Lo que Javier Milei ya está sembrando en el futuro de las mujeres argentinas: riesgo de vida, distorsión de la realidad y miedo a la impunidad

El debilitamiento de las políticas de género en Argentina tendría efectos devastadores para las mujeres en situación de violencia y para la sociedad en general, de acuerdo a los expertos. Las experiencias internacionales y el fenómeno de "gaslighting", que genera mayor vulnerabilidad ante la desprotección.

08 de marzo, 2025 | 00.05
Lo que Javier Milei ya está sembrando en el futuro de las mujeres argentinas: riesgo de vida, distorsión de la realidad y miedo a la impunidad Lo que Javier Milei ya está sembrando en el futuro de las mujeres argentinas: riesgo de vida, distorsión de la realidad y miedo a la impunidad

"¿Cómo hago para atravesar un puente si el andamio está flojo? Si las manijas por donde me tengo que agarrar, el barral, están rotos, entonces me puedo caer al vacío en cualquier momento. Quizá no me caigo pero está inminente el peligro", dice María Luján Costa, de la Red de Psicologxs feministas, para graficar cómo viven las mujeres y disidencias la motosierra de Javier Milei, mientras el piso de derechos que supieron conseguir en los últimos años está en jaque por un gobierno que se regocija en convertirlo en su blanco predilecto.

En su primer año de gestión, el Presidente eliminó programas clave, pero también buscó arremeter contra consensos básicos apelando a la desacreditación. La desprotección es palpable y genera efectos concretos. Psicólogas, militantes y abogadas alertan que los libertarios dejarán un campo arrasado que llevará tiempo reconstruir, como ocurrió en Brasil tras la experiencia bolsonarista. Advierten que las decisiones que se tomen en estos años pueden perpetuar las violencias y generar un caldo de cultivo peligroso, mientras que negar su existencia y dejar sin herramientas a mujeres y diversidades puede conducir en en plano emocional a la desidia y el gaslighting, un fenómeno psicológico que distorsiona la realidad y genera una sensación de vulnerabilidad abrumadora.

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A 9 de años del primer Ni Una Menos y ante un nuevo 8M, el Observatorio de las Violencias de Género “Ahora Que Sí Nos Ven” informó que en el primer año de gobierno de Milei hubo un femicidio cada 31 horas. Se registraron al menos 267 asesinatos por violencia de género en 2024 y en lo que va de 2025 hubo más femicidios que en el mismo período: 52 mujeres y diversidades fueron asesinadas en el país por el sólo hecho de serlo. Las cifras refutan el discurso negacionista de la violencia de género que intenta instalar el Presidente.

La eliminación de la figura de femicidio para liberar asesinos es solamente una muestra del retroceso de derechos que impulsa el mandatario. En diciembre, la Justicia corroboró que Milei no está garantizando los derechos de mujeres, niñas y adolescentes, al hacer lugar a una medida cautelar impulsada por los feminismos contra el ajuste a las políticas de género que desató desde el comienzo de la gestión (dejó casi en 0% programas de apoyo económico para las personas en situación de violencia, no envió ni una caja de misoprostol o mifepristona a las provincias para garantizar el derecho al aborto, ni destinó partidas para la ESI en el Presupuesto). 

"El debilitamiento de las políticas de género en Argentina tendría efectos devastadores para las mujeres en situación de violencia. No solo aumentaría su vulnerabilidad y riesgo de vida, sino que impactaría a sus hijos y a la sociedad en su conjunto, perpetuando la violencia de género y generando costos sociales y económicos elevados. La experiencia internacional demuestra que la desprotección estatal frente a la violencia de género tiene consecuencias graves y difíciles de revertir", remarcó a El Destape Sabrina Cartabia, abogada feminista, militante y defensora de los derechos humanos de mujeres. 

