La Ciudad de Buenos Aires se asoma al cierre de las alianzas para las elecciones convocadas para el 18 de mayo en un panorama de fraccionamiento inédito. Es un escenario de tres tercios -si se toman en cuenta las fuerzas políticas con posibilidades- o de cuatro cuartos -si se añaden el resto de los espacios-, quien se asegure un 30% de los votos quedará a las puertas del triunfo. Si bien se trata de una elección de legisladores locales, la condición de distrito vidriera que siempre tuvo la Capital Federal la transforma en clave para el arranque del año electoral. Por eso, se especula que cada fuerza pondrá lo mejor para ir por una victoria de impacto o, al menos, no quedar mal posicionado. "El que pega primero, pega dos veces", aleccionaba un consultor que viene trabajando para una de las fuerzas en disputa.


Que el PRO y La Libertad Avanza estén duramente enfrentados en CABA marca una fractura del espacio de centro y de derecha que sostuvo la hegemonía macrista en los últimos 18 años, algo que le abre las puertas al ascenso de Unión por la Patria. Por otro lado, el hecho que se hayan suspendido las PASO habilita la posibilidad de que se inscriban multitud de candidaturas que le roben votos a las listas principales e incidir en el resultado final. Algo podrá comenzar a orejearse a partir de este miércoles 19, cuando se conozcan las alianzas que se inscribirán en la justicia electoral y quiénes se presentarán por las suyas. Diez días más tarde deberán anotarse los nombres de los candidatos. Se utilizará el sistema de Boleta Unica Electrónica, por lo que quien encabece la lista es decisivo.
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La oposición permanente de La Libertad Avanza no le dejó otra opción al jefe de gobierno Jorge Macri que desdoblar la elección. El objetivo es posicionarse desde un lugar de poder para encarar una posible alianza nacional entre las dos fuerzas de derecha en octubre, pero lo cierto es que el PRO ahora se enfrenta a la posibilidad de sacar un mal resultado. Como supo intuir Patricia Bullrich, el espacio libertario le robó buena parte de sus votos y -a nivel partidos- muestra un nivel cada vez más bajo de apoyos. Lo explicaba un encuestador que mide en CABA: "El PRO perdió la mística como fuerza antikirchnerista que le sacó Milei. Hoy se ve como un partido en decadencia que tiene que hacer esfuerzos por no desaparecer".
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Ante ese riesgo, el PRO apuró el comienzo de la campaña y sacó a Mauricio Macri y a María Eugenia Vidal a la cancha. La ex gobernadora bonaerense y ex vicejefa de gobierno porteño es la más mencionada como posible cabeza de lista. Ahí el macrismo debe tomar una decisión de fondo: si ir a la disputa de los votos de derecha con La Libertad Avanza o si buscará quitarle apoyos al centro progresista de ex socios como la UCR de Martín Lousteau o el nuevo espacio de Horacio Rodríguez Larreta. Para la primera posibilidad -que hoy parece la más factible dados los últimos anuncios de Macri contra inmigrantes extranjeros, trapitos y delincuencia-, la elegida sería Vidal, que endureció su perfil desde hace tiempo. En cambio, ante la más remota segunda posibilidad, el candidato debería ser el ministro de Salud, Fernán Quirós, de buena imagen entre el elector más progresista.
El problema para La Libertad Avanza es que, si bien muestra buenos índices de intención de voto, no tiene referentes locales que retengan esos apoyos. Todo indica que deberá jugar alguna de las figuras que se barajaban como candidatos para las elecciones nacionales de octubre. El más mencionado -y medido por las consultoras- es el vocero Manuel Adorni, que cuenta con el alto nivel de conocimiento que le otorgan sus conferencias de prensa. Pero él -se dice que tampoco Milei- no estaría convencido de meterse en el barro de la política porteña, que le resulta ajena. Otro nombre que comenzó a sonar esta semana en la Casa Rosada a partir de su protagonismo en la brutal represión de la marcha de jubilados frente al Congreso es el de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aspirante a disputar la jefatura de gobierno en 2027. Hace tiempo que Bullrich muestra buenos índices de imagen entre los porteños, aunque deberán corroborarlo luego de los sucesos de los últimos días.
