Los secretos de la tía de César Sena sobre el femicidio de Cecilia Strzyzowski: "Marcela encubrió a su hijo"

Patricia Acuña fue la encargada de entregar a su sobrino a la justicia. Hoy en día es el nexo del clan con el exterior.

05 de noviembre, 2025 | 12.51

En el marco del juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, la tía de César Sena, hermana de Marcela, cumple un rol importante: es el eslabón que une a los 3 detenidos con el mundo exterior. Patricia visita a su hermana dos veces por semana y le lleva ropa, comida y libros. También se comunica con César aunque sostiene que su sobrino aún sigue sin contarle lo que sucedió en junio de 2023. Un dato no menor teniendo en cuenta que el principal sospechoso del femicidio pasó sus últimas horas en libertad en el departamento de Patricia, antes de que esta lo convenciera de entregarse.

“Nos cancelaron. Vivimos de la caridad”

El 9 de junio de 2023, Marcela Acuña llamó a su hermana y le pidió que recibiera a su hijo. Habían estado distanciadas durante años, pero la relación ya se había encarrilado. La madre de César quería resguardar a su hijo porque la Policía estaba por allanar la casa de Santa María Oro. “Al rato llegó César con Fabiana González y un bolsito. Fabiana lo dejó en la vereda”, cuenta Patricia. 
Al día siguiente, la tía llevó a su sobrino hasta la comisaría. Ya pesaba sobre él una orden de captura nacional e internacional desde que habían sido arrestados sus padres, la noche anterior. “Lo entregué el sábado después del mediodía. Lo dejé ahí, con sus cosas”, recuerda Patricia. 

Una semana después, Patricia y Ricardo declararon ante el Equipo Fiscal Especial; en esa instancia aseguraron que César les negó haber cometido algún “acto de violencia”. Sin embargo, ninguno de los dos fue citado en calidad de testigo para el juicio.

Luego de los allanamientos y la investigación, Patricia y Ricardo sufrieron consecuencias laborales y sociales. “Nos cancelaron. Ni mi pareja ni yo pudimos volver a tener trabajo. Vivimos de la caridad”, cuenta Patricia. 

“Le cayó la ficha dos años después”

Durante las horas anteriores a la entrega, en el departamento de Patricia y Ricardo, César negaba todo. “Me juró mil veces que no había pasado nada, que se había peleado con Cecilia y que ella se había ido”, asegura Patricia.  “Eso lo va a demostrar la cámara que está enfrente de casa”, recuerda Ricardo que decía César. Y continúa: “Me lo dijo tres veces. Yo le contesté: ‘Hermano, estamos hasta las manos con vos. Decime qué pasó’. Pero no habló”.

Patricia completa: “César no lloró nunca. Lloró recién este sábado con la madre. Dos años después le cayó la ficha”. Y Ricardo aporta: “Tenía posibilidades de haberse fugado. Pero Marcela lo mandó acá porque sabía que lo íbamos a entregar. Ella estaba al tanto de todo lo que estaba pasando; nosotros no”.

De la confusión inicial a la realidad 

Patricia y Ricardo cuentan que la situación política los confundía. “Nosotros estábamos en nuestro mundo. En la vorágine electoral, el movimiento siempre era atacado, así que pensamos que era una movida política en contra. Yo no podía creerlo”, recuerda Ricardo. 

“¿Sabés cuándo caímos? Cuando en la tele dijeron que había un pedido de captura internacional. Ahí llamamos a un abogado”, agrega Patricia. Y agrega un detalle de las horas previas a la entrega: “César estaba ahí, en la pieza. ‘Tenés que entregarte’, le dije. “Sí, tía, quedate tranquila, me voy a entregar”, le contestó Sena.

Cómo es el vínculo hoy en día 

Desde que los tres principales imputados están detenidos, Patricia es la única persona del clan que asiste a las audiencias en la sala del Centro de Estudios Judiciales. Cuenta que visita a su hermana los lunes y los miércoles, y que los martes va a ver a César al Complejo Penitenciario I de Villa Barberán, aunque indica que no puede visitarlo porque no es considerada familiar directo. También relata que desde fines de 2024 se habilitó una revinculación que permite que Marcela, Emerenciano y César puedan verse cada 15 días.

Sobre la dinámica interna, Patricia cuenta que Emerenciano “fue abandonado por su familia” y que, a su juicio, Marcela encubrió a su hijo. Ricardo, por su parte, relata que en alguna charla César llegó a decir que “no fue un femicidio, sino una emoción violenta”. “César está desesperado y con mucha culpa. Dice que quiere asumir los cargos, que lo que le preocupa es el padre, porque no tenía nada que ver”, complementa Patricia.

“Yo quiero justicia por Cecilia”

Faltan 15 días para que el jurado popular decida si el clan Sena es culpable o no del femicidio. “Que pase lo que tenga que pasar, pero que pase. Si las cosas salen negativamente iremos a Casación. Si mi hermana sale en libertad, acá en mi casa hay una pieza para ella”, advierte Patricia. Y completa: “Yo quiero justicia por Cecilia, porque acá hay dos madres sufriendo: la de ella y mi hermana”.

Por su parte, Ricardo aporta: “Yo creo que de alguna manera habrá que considerar la condición psicológica de César. No sé si eso le llegará al jurado, pero para mí tiene que ser un atenuante. No digo que no tenga responsabilidad, pero no fue una planificación fría para decir: ‘La voy a matar’. No pudo manejar la situación que había creado. Era un mitómano”.

Por último, Patricia completa: “El otro día lo pensaba: si mi sobrino quería matar a alguien, ¿por qué la llevó a su propia casa? Es una locura. Si vas a hacer una maldad, no la hacés en tu casa. Marcela lo encubrió para defenderlo. Una madre no entrega a su hijo. Si a ella la llegan a condenar, yo voy a insistir con la domiciliaria”.