En medio de los cuestionamientos a las fuerzas de seguridad de Santa Fe,el gobernador Maximiliano Pullaro, no se rinde: busca equipar a la policía de su provincia con armas taser -de electroshock-, así como con proyectiles cinéticos. Serán licitados esta semana.
Según informaron los medios locales, se trata de la adquisición de 100 pistolas de electroshock, otras 100 armas con proyectiles cinéticos impulsados por dióxido de carbono, bodycam y cartuchos adicionales, que estarán destinados a la Policía de la provincia. El acto se realizará en el Salón Blanco de la Sede de Gobierno en la ciudad de Rosario y el presupuesto oficial asciende a $1.669.567.867, según precisaron fuentes oficiales del Ministerio de Justicia y Seguridad, reportó el portal Aire de Santa Fe.
Cuestionamientos a las armas taser
Esos dispositivos habían querido ser incorporados por la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, durante su época como funcionaria del macrismo. En aquel entonces, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) había alertado sobre la letalidad de estas armas.
"Las Taser son presentadas como un 'arma menos letal', pero la experiencia internacional demuestra que justamente esa categorización conduce a usos indiscriminados porque los funcionarios suponen que pueden utilizarlas con menos restricciones que a las armas letales", apuntaron entonces en un comunicado. Y agregaron que ese tipo de armas, "sólo reducen la letalidad policial si se las usa en los mismos casos en los que se utilizaría un arma letal, no si su supuesta 'no letalidad' habilita que se amplíen las situaciones en las que los policías podrían disparar".
Las armas que comprará el Gobierno de Santa Fe
La licitación incluye dispositivos de inmovilización de bajo riesgo letal, que se utilizan en más de 100 países.
Las pistolas de electroshock disparan dardos que se enganchan en la ropa del agresor y están conectados a cables alimentados por una batería recargable. Generan una parálisis muscular momentánea sin causar lesiones graves. “Estas armas transmiten una intensidad de corriente mucho menor que la de un desfibrilador, incluso son seguras en personas con marcapasos”, explicó el subsecretario de Tecnología y Equipamiento, Armando Faraoni.
En paralelo, se adquirirán 100 armas de CO: 50 pistolas, 30 rifles y 20 rifles con tolva. Estas lanzan proyectiles cinéticos de polímero, huecos o rellenos con sustancias irritantes y están pensadas para disuadir situaciones de riesgo sin recurrir al uso de armas de fuego.
Junto con el armamento, el gobierno sumará cámaras corporales que se activan automáticamente 15 segundos antes del disparo, grabando todo lo ocurrido desde antes de que se desenfunde el arma: “Estas cámaras permiten controlar si el arma fue usada correctamente y protegen al efectivo ante falsas denuncias”, detalló el funcionario y apuntó que las bodycam se sincronizan con las de otros agentes cercanos, generando un registro audiovisual desde múltiples ángulos del operativo.
Capacitación obligatoria y protocolos de uso
El uso de estas herramientas estará acompañado por capacitaciones específicas y la implementación de protocolos de actuación para evitar abusos. Las pistolas contarán con una "caja negra" que registra:
- Momento en que se desenfunda el arma.
- Tensión e intensidad de corriente aplicada.
- Información del impacto de los dardos.
Todo esto, junto al video registrado por la bodycam, permitirá auditar cada intervención.
Uso gradual de la fuerza y portación cruzada
Faraoni aclaró que los agentes portarán ambos tipos de armas de forma cruzada: la de fuego en el lado hábil y la de electroshock en el lado opuesto. El agente deberá elegir cuál usar según el grado de la situación, respetando el escalonamiento en el uso de la fuerza, “lo ideal", dijo "es empezar siempre de menor a mayor. Por eso es clave la formación del personal".
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