“El paro no es un fin en sí mismo, no es un cumpleaños. El paro tiene que generar la instancia de debate público sobre las políticas que estamos viviendo”, apuntó uno de los jefes sindicales de la Confederación General del Trabajo (CGT), Héctor Daer, durante una entrevista radial y confirmó el paro general del próximo 10 de abril. Según señaló, no tienen conversaciones con el Gobierno nacional de Javier Milei, más allá de que en los últimos días intentó desactivar la medida de fuerza con sectores dialoguistas.
El del 10 de abril será el tercer paro convocado por la CGT desde que el mandatario libertario asumió la presidencia, el 10 de diciembre de 2023. La primera fue de 12 horas, el 24 de enero de 2024. La segunda, el 9 de mayo del mismo año, y duró 24 horas. En todas las ocasiones, el Gobierno nacional puso en marcha mecanismos de persecución y represión a la protesta social –sea o no en las calles- a través de mensajes en aplicaciones oficiales y en las estaciones de trenes, tal como sucedió en la última movilización de jubilados cuando amedrentó a la población con una advertencia sobre la represión de la policía.
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Más allá de ese intento por criminalizar cualquier acción sindical, el Consejo Directivo de la Central logró consensuar con sus gremios más fuertes la medida. Dieron luz verde: la Unión Tranviarios Automotor (UTA), el sindicato de maquinistas La Fraternidad y los gremios ferroviarios se plegarán a la medida, lo que garantizará una fuerte parálisis del sistema de movilidad urbana e interurbana durante toda la jornada con la intención de “interpelar las decisiones políticas” de la gestión Milei, explicó Daer.
“No hay comunicación con el Ejecutivo. Con el jefe de Gabinete Guillermo Francos, la última reunión en la que crucé palabras fue en la Casa Rosada (Ndr: 30 de septiembre del año pasado) y con la otra persona que chateábamos y teníamos alguna relación, fue el saludo de fin de año para las Fiestas... Con Santiago Caputo”, aclaró el dirigente y apuntó que sólo existen contactos con áreas técnicas como salud o trabajo sin profundizar “en temas de fondo”.
Entre los temas importantes que observa la central, se encuentra el tema de las paritarias: desde la CGT denuncian que el Ejecutivo impide la negociación libre a través de presiones a las cámaras empresariales, lo que deriva en acuerdos “con salarios a la baja”.
“Cuando el Presidente lo escribe en el diario, dice que es un programa monetario para bajar la inflación que lleva de uno a dos años, y las cuatro variables son el dólar, precios mayoristas, precios minoristas y salarios. Si la torta es la misma, lo que baja es el salario”, afirmó Daer en alusión al plan económico del oficialismo. Mientras que agregó que “quieren llevar a una discusión de precios libres y salarios atados y pisados”.
Dicha situación, además, impacta en la industria, el empleo y en las jubilaciones. Hay “suspensiones muy importantes de sectores industriales que quedan afuera por el tema macroeconómico o por la apertura de importaciones” y denunció el congelamiento del bono para jubilados de sólo 70 mil pesos desde el año pasado para quienes cobran la mínima –que hasta este mes no alcanzaba los 280 mil pesos-.
A esto, se le suma el fin de la moratoria previsional desde este sábado 23 de marzo que implicará una suba de facto de la edad jubilatoria a 65 años para las mujeres que no tengan los 30 años de aportes, que son 9 de cada 10; y que sólo 7 de cada diez hombres puedan acceder a su jubilación.
Sobre el cierre, Daer también criticó el uso de la homologación de acuerdos como herramienta de presión. “La homologación pasó a ser la presión a los empresarios para que no se paguen determinados salarios. Hay sectores que pueden pagar más y no lo hacen porque el Estado no quiere que circule más plata de la que está circulando”, concluyó.