Si bien históricamente se asociaban con áreas rurales, en los últimos años se han documentado en distintos puntos de Buenos Aires y hasta en las frías zonas de Chubut la presencia de viudas negras. Estos arácnidos suelen habitar en zonas áridas y semiáridas, pero, con el correr del paso del tiempo, han sobrevivido en climas fríos, como en Puerto Madryn, Chubut, donde los casos se triplicaron entre 2016-2021. Allí, ejemplares adultos han logrado superar los inviernos debido a la presencia de basura en basurales espontáneos, que generan refugio térmico y alimento durante los meses fríos, facilitando su supervivencia. Esta adaptación también se ha visto favorecida por el cambio climático, que ha suavizado las temperaturas invernales en la región.
Esto constituye un riesgo latente para miles de personas, especialmente en verano, cuando los encuentros con humanos y animales domésticos aumentan peligrosamente. Sus picaduras pueden causar dolor severo, espasmos musculares, fiebre, y en casos extremos, pueden resultar mortales. Las complicaciones graves son comunes, sobre todo en niños, ancianos y mascotas.
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El peligro de la araña no se detiene solamente en su picadura: el gran riesgo que trae aparejado el veneno de la viuda negra es que muchas personas no reconocen a la araña como un peligro. Continúan con su vida normalmente y hasta se empiezan a ver afectados por el veneno de este arácnido que puede seguir presente dias e incluso semanas en el organismo de la persona afectada. La subnotificación en los centros de salud es un gran desafío que enfrenta el sistema sanitario.
El Dr. en biología Germán Cheli, especialista del CENPAT-CONICET y uno de los autores del trabajo denominado “Primer registro invernal de Latrodectus mirabilis (Araneae: Theridiidae) en la Patagonia árida: ¿Consecuencia del cambio climático y la urbanización?”, sostiene que en el país existen al menos ocho especies de viudas negras, entre ellas Latrodectus mirabilis, la única que habita en Chubut. De estas, siete son consideradas de importancia sanitaria debido a su veneno neurotóxico, lo cual las convierte en un riesgo para humanos y animales domésticos.
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Cheli sostiene que el cambio climático ha generado condiciones más favorables para estas arañas, especialmente en la región patagónica, donde el invierno ya no es tan riguroso. La supervivencia de algunos ejemplares durante los meses fríos está directamente relacionada con el aumento de las temperaturas y con la acumulación de basura en zonas periurbanas, una realidad preocupante en el contexto de una gestión de residuos ineficiente. Además, esta situación está vinculada a la llegada de otros insectos potencialmente peligrosos para la salud humana, como el mosquito del dengue, alacranes venenosos y vinchucas, vectores de enfermedades como el Chagas.
Los casos de picaduras de viuda negra en Argentina no son tan frecuentes como los de alacranes, pero su veneno es altamente neurotóxico y puede ser letal si no se trata a tiempo. Si bien la mortalidad es baja debido a la disponibilidad de antídotos, el dolor y los síntomas pueden durar semanas, afectando seriamente la calidad de vida de las personas picadas y puede presentar secuelas por falta de tratamiento. En casos graves, es fundamental acudir a un centro médico para recibir el antídoto.
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La picadura de una araña viuda negra suele ser poco dolorosa al principio, pero al cabo de unos minutos puede desencadenar un dolor intenso en el área afectada, irradiándose a otras zonas como el abdomen o el pecho. La picadura suele presentar hinchazón leve y enrojecimiento, junto con dos pequeñas marcas de los colmillos. El veneno neurotóxico puede causar una serie de síntomas sistémicos, como calambres musculares severos, rigidez abdominal, sudoración, náuseas y dificultad para respirar, que pueden durar de 24 a 48 horas. En algunos casos graves, las contracciones musculares intensas y el aumento de la presión arterial pueden requerir atención médica urgente
La preocupante situación en Chubut: ¿riesgo de réplica en otras provincias y ciudades?
Hasta el momento, no se han reportado muertes por picaduras de viudas negras en Chubut, pero sí se han registrado casos de envenenamiento severo que requieren atención médica urgente. Las picaduras suelen causar contracciones musculares dolorosas, daño hepático y renal en los casos más graves. Además, la incidencia de picaduras ha aumentado de manera alarmante: entre los períodos 2004-2009 y 2016-2021, los casos se triplicaron, una tendencia que Cheli atribuye a la mayor supervivencia invernal de la especie.
En Chubut, los estudios realizados por el equipo de Cheli revelan que las viudas negras son más comunes en zonas periurbanas donde abunda la basura. Esta acumulación de residuos no solo les brinda refugio durante el invierno, sino que también contribuye a su alimentación y reproducción en la temporada cálida. A pesar de estos hallazgos, aún no se ha realizado una estimación exacta de la abundancia de viudas negras en la provincia.
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“Dado que los inviernos seguirán siendo menos fríos en el corto plazo, una de las pocas medidas de mitigación posibles es mejorar la gestión de residuos y reducir los basureros en zonas urbanas y periurbanas. Es crucial continuar con campañas de concientización sobre la fauna local, promoviendo actividades de extensión con charlas, talleres y folletos en escuelas y entidades de salud pública, dirigidas tanto a la población en general como a profesionales en áreas de emergencias y fuerzas de seguridad” sostiene Cheli.
Además, el especialista subraya la importancia de cambiar la percepción pública sobre insectos y arácnidos, ya que el 90% de ellos son beneficiosos y cumplen un rol crucial en el control de plagas y la fertilización del suelo. En Chubut, por ejemplo, solo dos de las cerca de 40 especies de arañas representan un peligro para los humanos, mientras que otras tienen funciones ecológicas relevantes, como el control de roedores y plagas de cultivos.
Para evitar un encuentro cercano con una viuda negra:
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Evitar tocar telarañas densas y desordenadas, sobre todo en áreas de baja luz, escombros o troncos huecos.
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Usar escobas y plumeros para limpiar telarañas
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Usar guantes y botas altas al trabajar en jardines o patios, especialmente en zonas rurales o semiurbanas.
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Revisar cuidadosamente la ropa y el calzado que haya estado guardado por largos periodos de tiempo, así como juguetes y herramientas dejados en el exterior.
Si bien no todos los encuentros terminan en picadura, es crucial saber cómo reaccionar en caso de que suceda. En caso de picadura, lo primero es mantener la calma y acudir de inmediato a un hospital. Evitar remedios caseros, videos de redes sociales y comprimir la zona solo empeora la situación. Con la llegada del calor, la actividad de estos arácnidos se incrementa. La recomendación de los expertos es no subestimar su presencia y actuar con precaución. Ante los casos de sospecha, se recomienda acudir a un centro de salud.