A más de ocho meses de la desaparición del niño, el caso Lian continúa sin avances concretos. Su padre, Elías Flores, pidió públicamente respuestas. “Necesito saber qué pasó con mi hijo”, expresó, al confirmar además un cambio en la defensa que busca reimpulsar la causa.
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“Nadie está haciendo nada”: el reclamo del padre
Elías Flores, trabajador ladrillero, manifestó su angustia por la falta de resultados en la investigación que intenta esclarecer qué ocurrió con Lian, desaparecido el 22 de febrero de 2025 en una zona rural del este cordobés. “Quiero que investiguen, por favor, quiero que me reciban y me escuchen. Quiero y necesito saber qué pasó con mi hijo”, dijo en un mensaje público en el que vestía una remera con la imagen del pequeño.
El hombre solicitó la intervención directa de las autoridades. “Quiero que investiguen, me reciban y me escuchen. Nadie está haciendo nada”, insistió, reclamando una respuesta institucional tras meses sin novedades.
La causa sigue estancada
La investigación judicial del caso Lian, a cargo del fiscal provincial Nicolás Gambini, se mantiene sin avances significativos desde el cambio de conducción ocurrido en septiembre, cuando fue apartada la fiscal de Bell Ville, Isabel Reyna. En este contexto, la familia decidió sumar al abogado Carlos Nayi, con el objetivo de que represente el caso tanto en el fuero federal como en el provincial y logre destrabar la pesquisa.
El entorno familiar de Lian Flores busca reactivar una causa que se encuentra prácticamente paralizada, en medio de un clima de frustración y desesperanza. “Nadie nos dice nada. Solo queremos saber la verdad”, expresaron en reiteradas oportunidades.
Qué se sabe del día de la desaparición
Lian tenía tres años cuando fue visto por última vez en su casa, ubicada en un paraje rural de la provincia de Córdoba, a unos tres kilómetros de Ballesteros Sud. Ese día, se encontraba junto a su madre, Plácida Soraide Colque, su padre y sus hermanos. Su hermana Maribel notó su ausencia alrededor de las 16:30, cuando el padre le pidió que llamara a todos para merendar. El niño vestía un pantalón azul largo y no llevaba remera; esa prenda fue encontrada al día siguiente en la puerta del domicilio.
La vivienda familiar se encuentra en una zona conocida como “cortadero de ladrillos”, donde conviven otras tres familias dedicadas a la misma actividad. Ese lugar fue identificado por los investigadores como la “zona cero” y es allí donde se concentran los peritajes.
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Celulares secuestrados y contenido inquietante
Durante los procedimientos del caso Lian, se secuestraron dos teléfonos pertenecientes a los hermanos R. Z., vecinos de la familia Flores Soraide, de 21 y 16 años. Ambos incurrieron en contradicciones en sus testimonios. En los análisis forenses realizados sobre los dispositivos, la Unidad de Equipos Móviles del Ministerio Público Fiscal detectó material de abuso y explotación sexual infantil.
En el celular LG del menor se extrajeron 153.987 archivos, entre los que se visualizaron alrededor de 40 videos con menores de 13 años. En el teléfono Samsung Galaxy A35, utilizado por el mayor, se hallaron 65.954 imágenes, incluidas dos de contenido pedófilo, y 5.783 videos de pornografía. Los investigadores aclararon que el estudio no alcanzó a procesar la totalidad del contenido extraído debido a limitaciones técnicas, aunque no se detectaron indicios de producción o envío de ese material desde los dispositivos.
Un reclamo que no se apaga
Con la causa aún sin respuestas, el caso Lian volvió a ocupar espacio público gracias al reclamo del padre, que busca visibilizar la situación y presionar por medidas concretas. “Quiero que me escuchen”, reiteró Flores, quien confía en que la nueva representación legal ayude a destrabar el expediente.
Mientras tanto, la familia continúa su búsqueda, sostenida por una sola convicción: que la verdad aparezca. El dolor y la incertidumbre persisten, pero el pedido sigue siendo el mismo desde el primer día: “Necesito saber qué pasó con mi hijo.”
