Luego de las actualizaciones en la causa que investiga el crimen de Nora Dalmasso, los abogados de Roberto Bárzola -el nuevo acusado de asesinar a la mujer en su casa del country Villa Golf, en la localidad de Río Cuarto- mostraron su desconfianza respecto al rastro de ADN hallado en el cinturón de la bata de baño con la cual se perpetró el homicidio. Cabe recordar que el femicidio ocurrió hace más de 18 años, perpetrado el 25 de noviembre de 2006, en la provincia de Córdoba. En los últimos días, el acusado fue citado a declarar pero decidió mantener el silencio mientras sus defensores aseguran que es inocente.
El fiscal de la Unidad Fiscal Especial, Pablo Javega, acusó al hombre mencionado por ser el presunto asesino de Dalmasso ya que el perfil de ADN masculino fue hallado tanto en el cinto de la bata de baño y un vello púbico encontrado en la zona inguinal de la víctima, según indicó el Ministerio Público Fiscal (MPF) en conjunto con el Centro Forense del Poder Judicial de Córdoba con el National Center for Forensic Science de la Universidad de Florida. Bárzola, en aquel entonces, de 27 años, trabajaba como pulidor de pisos en la casa de la víctima.
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"Es raro, en el juicio se comprobó que la escena del crimen no había sido protegida", apuntaron los abogados del acusado, Cristian Titarelli y Aquiles Rodríguez en relación al hallazgo del ADN casi una década después. Por otro lado, según La Voz del Interior, confirmaron que el hombre no estaba formalmente imputado y al hacerse público el hallazgo de material genético, fue citado a declarar. Hasta el momento, no rompió el silencio y se negó a expresarse. "Es inocente del hecho que se lo acusa y en virtud de ello, nuestra posición es trabajar sobre el mérito de la prueba y verificar si el hecho no está prescripto ya", remarcaron.
Más allá de lo expresado por los letrados, el fiscal Javega aseguró que en caso de que se compruebe la autoría del hecho en manos de Bárzola, la prescripción del delito quedaría nula. El ahora sospechoso había declarado como testigo, en su momento, durante el juicio realizado por el caso en el 2022.
En 2007, la familia de la víctima solicitó que se incluyera a Bárzola en la lista de personas a cotejar su ADN, pero el fiscal del caso no lo consideró en su momento.
Qué dijeron los peritos
Mario Vignolo, médico forense que participó de las pericias del cuerpo de Nora Dalmasso, se refirió a las condiciones del cadáver que darían cuenta de los momentos previos al homicidio y apuntó: “Igual que otros peritos dijimos que era sexo consentido, ahora en caso de que no haya sido consentido, no fue un sexo violento porque no había signos de violencia en el cadáver”, explicó. Vignolo también mencionó que Dalmasso “tenía un golpe en la cabeza que no fue por el sexo, sino por el instinto defensivo al ser estrangulada”.
En este sentido planteó la existencia de irregularidades que no permitieron esclarecer el hecho. “De entrada siempre se temió que haya alguien importante y por ese temor siempre empezaron a embarrar la cancha y el tiempo que pasa es la verdad que huye”, señaló y sostuvo que “todas las idas y vueltas en este juicio hicieron que se diluya la verdad que a lo mejor estaba en las narices”.
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Sobre el atraso de la Justicia para identificar el perfil genético, Vignolo apuntó: “Las muestras genéticas son las que se tomaron en ese momento, son indubitables, y si están, solo falta corroborarlas”. En esta línea, advirtió que hubo cosas que “llamaron su atención”. Y puntualizó: “Que me llamen a mí como ‘experto’ junto a otros y el día que iban no me avisen. Pasaron décadas y nunca me llamaron para preguntarme qué decía mi informe”, cuestionó. En esa misma línea, agregó: “Durante 14 años, no fui llamado a declarar. O sea... Hubo cosas raras, no digo que haya irregularidades, malas intenciones, pero hubo cosas que a mí me llamaron la atención”.
Según las pericias, Dalmasso murió asfixiada mediante estrangulamiento. Fue hallada sobre la cama en la que había rastros de un acto sexual y fue asfixiada con el cinturón de su bata. Ahora, se determinó que el material genético de Bárzola es compatible con las huellas genéticas encontradas en el cinto de bata que estaba anudado en el cuello de la víctima y en un vello hallado en la zona inguinal de la misma.