La división de la derecha en dos fuerzas relativamente parejas le permite irrumpir con fuerza a Unión por la Patria y su casi seguro candidato, el diputado Leandro Santoro. Su origen radical junto el trabajo que viene haciendo desde hace largo rato de recorrer barrios y medios de comunicación para hablar de los temas de la ciudad, le dan a Santoro un hándicap importante sobre el resto de los postulantes. En un distrito casi imposible para el peronismo y sus aliados, los sondeos le otorgan al diputado de Unión por la Patria una importante intención de voto. "Tenemos 27/28 puntos y con eso podemos ganar. Tenemos un candidato y un jefe político, nunca estuvimos mejor", aseguraba un dirigente del peronismo porteño. Lo del "jefe político" era en relación al titular de la AGN, Juan Manuel Olmos, quien se encargará de armar la lista y de procurar que no queden heridos.
Que no haya enojados es importante para que no aparezcan listas por afuera que le puedan quitar votos -por pocos que sean, en un escenario parejo todo importa- a la boleta de Unión por la Patria. Algunos le puede sacar Alejandro Kim, el candidato de origen coreano que se referencia en Guillermo Moreno. También amaga el ex jefe de gabinete Juan Manuel Abal Medina, que empapeló la Ciudad. Hay muchos intereses en juego. Para los rivales de UP mientras más opciones filoperonistas surjan, mejor. En su reaparición pública, este sábado, el ex candidato presidencial Sergio Massa alentó las chances porteñas. "El primer triunfo importante lo va a regalar Santoro en la Ciudad de Buenos Aires dentro de dos meses", lanzó durante el congreso del Frente Renovador.
La Libertad Avanza, Unión por la Patria y el PRO son las tres opciones con más posibilidades de ganar, de ahí la idea de una elección dividida en tercios. Pero si se suman el resto de los espacios, queda un electorado fraccionado en cuartos, con veintipico por ciento para cada uno. En este último lote suman el ex jefe de gobierno Rodriguez Larreta, el radicalismo de Lousteau, la Coalición Cívica de Carrió y el FIT de Myriam Bregman, además de los desprendimientos. Porque más allá de los filoperonistas mencionadas también está el caso de Ramiro Marra, quien podría sumarse a la boleta del PRO o ir por afuera, lo que seguramente le restaría respaldos a la lista de Milei. Escucha ofertas.
Si no prosperan los contactos para una posible vuelta al redil del PRO, Rodríguez Larreta estaría convencido de que el mejor camino es presentarse solo. Según relataba un dirigente del radicalismo que habló con él en los últimos días, el resultado obtenido por Milei lo convenció de que los acuerdos a nivel cúpula no sirven más porque son visualizados como arreglos de la "casta", así que mejor ir por las suyas. De hecho, en las apariciones callejeras que sube a las redes está solo hablando con los vecinos. No está claro si irá para le legislatura porteña o será candidato en octubre. Lo anunciaría este lunes.
Lo mismo sucede con Martín Lousteau, a quien se le vence el mandato de senador y mantiene el interés en la pelea por jefatura de gobierno dentro de dos años. "Puede ser candidato a legislador, a diputado o a senador. Lo único definido es que el radicalismo no va con el PRO, posiblemente sólo haga alianza con Confianza Pública, la fuerza de Graciela Ocaña", comentaban cerca del presidente de la UCR. Carrió designó a la diputada Paula Oliveto como candidata, quedaba por resolver si sola o dentro de alguna alianza.
Antes de las elecciones porteñas se celebrarán cinco elecciones provinciales entre abril y mayo. Pero, sin duda, la influencia de los medios de comunicación y la circunstancia geográfica de que sea la sede del gobierno nacional hacen de los comicios en CABA la primera cita que servirá de termómetro de las legislativas nacionales de octubre. "El gobierno de Milei viene teniendo una tendencia a la baja, pero se mantiene en un porcentaje que le permitiría ganar en octubre", aseguraba un encuestador, sin dar ninguna opción por cerrada. La marcha de la economía será clave, pero también el clima que vayan marcando las elecciones a lo largo del año. La porteña será una de ellas.