Patricia Bullrich demostró ser un pilar fundamental para el gobierno nacional. La ministra, sin intermediarios, conversó todas las consecuencias del operativo represivo en el Congreso con el presidente Javier Milei, que no dudó en respaldarla desde el minuto cero. Si salió o no fortalecida, todavía no se sabe, pero están seguros de que, al menos, no la afectó de manera negativa. A diferencia de la gestión Cambiemos, la funcionaria se sintió apoyada en su decisión.
Un bullrichista optimista aseguró, ya con varias denuncias sobre la mesa y la foto sonriente del equipo libertario en Expo-Agro, que la ministra salió fortalecida después de la represión ocurrida el miércoles. El discurso oficialista, basado en señalar supuestos violentos, en distinguir entre “ellos o nosotros”, y el rápido apoyo presidencial aparecen como factores clave a la hora de inclinarse hacia una resolución positiva del conflicto político – social.
Un dirigente un poco más mesurado prefirió destacar que Bullrich no salió afectada en forma negativa pero que, en una situación como la ocurrida esta semana, es casi imposible salir fortalecido. En ese gris, destacó, sin embargo, el haber cumplido una de las premisas de la política del gobierno que es que las calles no pueden cortarse y que hay cuestiones innegociables. Bajo este punto de vista, el electorado más duro pudo haber visto una señal clara de mano firme y ejecución de las promesas gubernamentales.
Sí fueron minimizadas, por otro referente, las denuncias contra la funcionaria. No vio, ya algunas horas después de la represión, la conferencia de prensa y la foto con Milei, frentes abiertos que puedan complicar a la titular de Seguridad. Bullrich ya tiene presentadas varias denuncias penales en su contra, presentaciones internacionales y pedidos de informes en el Congreso.
Otra de las aristas para analizar el escenario posterior al caos es el nivel de acompañamiento desde la Casa Rosada. Según se dijo, tuvo “mucho mas apoyo” y fue “mucho más contundente” que el que pudo darle Mauricio Macri durante la gestión de Cambiemos.
Se confió en que Bullrich siempre destacó el respaldo del ex presidente después de la desaparición y posterior muerte de Santiago Maldonado, tras una represión de Gendarmería en la Patagonia. Sin embargo, existen y existieron críticas, más que nada orientadas al sostenimiento de su autoridad a la hora de enfrentar piquetes y cortes de calle.
El episodio, comparable a lo ocurrido este miércoles, fue el de diciembre de 2017, cuando Macri quiso avanzar con una reforma previsional sin grandes consensos y con una importante marcha de rechazo en las calles. Siempre se acusó a Marcos Peña, titiritero de la gestión Cambiemos, por haber tomado la decisión de pedirle a la ministra bajar un cambio con el nivel de violencia.
En ese entonces, hubo dos jornadas calientes en el Congreso. La primera, comandada por Bullrich, terminó con la suspensión de la sesión en Diputados. La segunda ya no contó con la ministra a la que, según acusan, "corrieron" del operativo. Luego de esos días violentos, ante la oleada de malas noticias, señalan que Peña la operó en los medios.
A diferencia de aquellos momentos, el bullrichismo siente libertad con Javier Milei. No sólo porque les permite hacer, sino porque no les exige que pidan permiso. Accionan y no reciben llamados telefónicos para parar. Eso les permite manejarse con cierta tranquilidad, pero sobre todo con la certeza de que existe confianza y apoyo constante desde la Casa Rosada.
Mauricio Macri se hizo eco de lo ocurrido este miércoles, comparándolo con lo que pasó en 2017. Sin hacer foco en las acusaciones que desde hace años empuja el bullrichismo, decidió plegarse al discurso del gobierno y acusar una maniobra desestabilizadora. Según él, con su gestión no pudieron hacerlo pero lo debilitaron a tal punto que perdió las elecciones del 2019. Tal vez sea una advertencia.
El líder del PRO maneja discursos para todos los gustos. Apoya en algunas cuestiones y critica abiertamente otras, como el DNU que busca habilitar la nueva toma de deuda con el FMI y que generó mucho rechazo en el Congreso por su falta de contenido y detalles.
Esta semana, Macri volvió a mostrarse en modo campaña. Lo hizo con su visita a la Expo-Agro, con un público muy amigable, tal vez más macrista que mileísta. Pero lo más llamativo fue su encuentro con vecinos de la Ciudad.
Se vio con Luciana, Brian, Francisco, Ignacio y Brisa en Belgrano. Como con el agro, el foco estuvo puesto en la economía. Todos ellos son emprendedores, “gente con ganas que empuja para salir adelante”, dijo el ex presidente.
Sin ninguna candidatura confirmada, en el PRO porteño saben que Mauricio es muy relevante para el elector de la Capital Federal. No es el único que salió a recorrer abiertamente. Distintas figuras, y la militancia del partido, transitan las calles de la CABA. “La maquinaria electoral del ejército amarillo de la Ciudad se pone en movimiento” con la finalidad de ganarle a los libertarios.