El papa Francisco continúa con un estado de salud continúa estable y, si bien su pronóstico ya no es reservado, deberá permanecer internado, según informó la Oficina de Prensa del Vaticano. En tanto, pasó una noche serena en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma. Una radiografía confirmó su mejoría de los últimos días, mientras sigue alternando la oxigenoterapia de alto flujo durante el día y la ventilación no invasiva durante la noche.
"El estado clínico del Santo Padre, dentro de la complejidad del cuadro general, se ha mantenido estacionario. La radiografía de tórax realizada ayer confirmó radiológicamente las mejorías registradas en los días anteriores", especificaron en un comunicado publicado en Vatican News. Allí, también señalaron que esta mañana, tras seguir los ejercicios espirituales en conexión con el Aula Paulo VI, recibió la Eucaristía, se dedicó a la oración y después a la fisioterapia motriz.
Esta mañana habían informado que el Santo Padre había pasado "una noche tranquila", señalaron desde la oficina papal, mientras que el martes por la noche indicaron que también hizo los respectivos ejercicios espirituales, indicaron que pasó tiempo en oración, en su habitación, pero también en la capilla y recibió la Eucaristía.
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Francisco está hospitalizado desde el 14 de febrero, cuando ingresó por un comienzo de bronquitis y, aunque su pronóstico ya no es reservado debido a que se encuentra fuera del estado crítico, sus médicos afirman que requiere más tiempo de hospitalización.
En tanto, desde la Oficina de Prensa del Vaticano se informó además que este miércoles no se publicará la catequesis de la Audiencia General de los miércoles, dado que esta semana tienen lugar los ejercicios espirituales de la Curia Romana. Según indicaron, independientemente de la internación del papa Francisco, durante los días de ejercicios se suspenden los actos públicos del Romano Pontífice.
El fuerte mensaje político del Papa
En un mensaje por el Jubileo de los Voluntarios leído en su nombre por el cardenal Michael Czerni, el Papa Francisco lamentó que el mundo “está en manos de poderes malignos” que “aplastan” a la humanidad con sus intereses y con la guerra. “Satanás intenta convencernos de que para los hambrientos no hay pan, menos aún de las piedras, ni los ángeles nos auxilian en las desgracias. En todo caso el mundo está en manos de poderes malignos, que aplastan a los pueblos con la altanería de sus cálculos y la violencia de la guerra”, sostuvo, reflexionando sobre la tentación de Cristo en el desierto.
La homilía para el Jubileo del Voluntariado, quinto gran evento en este Año Santo y que este domingo reunió a 25 mil peregrinos en una misa en la Plaza de San Pedro, entre cooperantes y miembros de Protección Civil de todo el mundo.
Francisco, en este texto del primer domingo de Cuaresma, al pensar en la tentación del diablo a Jesús durante su retiro en el desierto, recordó que “todos somos pecadores”. “Nosotros, frente a la tentación, algunas veces caemos; todos somos pecadores. Pero la derrota no es definitiva, porque Dios nos levanta de cada caída con su perdón, infinitamente grande en el amor. Nuestra prueba, por tanto, no termina con un fracaso”, alegó.