Los errores y contradicciones que complican al acusado de matar a Nora Dalmasso

Las múltiples versiones que dio Roberto Bárzola antes del vuelco en la causa y la pericia de ADN. El fiscal y los abogados de la familia buscan que el caso no quede impune después de 19 años.

01 de enero, 2025 | 15.35

Después del vuelco en la causa y la pericia de ADN que marcó al parquetista como el principal sospechoso del brutal crimen de Nora Dalmasso, los investigadores empezaron un nuevo camino para dar marco a la acusación contra Roberto Bárzola. En ese camino, tanto el fiscal como la querella se mostraron atentos a marcar que el primer punto es buscar la existencia de otras denuncias o delitos que haya cometido el acusado y que pudiera interrumpir la prescripción. Mientras tanto, los mismos investigadores repasan cada paso de la investigación previa donde el ahora principal sospechoso declaró varias veces ante la justicia. En ese análisis, los investigadores se detuvieron en una contradicción que ahora puede ser clave para la causa y que tiene que ver con los movimientos del parquetista el día del crimen.

Aquel sábado 25 de noviembre de 2006 fue recordado por Bárzola en cada declaración. Frente a la Justicia, en su primera declaraciones como testigo, aseguró que “ese día llovía muy mucho y que tocó el timbre dos veces”. Según aseguró había quedado con su jefe para ir a terminar un trabajo pero “como nadie lo atendía entró abriendo el pasador de la puerta de rejas y llamó a la puerta dos veces sin ser atendido”. En ese relato, el parquetista aseguró que esperó “unos diez minutos” y se fue porque estaba muy mojado. También relató que se encontró con su patrón y desistieron de hacer el trabajo, entonces se fue a su casa.

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Pasó el tiempo y Roberto Bárzola se sentó en el banquillo de los testigos en el juicio contra el viudo, Marcelo Macarrón. Allí volvió a relatar el hecho pero con varias contradicciones. Cuando recordó los movimientos de ese sábado, el parquetista aseguró que “tenía que terminar un trabajo en otra casa y después pasaba por lo de Macarrón”. Allí apareció la primera contradicción porque el ahora sospechoso aseguró “yo no fuí a la casa, le mentí a mi patrón diciendo que había ido y que no se podía hacer nada porque habíamos dejado la ventana abierta y me fui a la casa de Macarrón a esperarlo”. Según Barzola había ido en moto y se bajó para esperarlo “ahí nomás,en la puertita”. El punto de la contradicción es que en el juicio, Bárzola dijo que no tocó el timbre de la casa “porque si le abrían se tenía que quedarse a trabajar”. En ese punto, el parquetista aseguró que hizo eso porque “no le gusta trabajar los sábados”.

Frente a esa contradicción, el fiscal del juicio contra Marcelo Macarrón, Julio Rivero, le marcó a Bárzola lo que ocurría y el parquetista se defendió diciendo “no me acuerdo, no me acuerdo si toqué timbre” y se enredó en una excusa para tratar de explicarse. “En su momento, te digo la verdad, no entendía la gravedad del hecho” y se inculpó asegurando que también le mintió a la policía asegurando que estuvo en la otra casa del country donde nunca había ido. En ese juicio, ni el fiscal ni el presidente del tribunal decidieron profundizar el tema, lo que hoy parece ser un grave error.

En esas mismas declaraciones, Bárzola relató algunos intercambios que tuvo con Nora Dalmasso. Según su relato, la mujer le habló una sola vez y “me reprochó sobre el polvillo”, aseguró el parquetista. Ese intercambio también fue señalado por la madre de la víctima que aseguró que fue una discusión y marcó al parquetista como un sospechoso, aunque la justicia la ignoró. Bárzola siempre le dijo a los investigadores que era su jefe, Walter González, quien hablaba de los trabajos pero que lo hacía solo con Marcelo Macarrón. Además, contó que se enteró del crimen porque “mi patrón fue quien me lo contó” y le dijo a la justicia que después del asesinato “volvimos a trabajar a la casa, fue un momento de trabajo normal”.

Ahora, después de la pericia de ADN que ubicó a Roberto Bárzola como el principal sospechoso de la violación y asesinato de Nora Dalmasso, el fiscal Pablo Jávega y los abogados de la familia buscan que el caso no quede impune y poder llegar a un juicio aunque la defensa del parquetista insiste con que el acusado se declara inocente y el caso prescribió.