La Cámara de Senadores de México aprobó el miércoles una controvertida reforma constitucional que traspasa el mando operativo de la Guardia Nacional a la Secretaría de Defensa, en un plan cuyos críticos consideran una forma de militarizar la seguridad en las calles.
El proyecto, impulsado por el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, solo necesita ser autorizado en la mayoría de los congresos locales, de la que dispone el oficialismo, para luego ser promulgado. La semana pasada fue aprobado por la Cámara de Diputados.
La iniciativa, aprobada con 86 votos a favor y 42 en contra, se suma a otra polémica modificación a la Carta Magna aprobada durante septiembre, en las postrimerías del mandato de López Obrador, que representó cambios profundos al sistema judicial y que ha sido vista con recelo por inversores y por países socios de México.
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"La militarización de una institución creada para ser civil no es la solución, es un retroceso", dijo durante la sesión el senador Ángel García, del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI). "No puede ser una solución a la crisis de seguridad que enfrenta el país actualmente", agregó.
El partido oficialista Morena y sus aliados han defendido la propuesta, argumentando que permitirá consolidar a la Guardia Nacional, creada en 2019, como un instrumento central para garantizar la seguridad pública.
López Obrador, que en el pasado criticó a sus antecesores por usar a las Fuerzas Armadas contra los grupos criminales en las calles, ha otorgado durante su mandato amplios poderes al Ejército en campos como la infraestructura, las comunicaciones y el turismo.
Con información de Reuters