Cuando desde las instituciones se legitima la violencia y se retira el Estado de la protección de derechos, muchas veces ese "vale todo" se traduce en una escalada de agresiones machistas. "Arrasar con lo conquistado no es un retroceso solo para mujeres y diversidades sino para la sociedad en su conjunto. Un pueblo violento es peligroso en todos los órdenes y generar, a través de la supuesta Batalla Cultural una otredad negativa, solo nos conduce a enfrentarnos entre nosotras y nosotros y en esa lucha siempre perderán quienes, históricamente, no han sido sujetos de derechos", opinó en ese sentido la Asociación Casa del Encuentro, que desde 2003 lucha contra toda forma de violencia. 

En Brasil, la reducción de políticas de género durante el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro desembocó en un aumento en las tasas de femicidios. "Las políticas públicas que se han recortado en los últimos años tienen un impacto en las vidas de mujeres, especialmente las mujeres pobres y negras", subrayó un informe del Instituto de Estudos Socioeconômicos (Inesc) en marzo de 2023 y enfatizó: "Reducir el gasto para llevarlo a cabo también incrementa los escenarios de violencia doméstica y otras violencias de género, a medida que crece la vulnerabilidad, con la ausencia o precariedad de servicios y prestaciones sociales". Bolsonaro recortó un 94% las partidas destinadas para estas políticas.

Milei va por ese camino. Desde que asumió, ajustó casi un 100% (98,6%) el Programa Acompañar (el programa más importante de apoyo económico para las personas en situación de violencia con riesgo alto para sus vidas), de acuerdo a un estudio del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género. Sin Secretaría de Género, cerró 81 Centros de Acceso a la Justicia y dejó sin presupuesto a específico para 2025 a la línea 144, que redujo el seguimiento de casos en 25%. 

Para Luci Cavallero, representante del colectivo Ni Una Menos, nunca hay que perder de vista que "los derechos siempre están en riesgo" porque "las leyes son una letra muerta sin organizaciones que las defiendan". Las redes que construyeron los feminismos en los últimos años se vuelven así esenciales para proteger las conquistas, esas que desde el Gobierno buscan vaciar de sentido.

Milei niega la obligación del Estado de prevenir la violencia de género y lo completa con una retórica discriminadora. En su discurso en el Foro de Davos, en Suiza. dijo que "el feminismo, la equidad, la ideología de género, el cambio climático, el aborto y la inmigración, son todas cabezas del mismo monstruo, cuyo fin es justificar el avance del estado". Días después, el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona calificó al feminismo como "una distorsión del concepto de igualdad que busca privilegios", al anunciar el proyecto con el que buscan eliminar la figura de femicidio del Código Penal. 

El discurso oficial es que la violencia machista no existe y que los feminismos se merecen solamente el rechazo generalizado. El otro mensaje que baja de Casa Rosada es que está habilitado vapulearlos a los colectivos y también a quienes los integran. Melisa García, de la Asociación de Abogadas Feministas, puso el acento en "la enorme desacreditación de una lucha que en algún punto sigue haciendo fuerza y se sostiene en las calles". "Lo más difícil va a ser romper lo que se instaló, esta idea de que todo lo que respecta a los feminismos está relacionado con cierto 'extremismo ideológico', cuando en realidad se apunta a la creación y promoción de derechos en términos de que la sociedad es de base desigual, que existe un consenso a nivel internacional que busca erradicar violencias, entre tantas otras cosas, porque es estructural"

Cavallero insiste en que lo más difícil de reconstruir, más allá de las políticas públicas que eventualmente se recuperarán, tiene que ver con "el tejido social". "Va a ser muy importante hacer mucho trabajo territorial y entender que no hay posibilidad de que bajen los femicidios sin que haya soluciones concretas para que las personas tengan autonomía económica, sin que haya vínculos sanos, sin que el Estado provea salud, educación, transporte, vivienda", sumó. 

Aumento en la tasa de femicidios, falta de capacitaciones y menos apoyo a las víctimas por parte de la sociedad

El Gobierno desarmó estructuras y equipos que eran cruciales para brindar herramientas a mujeres violentadas. Cartabia indicó que son al menos 6 las consecuencias directas del incumplimiento de la Ley 26485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. 

