esta semana, más otras tres jornadas para la realización del juicio. En caso de que se incorporen más testimonios o pruebas, el debate podría ocupar más de cinco días.

Vollenweider recordó cada detalle de la peor noche de su vida, aquella en la que encontraron asesinada a Catalina en su Renault Clio en la calle Pedro Echague al 3900 de barrio Ampliación Kennedy. Después de repasar cómo se enteró de la desaparición por parte del novio de la víctima, contó que Soto llegó a la comisaría de barrio Inaudi para acompañarlos tras la confirmación de la muerte de la joven.

“Empezaron a llegar todos y llegó Néstor gritando ‘¿quién pudo haber hecho esto? ¡Qué barbaridad!’. Se ponía contra la pared, tenía un buzo blanco. Me abraza y me dice: 'Eleonora, ¿quién puede haber hecho esto?'", contó sin poder contener las lágrimas.

La mamá de Catalina confesó que, en ese momento, le llamó la atención que Soto pedía un baño y un cargador de iPhone. “Iba y venía. La Policía le mostró el baño y yo le dije que en el auto podía estar el cargador de Lucía”, declaró y siguió: “Empezó muy alterado, lo miré y le dije ‘tranquilo’”.

“Me miró con frialdad y me dijo ‘estoy muy nervioso porque la Policía me está haciendo muchas preguntas', detalló. Esa actitud del joven y lo que le dijo en el llamado que mantuvieron antes de encontrar a Catalina, donde el asesino sostuvo que no sabía nada de su hija junto a la extraña frase de que lo “dejó clavado como hace siempre”, pusieron en alerta a la familia. 

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La autopsia al cuerpo de la joven demostró la golpiza que le dio el asesino antes de matarla y evidenció el uso de cinta para perpetrar el crimen. Soto era amigo de la víctima, cursaban juntos la carrera en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y hasta compartían el mismo grupo. Los testimonios de ex amigas del joven y de su mejor amigo también reflejaron la “obsesión” del detenido con la víctima.

Eleonora contó que la familia se trasladó desde la comisaría de barrio Inaudi a la Jefatura de Policía de barrio Alberdi para seguir el protocolo. En ese recorrido, según declaró ante el Tribunal, la mujer le dijo a su otra hija Lucía que sospechaba de Soto. “Les voy a decir una barbaridad de la que a lo mejor me arrepiento toda mi vida. Yo sospecho de Néstor”, se sinceró.

Rápidamente, relató la actitud de Lucía, que también es testigo en el juicio: “Me miró y me dijo: ‘¿Cómo podés decir eso? Es el mejor amigo de Catalina, ni lo repitas'. “Yo lo vi tan alterado, la forma en la que me trató por teléfono y la forma en la que relataba”, explicó. Soto escuchó cada palabra de la mamá de su víctima sin dejar de mirar el suelo y en reiteradas oportunidades se secó las lágrimas y bebió agua.

Dos semanas después del femicidio, el joven confesó ante el fiscal José Mana: “Yo la maté”. Esta declaración, sumada a la prueba de los registros de las cámaras de seguridad que lo ubican en la escena del crimen, lo complican en la causa. Además, efectivos policiales hallaron un anillo que la joven estudiante habría perdido al querer defenderse y también pelos en diferentes puntos de la vivienda de Soto.