Interna feroz en el PRO: el caso de Córdoba y la guerra con Macri

El PRO cordobés convocó a elecciones internas en medio de la amenaza macrista de intervenir la fuerza. El bullrichismo colaboró con la estrategia para enfrentar a Mauricio y robarle el partido en la provincia clave.

09 de diciembre, 2024 | 23.18

Después de la Ciudad de Buenos Aires, el tesoro más preciado de Mauricio Macri, la provincia de Córdoba aparece como uno de los principales distritos para el PRO. Como en la CABA, hay serios riesgos de quedar relegado en manos de La Libertad Avanza, el nuevo fenómeno de la derecha nacional. Hace no mucho, cuando el ex presidente volvió al ruedo y visitó esa provincia, lanzó algunas críticas duras sobre el presidente del espacio provincial, el actual diputado Oscar Agost Carreño, evidenciando una cruda interna. Ahora, envuelto en negociaciones subterráneas y amenazas de intervención, el líder amarillo cordobés convocó a las elecciones partidarias para renovar los mandatos y se desató el escándalo.

Los comicios internos se celebrarán, en principio, el sábado 22 de febrero, entre las 9 de la mañana y las 17. Es un misterio, por estas horas, cuál será la respuesta de Mauricio Macri que, en principio, quedó en desventaja frente a una jugada organizada entre Agost Carreño, más cercano al larretismo y al peronismo federal, y el bullrichismo para destronar al macrismo y robarle el partido.

Agost Carreño trabaja en el armado de una lista propia para jugar en la interna con la expectativa puesta en la reacción de Macri ante la convocatoria eleccionaria. Hasta ahora, la ausencia de un llamado a las urnas fue usada como excusa para amenazar con una intervención. Darío Nieto es el elegido por Mauricio para controlar el partido cordobés, pero su mandato no está activo y, por el momento, funciona como una suerte de veedor a cargo de una auditoría.

El enojo por el llamado a las elecciones se sintió bien cerca de Macri. Se acusó al jefe del partido provincial de moverse como un emperador, de haber actuado sin convocar a los órganos partidarios y de impulsar un atropello que promueve la falta de garantías y transparencia del proceso electoral. Para esta pata amarilla, Agost Carreño está acorralado y quiere atornillarse a una silla sobre la que no podrá sostenerse durante mucho tiempo más.

Dentro del macrismo se cuestiona que el diputado esté mucho más cerca del gobernador cordobés que del propio Mauricio, quien es el presidente del partido a nivel nacional. Con esta objeción sobre la mesa, el ex jefe de Estado amenaza con intervenir el partido y, como respuesta, Agost Carreño advierte que irá a la Justicia para declararla nula.

Macri piensa en una alianza con el radicalismo de Rodrigo de Loredo y así como el ex presidente se planteó sanear y recuperar el PRO nacional, surgió como contradicción su predisposición a cedérselo al diputado de la UCR como palanca electoral. Esta es una de las razones por las cuales el bullrichismo decidió pensar junto a Agost Carreño en una estrategia para echar por tierra la intervención macrista y, en el mejor de los casos, unirse para arrebatarle el partido.

Lejos de reflexionar sobre las alianzas para la elección legislativa del año que viene, el bullrichismo está empecinado en complicarle la vida al líder del PRO. El primer objetivo es sacarle el partido en la provincia mediterránea y continuar profundizando armados para arrebatarle otras joyas personales. En el caso cordobés, entre Agost Carreño —cercano a Horacio Rodríguez Larreta— y el armado de Patricia Bullrich podrían estar en condiciones de derrotar al candidato de Macri en las urnas.

En esa provincia, quienes decidieron enfrentar a Macri están convencidos de que el ex jefe de Estado le quiere entregar el partido al radical y no están en condiciones de permitirlo. Por algunos movimientos y especulaciones en la previa al año electoral, vieron en Mauricio la intención de reeditar un Juntos por el Cambio pero con más tintes de derecha que mixturas con sectores más progresistas.

Después quedará definir los posicionamientos para alianzas electorales generales; otro gran desafío. Mientras el bullrichismo está aliado ciegamente con Javier Milei, el macrismo apunta a tensionar con la Casa Rosada para dividir las listas o ir a una competencia mientras que, en Córdoba, la línea de Agost Carreño es ubicarse frente al presidente. Es él quien divide a un PRO que, por ahora, no tiene muchas variables que los unan.

No será una discusión menor ya que poco después de resolver la interna partidaria será momento de cerrar alianzas provinciales y definir las listas para las legislativas del año que viene. El radicalismo pondrá en juego tres bancas de diputados; el PRO lo hará con dos; y Encuentro Federal con tres. En esa bolsa de vencimiento de mandatos hay figuras como De Loredo, Agost Carreño, Héctor Baldassi —más cercano a las ideas de Larreta— y Laura Rodríguez Machado —próxima a Bullrich—.

Según un sondeo de noviembre de Pulso Social, Bullrich tiene una muy buena imagen positiva en Córdoba, posicionándose por encima de Victoria Villarruel y Javier Milei con un 57%. Macri recién aparece con un 25%, por debajo de los tres oficialistas nacionales.

En esa provincia, según un sondeo de octubre del Grupo Feedback, Milei cosecha un 37.4% de imagen positiva y Macri un 12.2%. El actual presidente sacó en Córdoba un 74% de los votos en el balotaje contra Sergio Massa. Dentro de su universo de votantes, un 56.7% tiene una buena percepción suya; un 33.4% regular; y solo un 9.3% negativa.