  • La falta de capacitación con perspectiva de género en el Poder Judicial y las fuerzas de seguridad puede derivar en una revictimización de las mujeres y en una menor protección efectiva.
  • La disminución de refugios y programas de contención puede obligar a muchas mujeres a permanecer con sus agresores por falta de alternativas habitacionales.
  • Se podría incrementar la cantidad de femicidios, como ocurrió en México tras la eliminación de programas de género en algunos estados o en España con los recortes en asistencia a víctimas en tiempos de crisis.
  • Sin programas de empleo y asistencia económica para mujeres en situación de violencia (como el Acompañar), muchas no podrán sostenerse económicamente al intentar salir de la violencia. 
  • El cierre o debilitamiento de espacios de contención como las Casas de la Mujer y las redes de acompañamiento puede llevar a un mayor aislamiento de las víctimas.
  • La pérdida de campañas de sensibilización generará menos conciencia social sobre la violencia de género, lo que puede reducir la disposición de la sociedad a intervenir o apoyar a las víctimas

El fenómeno de Gaslighting y el estado de alteración permanente

La mayoría de las especialistas consultadas coincidieron en hablar de un sentimiento de desidia ante lo que ya se daba por conquistado. La sensación es que "todo lo que los libertarios han querido y busca debilitar lo han debilitado", asegura por ejemplo García, de Abofem.

La crisis de derechos también repercute en la salud mental. Desde la Asociación Civil Casa del Encuentro aseguraron a El Destape que negar la violencia y la desigualdad tiene consecuencias graves para quienes son víctimas de violencia pero también para la sociedad en su conjunto. "Como consecuencia, se fomenta la impunidad de los perpetradores y, a la vez, se refuerza la cultura de la violencia, donde las víctimas sienten que no pueden denunciar para obtener protección ni obtener justicia", indicaron. En definitiva, tiene que ver con una pérdida de derechos que se consideraban ya adquiridos y un aumento sostenido de la problemática.

La Mg. Belén Casas, de la Red de Psicologxs feministas, explica que cuando hay un avance simbólico en el plano social impulsado por la sanción de una cantidad de leyes, como la del matrimonio igualitario o la de protección integral contra la violencia de género, "a nivel subjetivo estas transforman las vivencias y los vínculos" pero "la falta de políticas vacía ese campo simbólico". 

"Es un efecto perverso de "gaslighting"  sobre las personas que hoy podemos nombrar los malestares, pero que nos vemos privadas del acceso a la ley a la vez que se nos dice que estas problemáticas están reconocidas. El efecto es como en aquella película que inaugura el término: enloquecedor. Quiebra certezas, plantea dudas sobre la percepción de la realidad y socava la sensación de seguridad en sí mismas", alertó.  

El término que menciona se refiere a un abuso emocional sutil, una forma de manipulación utilizada para hacer que una presunta víctima dude de su propio criterio. En este caso, el problema inmediato es "no poder predecir, no poder tener una estructura que algunas cosas te las mantiene estables y te las predice. Inevitablemente te va a desestabilizar".  Las leyes existen pero las están modificando hasta reducirlas hasta su mínima expresión. "¿Cómo hago para atravesar un puente si el andamio está flojo? Si las manijas por donde me tengo que agarrar, el barral, están rotos, entonces me puedo caer al vacío en cualquier momento. Quizá no me caigo pero está inminente el peligro", graficó Costa. 

Para ella es importante entender que cuando se avanza en la destrucción a nivel institucional en materia de derechos o de políticas públicas, también hay de por medio un "arrasamiento subjetivo". "Esto desestabiliza, esto es muy tormentoso para el psiquismo, entonces inevitablemente afecta en la salud mental, y así tenemos casos de depresión muy severa, que se traducen de distinta manera", aseguró. Y cerró: " No importa cuántas herramientas haya adquirido, no importa qué cosas sienta que tenga aseguradas o no tenga aseguradas, en realidad, siempre voy a sentir que todo se puede ir a la mierda en cualquier momento. Y eso es terrible porque vos vivís permanentemente en modo crisis y vivir en modo crisis hace que primero no puedas proyectar hacia el futuro, pero que aparte vivas en un estado alterado permanentemente".